martes, 17 de mayo de 2016

“Un alto ideal”


“Los instintos son unos poderes de vida formidables. 

Si tratamos de reprimirlos, o bien no lo logramos y nos agotamos en esta lucha, o bien lo conseguimos, lo que no es mejor porque secamos dentro de nosotros las fuentes de la vida. 

Así pues, ¿cómo dominar esos instintos? Alimentando un alto ideal, porque éste es el mejor transformador de las energías. 

En cuanto ponemos un ideal muy elevado en nuestro corazón, en nuestra alma, nuestras energías se ven obligadas a pasar por él y él se encarga de darles otra dirección, una dirección hacia arriba.

¿Os preguntaréis mediante qué proceso se produce esta transformación? No es necesario saberlo. 

Cuando comemos, no tenemos necesidad de conocer el detalle de las transformaciones que se están produciendo, en la boca primero y luego en el estómago y en los intestinos, pero sentimos que hemos recibido fuerzas. 

¿Cómo obtener éxito en todas tus Metas?


¿Cuantas veces tus planes se han desbaratado?, proyectos que ya tenías en tus manos y se han desmoronado cuando todo parecía obrar a tu favor, ¿Por qué el fracaso se cierne sobre tus objetivos?, ¿Dónde estás fallando?, ¿Qué haces mal?

En el siguiente vídeo os damos seis consejos para que obtengas el éxito en todas tus metas. En ocasiones es más importante saber lo que NO tienes que hacer que lo que debes hacer. Esperamos que os guste.


MANIFESTACIONES DESPUÉS DE LA VIDA DE NUESTRAS MASCOTAS


Publicado el 11 may. 2016

Video de la conferencia de Miguel Pedrero en las Cuartas Jornadas Despierta 2016. El objetivo de este evento es ayudar a despertar conciencias y que encontremos el verdadero sentido a la vida.

Miguel Pedrero, escritor y periodista, es redactor y reportero de la revista internacional “Año/Cero”, miembro del equipo del popular programa radiofónico “Espacio en Blanco” (Radio Nacional de España) y colaborador de “Levántate y Cárdenas”, el famoso “morning show” de Europa FM. Es autor de una decena de libros, con títulos como “Claves ocultas del poder mundial” (Edaf), “Corrupción: las cloacas del poder” (Nowtilus), “Franco Top Secret” (Temas de Hoy), “Contacto” (Edaf), “El universo no es plano” (La Esfera de los Libros/Palmyra) o “Los 20 mejores Expedientes X 

CUARTAS JORNADAS DESPIERTA

lunes, 16 de mayo de 2016

Mini-charla de trabajo durante la preparación de las conferencias “Humanidad y Salto Evolutivo”


Este fin de semana estuvimos en Las Palmas impartiendo como siempre los cursos de formación de la EMEDT, y tuvimos la oportunidad de que nos visitara un amigo, terapeuta y antiguo alumno, con quien nos pusimos a grabar una conversación y charla sobre los temas de la conferencia “Humanidad y Salto Evolutivo”.

Que empezaremos a dar ya en las próximas semanas, sobre un reciente viaje que ha hecho él a Avalón, en Inglaterra, y, en general, sobre como vemos cada uno de nosotros los cambios que se ven a nivel social y particular a medida que se van dando en los entornos en los que nos movemos. Aquí os la dejamos esperando que sea de vuestro interés.




fuente:http://davidtopi.com/

No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita


Pensando en este tema se me vinieron a la cabeza unas palabras de San Agustín de Hipona que están estrechamente enlazadas: pobre no es el que tiene menos, sino el que necesita infinitamente más para ser feliz. Dejando de lado la acepción de ‘rico’ como persona que atesora una gran cantidad de dinero, la afirmación rotunda del título tiene que ver con esa felicidad de la que nos hablaba ya el santo hace siglos.
De hecho, esta felicidad proviene de otros lugares que poco o  nada tienen que ver con la posesión de una moneda pues aquello que hace que nos enriquezcamos no tiene un valor material, sino más bien emocional y fisiológico.

Un mundo lleno de cosas prescindibles

Al respecto de lo comentado en líneas anteriores cabe destacar que vivimos en un mundo en el que nos rodean cosas que se pueden considerar prescindibles: la publicidad y las nuevas tecnologías nos hacen creer, a veces, que todo gira en torno a la posesión de objetos materiales que pueden ser capaces de hacernos más felices.
“Nos educan para ser productores y consumidores, no para ser hombres libres”
-José Luís Sampedro-
Mujer con bolsas de compras
No obstante, esto no es verdad: nosotros no somos más felices de lo que eran nuestros padres por tener un teléfono móvil de última generación, dos coches y tres ordenadores en casa. Quizá, eso sí, llevemos una vida más cómoda, pero el consumo de cosas como esas no nos llenan como personas.
Cuando mi hermana me comenta que ‘necesita’ comprar ropa de nueva temporada y tiene dos armarios llenos de prendas con las que vestirse, me pregunto hasta qué punto vivimos engañados con nuestras necesidades: solemos dar importancia a lo que no la tiene y nos olvidamos de aquello que sí, hasta que nos falta.

¿De verdad lo necesito para ser feliz?

Lo que evidencian esos ejemplos es la cercanía de la cita del inicio, tanto que nos parece sorprendente que se venga formulando desde la Edad Media. Sin embargo, esto ocurre porque la idea que transmite nos la hemos repetido cientos de veces: ¿necesito esto de verdad? Es una pregunta que podemos hacernos en muchos casos.
Como decíamos, tenemos tantas cosas que a veces olvidamos aquellas con las que no podríamos vivir: una buena salud anímica y física, la posibilidad de tener relaciones personales que nos den vida como aquellos amigos que estarán ahí siempre o la suerte de contar con una familia.
“El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”
-Waldo Emerson-
Pareja representando lo que amas
Todo eso y más no puede pagarse ni con todo el oro del mundo, aunque lo valga. Es por ello, además, por lo que paradójicamente todo eso puede hacernos ricos de felicidad: nadie se sentirá mejor que quien supera un cáncer, vence una depresión o encuentra en su pareja el mejor apoyo y un abrazo sincero, por ejemplo.

Ser feliz con lo que tenemos

Guerrero de la Luz


Un guerrero no necesita que nadie le recuerde la ayuda de los otros; él se acuerda solo y reparte con ellos la recompensa.

Todos los caminos del mundo llevan hasta el corazón del guerrero; él se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida.

El guerrero sabe que es libre para elegir lo que desee; sus decisiones son tomadas con valor, desprendimiento y – a veces – con una cierta dosis de locura.

Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida y alegran a todos los que en ellas participan.

Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del tiempo.

Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.

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“Es curioso – comenta para sí el guerrero de la luz -.

Cuánta gente he conocido que en la primera oportunidad intenta mostrar lo peor de sí mismo. Esconden la fuerza interior detrás de la agresividad; disfrazan el miedo a la soledad con aires de independencia. No creen en su propia capacidad, pero viven pregonando a los cuatro vientos sus virtudes.”

El guerrero lee estos mensajes en muchos hombres y mujeres que conoce. Nunca se deja engañar por las apariencias y permanece en silencio cuando intentan impresionarlo. Pero usa la ocasión para corregir sus propios fallos, ya que las personas son siempre un buen espejo.

Un guerrero aprovecha toda y cualquier oportunidad para enseñarse a sí mismo.



Un guerrero de la luz sabe que ciertos momentos se repiten.

Con frecuencia se ve ante los mismos problemas y situaciones que ya había afrontado; entonces se deprime, pensando que es incapaz de progresar en la vida, ya que los momentos difíciles reaparecen.

“¡Ya pasé por esto!”, se queja él a su corazón.

“Realmente tú ya lo pasaste – responde el corazón -, pero nunca lo sobrepasaste”.

El guerrero entonces comprende que las experiencias repetidas tienen una única finalidad: enseñarle lo que no quiere aprender.

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Un guerrero de la luz siempre hace algo fuera de lo común.

Puede bailar en la calle mientras se dirige al trabajo, mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista, defender una idea que puede parecer ridícula. Los guerreros de la luz se permiten tales días.

No tiene miedo de llorar antiguas penas, ni de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente que llegó el momento, lo abandona todo y parte hacia su aventura tan soñada. Cuando entiende que está en el límite de su resistencia, sale del combate, sin culparse por haber hecho alguna locura inesperada.

Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.

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Desde el momento en que comienza a andar, un guerrero de la luz conoce el Camino.

domingo, 15 de mayo de 2016

“¿Sufres?”


“Cuando sufrís, procurad tomar conciencia de que sólo una parte de vosotros está afectada por este sufrimiento. 

Otra parte de vosotros permanece inaccesible: vuestro espíritu. Vuestro espíritu es libre, no está sometido a ninguna limitación. 

Desde las regiones sublimes en las que se encuentra, os mira, os aconseja. 

Y hasta a veces os dice: «¿Sufres? 

Pues bien, alégrate, porque si eres inteligente, gracias a este sufrimiento ganarás todavía algo más de lucidez, de comprensión y te fortalecerás.»


El que es desdichado tiene tendencia a identificarse con su desgracia y se deja invadir por ella. 

Y eso es lo peligroso para él. 

Debe, al contrario, ponerse inmediatamente en alerta y decirse:

El resto de tu vida


Se acabó esconderse. La vida no es un armario. Tú no eres un muñeco que pueda meterse en la caja y salir cuando no hace frío o el viento es propicio. Si no sales cuando las cosas pintan mal, no saldrás nunca. Porque te harás pequeño y diminuto. Porque siempre pensarás que no es el momento y te acurrucarás plácidamente a esperar. Y un día te darás cuenta de que eres viejo… Y aunque nunca es tarde, ¿por qué no gozar antes? ¿por qué no intentar antes ser como sueñas? ¿por qué esperar a mañana para vivir?

Tu forma de ver la vida no es negociable. No puede haber regateos ni rebajas. Si aceptas menos de lo que mereces, vas a tener que sobrellevarlo siempre o hasta que no puedas más y vuelvas a reclamar lo que es tuyo, las riendas de tu vida. Si te tragas lo que no soportas, si te callas lo que suplicas decir… Un día estallará dentro de ti.

Lo cual no significa que no aceptes algunas situaciones adversas, al contrario. Las aceptas, buscas la forma de aprender de ellas y empiezas a cambiarlas con tu actitud. Imaginando cómo darles la vuelta. Sólo con que en tu mente ya exista esa posibilidad de cambio, ya existe ese cambio en la vida real. Ya estás incubando una oportunidad. Ya cambia todo porque tú cambias por dentro.

¿No te has dado cuenta de cómo has cambiado ya sólo por planteártelo? ¿No te has fijado en las palabras que usas ahora y que no usabas antes?
Has pasado del no puedo al me gustaría…
Del no va conmigo al “tal vez”. Eres otra persona, el de siempre, con esperanza… La esperanza lo mueve todo si eres capaz de conseguir que se instale en tu vida y se convierta en en confianza.

Del Imposible al posible hay dos letras. Y las escribes tú.

Tus pensamientos crean tu camino. Lo que imaginas empieza a existir en el preciso momento en que lo dibujas en tu cabeza. Tus palabras esculpen cada uno de tus pasos. Tus ideas cobran vida. Tus sueños construyen tu presente y tu futuro.

Y no tiene que ver con la situación, ni con tus habilidades. Tiene que ver con tu forma de mirar. Para saber si eres de los que pasan por delante de ese lugar donde reparten alegría y nunca entras o si estás construyendo un puente imaginario para llegar al otro lado donde sabes que pasan cosas.

A veces, hay que gastar el último euro que nos queda en una libreta donde hacer una lista de lo que será nuestra vida en el futuro. En un libro que nos ayude a encontrar respuestas, en un café en buena compañía que nos dará fuerzas para seguir, en subir a la noria para ver que cuando el mundo no gira, giras tú… Aunque el miedo nos diga que será mejor ahorrarlo y guardar. Y seremos un euro más ricos, económicamente ricos… Y más pobres en emociones, en respuestas, en sensaciones… No habremos conseguido activar en nosotros esa palanca que un día se pone en marcha y notas cómo lo cambia todo…

Ese momento en que te cruzas con alguien en la vida y te dice una frase, sólo una palabra tal vez, y esa palabra lo es todo. Es la palabra que estabas necesitando oír y notar. Te zarandea tanto por dentro… Te remueve los cimientos y te conmueve las entrañas. Te trae recuerdos, te inspira, tanto que insufla unas ganas tremendas de devorar una vida que hasta hoy simplemente mordisqueabas… Te saca de dentro esa persona capaz que estaba dormida y sumisa a un destino que no le pertenece.

A veces, hay que apostar todo lo que tienes por todo lo que sueñas, aunque te quede muy poco y la altura de tu sueño sea vertiginosa. Nunca tenemos tan poco como creemos… Nunca son demasiado grandes nuestros retos porque siempre podemos crecer hasta llegar al tamaño necesario para que sean asequibles.

Eso es lo que importa. Ese es el gran logro. No conseguir el sueño sino convertirse en la persona que es capaz de tocarlo. Alcanzar el tamaño que requiere nuestro sueño, lo obtengas o no, y notar que a partir de entonces lo puedes todo… Prepararse para llegar a la cima y tal vez no llegar pero saber que ya nunca dudarás de tu capacidad porque ya eres ese tipo de persona que sube cimas y logra sus retos.

Porque has alcanzado la medida necesaria para asumirlos.
Porque tal vez tu sueño estaba ahí para ser un primer paso, una excusa, un cebo gracias al cual poder transformarte.
Aunque para eso hace falta salir de debajo de la cama, del armario, del servicio, de la rutina, del traje gris y detrás de la pantalla del ordenador.
Se acabó esconderse aunque haga frío. Aunque esté oscuro. Aunque los pies pisen suelo desconocido y las piernas flaqueen.

Se acabó esperar a saber que todo está bien para explorar la vida. Se acabó buscar seguros y escondites.

La vida se nos escapa mientras esperamos el momento adecuado.

Se acabó esa sensación de que hay cosas que no van contigo, que están fuera de tu alcance, que nunca te pasan a ti.

Se acabó esperar a que todo sea perfecto para empezar a vivir…