Si comprendemos que la naturaleza encierra en su forma o geometría sagrada una continuidad generadora de vida constante, estaremos aprovechando su energía. Para ello, antes, debemos saber de qué se trata esa forma existente en cada ser viviente del Cosmos.
Se llama Flor de la vida al patrón geométrico que forman diecinueve círculos entrelazados e insertados a su vez dentro de una esfera. Esta figura fue hallada en ruinas egipcias, celtas, babilónicas, turcas y griegas, y otras. Este diseño está más allá de cualquier raza o religión, es una parte íntima de la naturaleza y de la conformación del universo. Todas las formas de vida tienen campos de energía alrededor del cuerpo que se acoplan a esta geometría, que es la imagen misma de la Creación. Dentro de la Flor de la Vida encontramos, además, todas las formas geométricas básicas.
El Holograma del Amor
La esfera holográfica, conocida también como el Holograma del Amor, demuestra que el universo entero se engendró a través de esta esfera sagrada. Es el símbolo del amor incondicional. Está presente en nuestras células y en todo ser viviente. Contiene todas las formas de la Geometría Sagrada.
Para qué sirve:
Si logramos activar dentro nuestro este holograma, la semilla del amor incondicional germinará en nosotros y los hologramas comenzarán a girar en sentido contrario a las agujas del reloj, remontándonos a nuestros orígenes, llevándonos hacia la fuente de la Creación y sintonizándonos con la frecuencia divina.
Cómo se manifiesta:
Esta expansión de la conciencia nos permitirá unirnos con la consciencia cósmica y experimentar el amor en forma más pura. Al hacerlo, nuestra vida cambiará para siempre.
Creando el campo Merkaba
Los pensamientos y las emociones positivas nos ayudan a crear el campo Merkaba viviente en torno a nuestro cuerpo. Los beneficios de esta energía, que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, pueden llegar a conformar un aura protectora y muy poderosa. Los llamados “iluminados” son personas de gran amor y bondad que están precisamente recubiertos por la luz divina de Merkaba. Estos iluminados, santos, maestros ascendidos, etc., pueden producir milagros debido a que poseen la gran energía divina. El entrenamiento para contactarse con la Geometría Sagrada comienza con la respiración.
La respiración
La respiración Merkaba no sólo se realiza a nivel pulmonar. Por un lado se inspira y se exhala aire, pero también se absorbe prana (el vehículo cósmico de la vida) a través de los chakras. Para realizar esta respiración deberá ubicarse en posición cómoda –la del loto es ideal- en un lugar tranquilo y armonioso. Puede encender un incienso, poner música, etc. Luego, comience a inspirar por la nariz y exhalar por la boca, practicando una respiración diafragmática suave.
Visualice una luz blanca que asciende y gira en sentido contrario a las agujas del reloj.
Imagine que se encuentra dentro de una esfera de luz que lo protege, mientras ve girar la luz.
Perciba una luz dorada que se proyecta hacia el chakra coronario desde arriba y sienta cómo recorre los distintos chakras, llenándose de amor y vida.
¿Cuáles son sus efectos? La consciencia de ser se expandirá y la claridad mental será cada vez mayor, pero el logro supremo será sentir en cada célula el amor incondicional de Dios.
4 ejercicios simples de meditación
Una vez que este habituado a la respiración Merkaba, ha llegado el momento de meditar a un nivel más profundo, tratando de hacernos Uno con el Amor Divino.
Dejar fluir el amor
Acosados por el escaso tiempo de ocio, las exigencias de la vida cotidiana y las angustias, damos poco tiempo a nuestro corazón para amar incondicionalmente. Tomemos un tiempo para dedicar a alguien. Una mascota, plantas, un familiar enfermo, etc. Será un momento de amor íntimo si se hace verdaderamente con el corazón.
Conectarnos con el Yo supremo







