martes, 13 de septiembre de 2016

“La música y el canto”


“La palabra es creadora de mundos y estos mundos son capaces de mantenerse mucho tiempo. 

Es imposible saber hasta cuándo una palabra puede producir efectos. 

Entonces, ¿qué pensar de todas esas músicas que se oyen en la actualidad, músicas histéricas sobre las que se han puesto tantas palabras vulgares o violentas? 

Es peligroso para una sociedad, subestimar su poder destructor.

En una Escuela iniciática, la música y sobre todo el canto, juegan un importante papel. 

Puesto que en el canto nosotros mismos somos el instrumento que produce los sonidos, cantar tiene efectos muy poderosos sobre nuestro cuerpo físico y nuestros cuerpos sutiles. 

Con el canto, emitimos ondas, corrientes de fuerzas que crean formas en nosotros. 

Somos instantes


Somos instantes, momentos pasajeros y una sucesión de recuerdos. Somos viajeros en el tiempo, en una fracción del mundo en la que instalamos nuestra vida como si fuera durar para siempre. Pero lo cierto es que somos fugaces, somos como huellas en la arena que las olas borran al momento. Sin embargo, a pesar de ello, creemos que somos cemento.
Nos empeñamos en vivir instalados en el cuento de aquello que nos hiere y en el lamento de no tener lo que nos falta y nos olvidamos de vivir lo que tenemos. Dejamos que el tiempo se escape sin pensar que nada es eterno, ni lo que amas ni lo que te hiere, porque en realidad somos una sucesión de momentos, somos instantes pasajeros.
Lo queremos todo al momento, no tenemos lugar para el respiro, todo es rápido, todo pasa y nada se disfruta. En el mundo de la comida rápida, las citas exprés y los horarios repletos de citas de trabajo, hemos perdido la perspectiva del valor del tiempo, preocupándonos más por el sufrimiento que por el placer de las cosas simples vida.


Somos unos locos que no sabemos vivir el momento

Somos unos locos que no sabemos vivir el momento. Preferimos ir deprisa mirando el suelo en lugar de disfrutar del lugar en el que estamos. Preferimos correr para llegar a cualquier sitio en lugar de pasear y respirar lo que nos rodea. Preferimos dejar que eltiempo se escape entre nuestros dedos que agarrar el momento con fuerza para vivirlo sin miedo.
Defender tus capacidades frente al paso del tiempo
Lo queremos todo deprisa porque siempre hay algo más importante, algo más allá que disfrutar del momento presente y nos olvidamos de disfrutar de lo que tenemos,porque nunca paramos lo suficiente como para darnos cuenta de ello. Vivimos encerrados en un túnel del tiempo, un túnel oscuro con una sola luz al fondo que nos impide ver aquello que nos rodea y que nos empuja a ir ciegos hacia ese futuro incierto.


Somos instantes que vivimos como si fuéramos eternos. Somos instantes que no disfrutamos de lo que tenemos a nuestro alrededor en todo momento. Nos comportamos como si ya hubiera tiempo para disfrutar de lo bueno cuando, en realidad, nos lo estamos perdiendo.

Somos unos “masocas” instalados en el sufrimiento

Y en cambio, cuando algo nos hiere, somos “masocas” instalados en el sufrimiento. Nos sumergimos en el dolor y nos abrazamos a la queja como si no hubiera nada más en el mundo que nuestros problemas. Nos cegamos ante ese dolor y dejamos de ver que más hay ahí fuera.
Hurgamos en nuestras heridas despacio y sin buscar soluciones. Nuestras conversaciones se vuelven monótonas día a día porque paramos nuestros relojes en aquello que nos lastima. Somos instantes menos cuando sufrimos, entonces somos eternos y dañinos.
desde hace tiempo que me siento vacío por dentro
En ese agujero negro del sufrimiento en el que con gusto nos vemos inmersos, nos cegamos ante la luz que nos haga salir de nuestros problemas porque sólo somos capaces de sentir eso ya que siempre dejamos escapar lo bueno. Nos olvidamos de recordarnos que somos instantes y el dolor es pasajero.

Si somos instantes, vivámoslos sin miedo

Tú no eres el “yo soy”

Nisargadatta Maharaj
Comentarios a las enseñanzas de Sri Nisargadatta Maharaj

El “yo soy” está ahí desde el principio; siempre está presente, siempre a nuestra disposición. Rechaza todos los pensamientos excepto el de “yo soy” y permanece ahí.

Comprender el “yo soy”, tu conciencia de “ser” o de “estar presente”, es tremendamente importante, ya que en esto radica el peso total de la enseñanza de Maharaj. En primer lugar, ¿eres consciente de tu “ser” o del hecho de que “eres”? Tienes que “ser”, que existir, antes de que nada sea. Tu sentido de “presencia” o de que “eres” es fundamental para lo que sigue a continuación.

Segundo punto: esta conciencia de “ser” o de que “eres”, el “yo soy”, ¿no fue acaso lo primero que aconteció antes de que ninguna otra de tus experiencias vitales pudiera tener lugar? Regresa con la mente al instante en que por primera vez te diste cuenta de que “eras”, el instante en que fuiste consciente del “yo soy”. Este “yo soy” todavía está contigo, siempre presente, siempre disponible; fue y todavía es el primer pensamiento. Rechaza todos los otros pensamientos; regresa ahí y permanece ahí. E intenta comprender y empaparte de este “ser” o yoidad que es inherente a ti. Cuanto más claro y en detalle lo veas, más rápido será tu progreso.

Tan solo instálate y permanece estable en el “yo soy”. Rechaza todo lo que no tenga que ver con el “yo soy”.

Tras haber comprendido el “yo soy” en todas sus formas, el siguiente paso es permanecer ahí, establecerse en la conciencia de “ser” y no desviarse de ella en absoluto. En el preciso instante en que comienzas a pensar en cualquier otra cosa, puedes estar seguro de que se han agregado añadidos sobre la base del “yo soy” y de que, por tanto, este ha perdido su pureza. Rechaza cualquier cosa que signifique “yo soy tal y tal”, porque todo ello son contaminantes y que no tienen que ver con la conciencia básica de ser; no pertenece a ella.


El “yo soy” constituye la única certeza. Es impersonal y todo conocimiento nace de ahí; es la raíz de todo. Aférrate a él y deja que el resto se vaya.

Justo desde el instante en que descubriste que “eres” hasta este día, sabes que “tú eres”. Todo el resto de añadidos vinieron y se fueron. Son impermanentes. Pero el “yo soy” fundamental ha permanecido inmutable y es tu única certeza. El “yo soy” es impersonal, no usa palabras, no pertenece a nadie, es común a todos. En el instante en que supiste que “tú eres” no conocías las palabras ni el lenguaje; estos vinieron más tarde.

Basándote en este “yo soy” no verbal, más tarde fuiste capaz de expresar verbalmente “yo soy” en cualquier idioma que aprendiste. Luego, de este minúsculo, extremadamente pequeño “yo soy” creció el conocimiento y se desarrolló vertiginosamente, hasta alcanzar proporciones inmensas. Así pues, todo el conocimiento nace del “yo soy”, el cual es el fundamento, la base, el origen, la raíz de todo. Debes aferrarte a este “yo soy” y abandonar el resto.

El “yo soy” es; es siempre fresco, siempre acaba de nacer. A todo el resto se llega por deducción. Cuando el “yo soy” desaparece, lo que queda es el Absoluto.

La conciencia de “ser” siempre está ahí, tan fresca como el primer día. Nunca te abandona; siempre está disponible para ti. En cualquier estadio en que se encuentre tu vida, esta conciencia se ha quedado contigo sin cambiar, inmutable. Las circunstancias, las relaciones, la gente, las ideas, etcétera, todo lo que no es esa conciencia ha ido cambiando. Todo eso nació por inferencia, pero el “yo soy” ha permanecido y se ha mantenido sin cambios a través de esas turbulencias. ¿Qué ocurrirá cuando el “yo soy” desaparezca? ¿Qué permanecerá entonces? La insinuación de la cita anterior ahora cobra énfasis: permanecerá lo que está más allá del “yo soy”, el Absoluto.

Aférrate al “yo soy” y ve más allá de él. Sin el “yo soy”, serás feliz y estarás en paz.

En este momento posees el “yo soy”. Aférrate a él, porque es el único medio que tienes de ir más allá; no dispones de ningún otro. Sí, se trata de ir “más allá”, pues ¿qué te ha ofrecido el “yo soy” sino conflictos y penalidades? Llegó, se identificó con tu cuerpo y te convertiste en un individuo. Ahora recorre el camino inverso: acude al “yo soy”, trasciéndelo y serás feliz, estarás en paz.

Aférrate al “yo soy” excluyendo el resto. El “yo soy” que está en movimiento crea el mundo, mientras que el “yo soy” que está en paz se transforma en el Absoluto.

Deja de lado todo lo demás y tan solo aférrate al “yo soy”. Observa su poder, sus inquietudes y sus movimientos, los cuales han creado el mundo y con él toda esta confusión y sufrimiento. Regresa al “yo soy” y deja que el “yo soy” permanezca en el “yo soy”. Entonces se aquieta y desaparece. En ese momento hay paz, ya que tan solo queda el Absoluto.

El “yo soy” te trajo hasta aquí, el “yo soy” te sacará de aquí. El “yo soy” es la puerta. ¡Quédate junto a ella, porque está abierta!

lunes, 12 de septiembre de 2016

“La Fuente”


“La fuente, ¡qué símbolo tan profundo y significativo! 

¿Por qué? 

Porque nunca cesa de brotar y de manar.

Y la fuente en nosotros, que no debe dejar nunca de brotar y de manar, pura, transparente, es el amor. 

A pesar de lo que nos suceda, nunca debemos dejar que nuestra fuente se seque.

¡Cuántas personas deciden cerrarse a los demás en cuanto descubren que les han engañado! 

¡No hagáis nunca eso! Antes, cuando ignorabais que os engañaban, vuestra fuente manaba al menos y erais los primeros en beneficiaros de este amor que brotaba en vosotros. 

No os aconsejo la ingenuidad, la ceguera, evidentemente; al contrario, tratad, en la medida que os sea posible, de ver a los seres con claridad. 

Pero si sucede que os engañan, decíos que ello no es tan grave. 

Lo que es grave es que el amor deje de habitar en vosotros. 

“Los milagros son comparables a las piedras”


“LOS MILAGROS SON COMPARABLES A LAS PIEDRAS:

ESTÁN POR TODAS PARTES OFRECIENDO SU BELLEZA Y CASI NADIE LES CONCEDE VALOR.

VIVIMOS EN UNA REALIDAD DONDE ABUNDAN LOS PRODIGIOS, PERO ELLOS SON VISTOS SOLAMENTE POR QUIENES HAN DESARROLLADO SU PERCEPCIÓN.

SIN ESA SENSIBILIDAD TODO SE HACE BANAL, AL ACONTECIMIENTO MARAVILLOSO SE LE LLAMA CASUALIDAD, SE AVANZA POR EL MUNDO SIN ESA LLAVE QUE ES LA GRATITUD.

CUANDO SUCEDE LO EXTRAORDINARIO SE LO VE COMO UN FENÓMENO NATURAL, DEL QUE, COMO PARÁSITOS, PODEMOS USUFRUCTAR SIN DAR NADA EN CAMBIO.

MAS EL MILAGRO EXIGE UN INTERCAMBIO: AQUELLO QUE ME HAS DADO DEBO HACERLO FRUCTIFICAR PARA LOS OTROS.

SI NO SE ESTÁ UNIDO NO SE CAPTA EL PORTENTO. LOS MILAGROS NADIE LOS HACE NI LOS PROVOCA, SE DESCUBREN.

Para atraer algo a tu vida, imagina que ya está ahí


Todos nos agobiamos cuando nos proponemos un nuevo proyecto: las dudas sobre si nos saldrá bien, si valemos lo suficiente o si decepcionaremos a aquellos que nos importan. Interrogantes que imaginamos y se apoderan de nosotros.
Es de precavidos tener miedos, y de valientes acotarles y ponerles límites. Imagina lo que quieras en tu vida y, a partir de ahí, lucha para conseguirlo.

Atrae lo positivo, no dejes de soñar

Antes de dar un paso hacia el futuro, imagina lo que quieres que haya en él. No importa cuánto tiempo nos lleve el darnos cuenta de nuestros sueños, sino luchar por hacer que estos se hagan realidad. Por muy difícil o imposible que parezca aquello que imaginamos, merece la pena intentarlo; de hecho, seguramente muchos de los actores, futbolistas, científicos o referentes que tenemos hayan pensado lo mismo en algún momento de su vida.
“-La ilusión no se come -dijo ella.
-No se come, pero alimenta -replicó el coronel.”
-Gabriel García Márquez-
Niña con flores
Ellos, en su momento, también partieron de la nada y pusieron lo mejor de sí mismos para conseguir alcanzar sus metas. Pero, antes de tenerlas, las imaginaron. Ciertamente, no es fácil llegar a una posición privilegiada, pero es necesario sacar las inquietudes que llevamos dentro.
Imagina a lo grande e intenta llegar a ello con pasos pequeñitos. Ten paciencia y pide cuanta ayuda te sea necesaria, porque quienes te quieren se enorgullecerán de verte triunfar; y si no es posible, te valorarán incluso más por haber vencido tus dudas y haberlo intentado. Piensa que, si nadie lo hubiese imaginado, hoy en día por ejemplo ni siquiera tendríamos aviones para transportarnos de un continente a otro en unas horas.

Cuando algo salga mal, levanta

Cuando imaginamos nuestro futuro ideal pocas veces somos conscientes de la longitud del camino, pues este, además de largo, probablemente esté lleno de obstáculos. Sin embargo, no hay mejor forma para darse cuenta de ello que empezar a andarlo y disfrutar con cada una de las lecciones que iremos aprendiendo. Imagina y luego crea.
De hecho, todos conocemos aquello de “nadie dijo que fuera fácil”, y efectivamente, pocas cosas son fáciles de conseguir en nuestro mundo: las lecciones también sirven para hacernos más fuertes y valorar nuestro propio esfuerzo. Puede que esto sea mayor motivo de orgullo que conseguir nuestro fin.


No te rindas y lucha con todas tus fuerzas: si imaginas tu sueño con claridad, también te será más fácil elegir tus pasos para llegar a él, aunque a veces tengas que desviarte un poco del camino. Al fin y al cabo, estas son las cosas que ponen a prueba nuestro talento, saber estar y determinar con inteligencia hasta qué punto estamos dispuestos a arriesgarpor lo que queremos.

Trae tu imaginación a la vida

domingo, 11 de septiembre de 2016

“Este día que empieza”


“Por la mañana, al despertar, procurad que penetre en vosotros la importancia de este día que empieza. 

Para ello hay un método: hacer como si este día fuese el último. 

Algunos dirán que esto supone vivir continuamente con el pensamiento de la muerte, lo que es espantoso. 

No, vivir cada día como si fuese el último no nos empuja hacia la muerte, sino que, por el contrario, nos empuja hacia la vida. 

Quién camina hacia la muerte es más bien el que se comporta con ligereza y despreocupación, como si tuviese la eternidad ante él, porque malgasta su vida.

Cuando los sabios nos aconsejan que vivamos cada día como si fuese el último, desean solamente animarnos a hacer que el día de hoy sea más útil, más bello, más precioso que el de ayer.

Resultados de la búsqueda CUANDO LAS ALMAS SE RECONOCEN


En la vida y al largo de nuestra existencia se dan numerosos procesos evolutivos, unos conscientes y otros inconscientes, todo depende de nuestro estado de consciencia.
Uno de estos procesos es el reencuentro de almas, que en un pasado cercano o lejano ya estuvieron unidas y que de nuevo el Universo necesita que así sea para dar el salto final a éstas o a una de ellas, así como para implantar en la vida las semillas de luz y esperanza para el bien de la humanidad, procedentes éstas de la unión y amor entre ambas almas; no hay otra forma de que esto sea posible.
Se trata de una fuerte conexión de Ser a Ser, de Alma a Alma, de Corazón a Corazón, y la mejor manera de prepararnos para ello es tener consciencia universal, dejarte fluir con confianza, y sobre todo cuando una de las dos almas está más dormida, pues es el confiar en la otra y dejarte guiar por ese Ser especial que ha llegado a tu vida.
Normalmente casi siempre se dan estos casos, en los que una de las dos almas está más dormida y necesita de la otra para terminar de despertar, y así comenzar las dos juntas con su misión universal que les fue otorgada antes de su venida a esta vida, y con la que ambos se comprometieron como seres de luz con cuerpo físico, por el bien de la humanidad.
Estas relaciones álmicas son excelentes, son grandes regalos del universo, son relaciones en las que ambas partes se unifican para formar un solo Ser, aunque eso sí, sin perder libertad, ni individualidad.
Estas relaciones hacen despertar todos nuestros sentidos, nos ayudan a despertar y reconocer nuestras capacidades y cualidades innatas, nos ayudan a ser dueños de nuestra vida y de nuestra verdadera identidad, somos responsables de nuestra felicidad, nos colman de amor y bienaventuranzas; son relaciones muy especiales que aunque al principio cuesten un poco por todo el proceso alquímico interno que se produce entre ambas almas desde el momento que se reencuentran y se unen, y que a veces ninguna de las dos son conscientes de ello, pero que pasado este tiempo alquímico aparece el equilibrio, la armonía, pasión, plenitud, belleza, perfección, la “iluminación”.
Hay veces que estas relaciones no se dan por motivos personales o familiares, ya que nos dejamos arrastrar más por la opinión de los familiares que actúan muchas veces de forma egoísta, y otras veces por nuestra mente y emociones que nos hace dudar, desconfiar ante la belleza y el amor correspondido, nos pone en un estado de comodidad y pasividad, y se va dejando pasar el tiempo, mientras en el otro plano están esperando nuestra actuación para el bien universal.
El universo como siempre respeta la opinión que tomemos y no fuerza situaciones pues se guía por la ley del libre albedrío, y esperará pacientemente durante toda la vida, incluso hasta otra ocasión en que pueda repetirse este reencuentro si en este no se da.
Estas parejas álmicas son unos mágicos espejos en el que uno puede verse en el otro,siendo esta una visión interior de nuestra propia sabiduría, espiritualidad y evolución, y donde podemos ver todas nuestras cualidades-incluso aquellas ocultas y olvidadas por desprecio o desvalorización propia o de terceras personas-, también podemos ver nuestras luces y sombras (si es que se ha adquirido alguna al coger un cuerpo físico) para seguir perfeccionándonos con la ayuda del otro.
Estas parejas pasan por un proceso que lleva su tiempo, debido a la alquimia interior que se desarrolla en ellas, para poder reconocerse ambas almas mutuamente.
El fundamento de estas relaciones es estar presente y consciente para sí mismo y para el otro, por lo que a través de la meditación nos conectamos con lo más profundo de nuestro Ser y del otro, y a su vez con lo más sutil y amoroso del Universo, alimentándonos desde el interior.
En estas parejas cada uno tiene su camino en la vida y cumple su misión,aunque ambos se acompañen en el recorrido ya que el objetivo es el mismo, y uno complementa al otro, pero cada uno actuando desde sí.