martes, 20 de septiembre de 2016

“La responsabilidad individual como punto de apoyo para mover el mundo”


Extracto del libro Un Nuevo Mundo en manos de Héroes (pág. 698-701, 2004)

En latín, la palabra responsabilidad es “responsum” y significa “habilidad para responder“. Hemos visto que factores como un sistema educativo que promueve la sumisión, una alimentación intoxicante, la ausencia de mitología, un estado psicológico general débil y enfermo, el Amor NegativoTM, el miedo a todo, alimentado diariamente por los medios de comunicación, una sociedad tecnológica cómoda y entretenida, nos vuelven más susceptibles de permanecer en un estado psicoespiritual de Huérfano, pasivos, dependientes y resignados, por impotencia.

Este cuadro es justo el opuesto de lo que debería ser si las personas se sintieran responsables de sí mismas. Es posible que ahí se encuentre el origen de que 1 de cada 3 españoles hayan necesitado en el último año ansiolíticos, somníferos y/o antidepresivos. Algo que, en muchas ocasiones, es muestra de un deseo de querer desconectar (no asumir la responsabilidad) de lo que nos ocurre, parcheando los síntomas que nos indican que algo no va bien en nuestra vida. Pero, de esta manera, nos volvemos incapaces de responder porque dejamos de ser dueños de nosotros mismos, soberanos de nuestras vidas.

Ser responsable no significa únicamente ser puntuales en el trabajo y hacerlo bien, cuidar de nuestros hijos, no correr riesgos innecesarios, no beber alcohol si se va a conducir, etc. La responsabilidad, la capacidad para responder, incluye todos estos aspectos, y se extiende más allá. La responsabilidad está asociada al despertar, al darse cuenta, al hacerse consciente, tanto de los mecanismos y motivaciones que nos mueven a actuar y que nos limitan, como del impacto que causamos, directa o indirectamente, sobre todos los seres. La asunción de responsabilidad depende del nivel de conciencia consecuente al despertar interior. No podemos hacernos responsables de lo que no somos conscientes. De esta forma, tampoco tenemos poder de elección y decisión para cambiar algo si así lo consideramos. Para tratar de explicar esta idea, utilizaré un ejemplo.

Hace unas semanas, vino a casa una persona que iba a hacer una presentación de unas ollas y cazos para cocinar, hechos de acero inoxidable y titanio, para lo cual se ofreció a hacernos la cena, a fin de que pudiéramos comprobar la diferencia entre las ollas que utilizamos habitualmente y las que nos iba a mostrar. Una de las pruebas consistía en hacer hervir agua, tanto en las sartenes y cazos que utilizamos habitualmente, como en las suyas. Con esto, se trataba de demostrar que cada vez que se calientan ollas, sartenes y demás utensilios para cocinar, se liberan partículas altamente tóxicas para nuestro organismo, metales pesados. Calentamos el agua hasta que hirvió, y después pudimos comprobar el diferente sabor en función de los minerales tóxicos liberados. Para mi sorpresa, la sartén con recubrimiento de cerámica, que se vende como ecológica, fue la que tuvo un peor resultado; el agua tenía un sabor picante por los químicos de la cerámica[1]. En las ollas que nos estaban presentando es posible cocinar las verduras sin añadir agua, manteniendo las verduras a una temperatura controlada. A la hora de probarlas, la diferencia era abismal, ya que, de esta manera, las verduras mantienen, en mayor medida, sus minerales, encimas y vitaminas.

Lo más importante que esta experiencia pone de manifiesto es que nos hace tomar conciencia de que, al cocinar, se liberan metales pesados. Sabemos el daño para la salud que supone la acumulación de metales pesados en el organismo, que llegan a nuestro torrente sanguíneo y, posiblemente, traspasen la barrera hematoencefálica, afectando a nuestro cerebro y a las conexiones neuronales. Si pensamos en la cantidad de horas que utilizamos las ollas, año tras año y la cantidad de metales pesados que ingerimos, es para tenerlo en cuenta. A partir de disponer de estas informaciones es cuando uno tiene la capacidad de hacerse responsable y de tomar decisiones acerca de los utensilios a utilizar para cocinar.

He puesto este ejemplo porque es el más reciente que tengo, mientras escribo estas líneas, y creo que ilustra el paso de la ignorancia al conocimiento, el despertar y la oportunidad para hacerse cargo de una situación para mejorarla. Pero podemos extender esta circunstancia a cientos, miles de aspectos, en cada uno de los Cuatro Cuadrantes. Aspectos que a día de hoy ignoramos y que están teniendo una influencia directa (tanto beneficiosa como perjudicial) sobre nosotros y sobre los demás.

Permanecer dormidos e ignorantes hace más fácil que aquellos con conocimiento, inteligencia y ausencia de compasión se aprovechen de nosotros, la población ignorante. Nuestra comodidad, pereza, pueril escepticismo e incredulidad, hacen más fácil que las élites en las sombras hayan llegado tan lejos. Esta realidad es muestra del aletargamiento de nuestra conciencia, de lo contrario, no estaríamos como estamos. La única manera de revertir esta situación es, como ya hemos dicho, empezar a abrir los ojos y sacudirse del cómodo sillón, tirar la televisión y empezar aprender a pensar, investigar y reflexionar por uno mismo. Ello es muestra de responsabilidad. Del mismo modo que también lo es hacerse cargo de las propias emociones negativas, fruto del Amor NegativoTM, que perpetúan el sufrimiento, el dolor y relaciones desgastantes y destructivas generación tras generación. Algo que nos resta poder interior para transformar a través de la acción.

A medida que, con el conocimiento y la sabiduría disipamos la ignorancia, nuestras acciones se vuelven más conscientes. De modo que reducimos el impacto negativo sobre nosotros y los demás, y tratamos de amplificar el positivo. Puede ocurrir, no obstante, que uno se pase al otro lado, y decida conscientemente hacer el “mal” por ciertas razones.

EL AMOR A LO DESCONOCIDO


La persona necesita tener todo bajo control. Necesita asegurar su futuro porque le teme. Necesita de la jubilación por miedo a la carencia. Necesita encontrar un compañero o compañera por miedo a la soledad. Quiere seguridad en todos los sentidos. No puede relajarse, no sabe confiar.

El sabio en cambio es juguetón. Se toma todo a la ligera y vive despreocupado porque confía plenamente en la Existencia. Sabe que siempre vendrá lo que necesita porque está unido a la fuente y jamás se olvida de ello. No le cree al mundo exterior ni a los datos de la “realidad”. Comprende que la sociedad está enferma y alienada, regida en base al control y al miedo, y no le otorga ningún poder. Al hombre sabio le gusta la expectativa; le entusiasma no saber nada. Cuanto menos sepa del futuro mejor. Le fascina ver como la Vida se las ingenia para poner en su camino aquello tan sorprendente que no es capaz de imaginar hoy.

Dime, ¿tú vives libremente y despreocupado o te dejas arrastrar por la corriente externa del miedo tal cual una oveja que necesita del rebaño para sentirse protegida? Déjate arrastrar por la sabiduría de la Creación. No te auto limites. Ábrete a todas las posibilidades. ¿No te das cuenta de que si tú controlas y planeas todo le impides a Dios desplegar su gran amorosidad e ingenio para hacerte llegar las maravillas que tiene preparadas para ti?

lunes, 19 de septiembre de 2016

“Lo que vivís interiormente”


“Todo lo que vivís interiormente, tiene consecuencias. 

¿Por qué? 

Porque cada pensamiento, cada sentimiento, cada deseo posee la propiedad de atraer del espacio una materia que le corresponde. 

Así, buenos pensamientos, buenos sentimientos y buenos deseos sostenidos por una voluntad firme atraen partículas de una materia pura, eterna e incorruptible.

Trabajad cada día para atraer esta materia sutil del espacio. 

Todas las partículas que recogeréis así, encontrarán su lugar en vosotros y al mismo tiempo rechazarán las partículas oscuras, gastadas y enfermizas. 

Es así como regeneraréis vuestros cuerpos físico, etérico, astral y mental. 

Y como cada partícula de materia va unida a una energía de la misma naturaleza, cuanto más pura es una materia, más vibra y atrae energías del mundo espiritual. 

CUANDO DECIDES SER…


Cuando decides Ser olvidas por completo los caprichos de la mente en su obstinado afán por convertirte en su esclavo, potencias tu energía transformando la ansiedad en mera sutileza, flotas por el aire ante la imperceptible presencia de una suave brisa, te despiertas sonriente y te duermes en paz, celebras que estás vivo y plenamente presente para disfrutar de un nuevo día.

Te deleitas y maravillas de la creación manifestada en cada pequeña cosa que existe a tu alrededor, eres partícipe directo y activo del continuo movimiento que sucede ante tus ojos, bailas la danza del Universo al compás del latir de tu corazón contento.

Cuando decides Ser te aceptas, te conviertes en el único responsable de tu presente, te dejas llevar por la aguda certeza de la Intuición, te conviertes en un experto en cualquier arte, desbordas de alegría y tu luz encandece a todo aquel que se topa contigo en su camino.
Cuando decides Ser, sabes con total seguridad que eres capaz de bajar las estrellas con tan solo estirar tu mano, puedes unir el cielo con el mar, pues tu Amor mueve montañas, hace vibrar la tierra entera y desborda energía infinita hacia la totalidad de la existencia.

Cuando decides Ser, fluyes en la más divina de las oleadas de gracia, como si un soplido fuera el que impulsa la vela del barco que timoneas totalmente seguro de cual es tu destino, conoces el camino pues se te hace conocido, ya no hay sorpresas para ti y nada te perturba, te has quitado el velo que te mantuvo dormido tanto tiempo.

En la más mansa calma reside tu mayor fuerza, la paciencia es tu espada y la armonía tu escudo, no existe nada que se te resista, no hay lugar para las dudas ni espacio alguno que deje entrar la más mínima inseguridad, el ojal de una aguja es más grande que tu Ego.

Logras moverte como el viento y tu paso por donde sea que andes jamás pasará desapercibido, dejarás huella en todo aquel que tenga la gracia de tu presencia y sabrás con una extrema e inmensa exactitud que tu misión es el Amor.

Cuando decidas Ser, tu visión se hará clara, tu horizonte el infinito y tu energía será el inagotable manantial que abastece el motor que impulsa tu Alma, sabrás todo lo que quieres y llenarás de grandeza hasta la más mísera pequeñez, serás la antorcha que dé luz a quien deambule por las tinieblas, serás la fuerza, la brújula, el modelo, la guía y el sendero mismo.

Serás el camino y el paisaje, el cielo y la tierra, el día y la noche, el sol y la luna, serás todo en la unicidad y con el todo te fusionarás para convertirte íntegramente en el Universo mismo, serás la completitud y la integración, serás faro en alta mar y tu luz irradiará tan fuerte que deslumbrarás a los visitantes que pretenderán arribar al estado en el que tu brillas.

Cuando decidas Ser, serás costa de infinitos mares, valles de toda montaña y oasis de todo desierto, como un sabio amarás al silencio y como un Romeo enamorado sabrás que no hay vida sin Amor y que la vida es el Amor y en tu representación más viva de la alegría de vivir serás capaz de dar Amor en inagotable medida y sin fronteras mentales que te impidan cruzar heroico cualquier valioso intento por dar aquello que te fue dado.

Cuando decides Ser indefectiblemente decides Dar, no hay camino de retorno, no hay equívocos ni bretes, no hay engaños ni dualidad, Ser es tan sublime que todo lo demás se vuelve una vil mentira, una cruel ficción digna de ser abandonada más rápido de lo que parpadeas, al fin abres tus ojos a la única realidad posible, a la realidad en la que Eres lo que has venido a Ser, y sin dudarlo un instante Das continuadamente sin esperar a cambio.

CUATRO MANERAS PARA CREAR Y MANTENER LA PAZ INTERIOR


Más que en el pasado, la gente está reconociendo el valor de alcanzar la paz interior. Esto representa un cambio del anterior sistema de valores que ponía más énfasis en el consumismo, el éxito profesional, la competencia y un sinfín de distracciones. Pero desear la paz interior es sólo el primer paso. La paz interior como una experiencia duradera requiere un viaje de introspección. Esto se puede lograr siguiendo estas cuatro metas; son retos que no se pueden cumplir de manera pasiva.

1. Localiza la paz dentro de ti

Por medio de la meditación, cualquiera puede alcanzar el primer punto: localizar la paz dentro de uno mismo. Con el simple hecho de ver hacia nosotros mismos y trascender la constante actividad de nuestra mente, uno experimenta una región más profunda de consciencia, llamada ‘zona de la paz’. Aquí, el silencio y la quietud se convierten en experiencias verdaderas. Lo más importante es que la paz comienza a tener más valor que otras experiencias que en el pasado nos habían condicionado a valorar.

2. Regresar al lugar de paz cuando quieras

Regresar al lugar de paz cuando quieras quiere decir que de verdad deseas sentir paz cuando la situación que vives está en un estado de intranquilidad, caracterizado por el estrés, obstáculos, resistencia, impulsos del ego y emociones negativas.

En la tradición del Yoga, la cualidad de la no violencia total es Ahimsa, y, aunque la palabra comenzó a identificarse con el pacifismo político de la época de Gandhi y Martin Luther King, el significado completo implica un estado libre de enojo, ansiedad, envidia y resentimiento. Estar en paz cuando lo necesites no es posible si estás luchando con inseguridades y emociones negativas para llegar ahí; por eso es tan importante el tercer reto: liberarse de todos los aspectos de la violencia.

3. Liberarse de todos los aspectos de la violencia

Liberarse de todos los aspectos de la violencia es esencial porque no puedes pelear contra la intranquilidad para alcanzar la paz. El resultado de esta lucha sólo será que tu adversario, digamos el enojo, el resentimiento o la envidia, se va a ocultar más profundamente. La liberación llega cuando desplazas tu afiliación lejos del ego y su inseguridad inherente y sus emociones negativas hacia el verdadero ser. Resulta que, durante la meditación en momentos de paz, en realidad estamos encontrando a un ser completamente nuevo que no necesita la intranquilidad. Su propia naturaleza es pacífica y una vez que nos habituamos a ver este nuevo ser, comenzamos a asimilarlo hasta que, con el tiempo, el verdadero ser se convierte simplemente en tu ser.

No hay una guerra con el ego para hacer que olvide todo. Al meditar, los valores del Ego poco a poco se debilitan, se hacen menos seductores y terminan por irse. Muchas personas, tanto de Oriente como Occidente, están intimidadas por el prospecto de renunciar a las cosas, porque sin el ego y su atención en el “yo, yo, yo”, ¿qué tipo de ser tendremos? No es una pregunta que pueda responderse de antemano. El verdadero ser, también llamado el ser supremo, es alabado en las sabias tradiciones del mundo como la fuente de la verdad, el amor, la belleza, la evolución, la creatividad y la paz. Pero, hasta que empiezas a absorber estos valores de manera personal, ellos permanecen a la distancia del ser de la vida cotidiana al que estás acostumbrado.

4. Aumenta todos los días la experiencia de paz

sábado, 17 de septiembre de 2016

Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente


Con cuánta facilidad nos entregamos a la ansiedad, esa que va desde una ligera intranquilidad a aquella que nos colapsa y nos paraliza en momentos determinados. Tenemos la costumbre de viajar en el tiempo, de distraernos del momento presente solo con la finalidad de torturarnos y aferrarnos a lo dramático de nuestra existencia, aquello que nos marcó y aún nos duele o aquello que no ha llegado… que a ciencia cierta ni siquiera sabemos si estaremos en este plano para cuando pudiese ocurrir.
Debemos ciertamente trazarnos metas, debemos mirar adelante con la convicción y la visión de ubicarnos en un mejor estado en relación a como hoy estamos, debemos trabajar y luchar por lo que queremos y así mismo, de vez en cuando mirar atrás para ver el camino recorrido, para no repetir errores, no pasar por aquellos senderos de los cuales no guardamos las mejores experiencias y recordar lo aprendido… Pero esto debe hacerse de forma práctica, libre de alguna intención de generarnos sufrimiento.
La vida se disfruta más cuando se vive despacio, como cuando nos tomamos una copa de un buen vino, la saboreamos, la olemos, la sentimos en nuestra boca, no queremos que pronto acabe, la meta no es beberla de un sorbo, sino disfrutarla. Pero aunque nos es sencillo coincidir con lo que debería ser saborear una copa de vino, nos cuesta muchas veces atravesar la vida de la misma manera, queremos siempre ubicarnos en un momento futuro, siempre queremos alcanzar algo que no tenemos.
liberacion-ansiedad
No se trata de no tener anhelos o proyectos, ni mucho menos se trata de no tener aspiraciones, se trata de no generarnos sufrimiento en el camino que nos lleve a estar donde queremos, se trata de entender que hacer lo necesario es suficiente, que si nos preocupamos energéticamente estamos saboteando nuestros esfuerzos y que si nos centramos en la meta, nos perderemos del camino.
Cuando llegamos a alcanzar aquello deseado, por lo general no hemos terminado de celebrarlo cuando ya ubicaremos un punto más allá en donde ahora sí hallaremos la felicidad… y así vamos como un conejo tras su zanahoria, solo viendo dónde se ubica para salir corriendo tras ella… sintiendo la inconformidad y frustración inclusive de que la misma se mueve luego de tantos esfuerzos…

Los neurocientíficos afirman que las palabras que usamos cambian nuestro cerebro


Las palabras que optamos por utilizar, literalmente, pueden cambiar nuestro cerebro. El Dr. Andrew Newberg, un neurocientífico de la Universidad Thomas Jefferson , y Mark Robert Waldman, un experto en comunicaciones, escribieron el libro, “las palabras pueden cambiar tu Mente”
En el libro, escribe: “una sola palabra tiene el poder de influir en la expresión de los genes que regulan la tensión física y emocional”. Cuando usamos palabras llenas de positividad, como el amor y la paz, podemos cambiar la forma en que nuestro cerebro funciona mediante el aumento del razonamiento cognitivo y contribuimos en el fortalecimiento de las áreas de nuestros lóbulos frontales.
Utilice más palabras positivas que negativas con mayor frecuencia y podrá activar los centros de motivación del cerebro, conduciéndolos a la acción. En el extremo opuesto,cuando el uso de palabras negativas es frecuente, ciertos neuroquímicos contribuyen a la gestión del estrés y éste se produce en nuestra vida.
Todos y cada uno de nosotros estamos programados inicialmente para preocuparnos. Es parte de nuestro cerebro primitivo que nos protege de situaciones de peligro para la supervivencia.
Así que cuando permitimos que las palabras negativas entren en los conceptos de nuestros pensamientos, estamos aumentando la actividad en el centro del temor de nuestro cerebro (amígdala), y hacemos hincapié en los productores de hormonas que inundan nuestro sistema.
Estas hormonas y neurotransmisores interrumpen los procesos de lógica y el razonamiento en el cerebro e inhiben la funcionalidad normal. Newberg y Waldman creen que “las palabras de enfado envían mensajes de alarma a través del cerebro, y parcialmente se encierran los centros de la lógica y el razonamiento, que se encuentra en los lóbulos frontales.”
Un extracto de su libro nos dice cómo usar las palabras correctas, que literalmente, puede cambiar nuestra realidad:
“Al mantener una palabra positiva y optimista en su mente, se estimula la actividad del lóbulo frontal. Esta área incluye centros de idiomas específicos que se conectan directamente a la corteza motora responsable de su puesta en práctica. Y a medida que nuestra investigación lo ha demostrado, cuanto más nos centramos en las palabras positivas, más empieza a afectar a otras áreas del cerebro.
Las funciones en el inicio del lóbulo parietal pueden cambiar, y así se cambia su percepción de sí mismo y las personas con las que interactúa. Una visión positiva de sí mismo le propulsará a ver lo bueno en los demás, mientras que una imagen negativa de sí le pondrá en la dirección de la sospecha y la duda de los demás
Con el tiempo, la estructura de su cerebro también cambiará en respuesta a sus palabras, pensamientos y sentimientos conscientes, y creemos que los cambios en el tálamo afectan a la forma en que percibimos la realidad “.
Un estudio de la Psicología Positiva da más detalles sobre los efectos del uso de palabras positivas. 

CÓMO ESCAPAR DEL TORBELLINO INTERNO


Si el mundo parece girar como un torbellino, esto no quiere decir que vives en una época singular. El mundo “exterior” siempre ha sido una fuente de problemas y nunca de paz. El problema verdadero es cómo relacionarnos con un mundo así.

¿Qué es el torbellino interno?

Torbellino es un término amplio. Existen muchas formas para describir sentimientos de preocupación, agitación, ansiedad y depresión. Sin embargo, si observamos hacia adentro, por lo general hay ciertos elementos comunes presentes.

Pensamientos perturbadores que siguen repitiéndose.
Se siente como si esos pensamientos se hubiesen apoderado de nuestra mente.
Como resultado de sentirse fuera de control, experimentas un elemento de miedo.
La agitación interna crece entre más te dejas llevar por los sentimientos que provoca.
Encontrar la forma de salir de ese torbellino parece imposible, lo cual provoca una creciente sensación de impotencia.
Si te detienes por un momento y reflexionas en aquello que te ha hecho sentir preocupado o deprimido, en especial si está ocurriendo en este momento, observarás estos atributos mentales. Para escapar de tu remolino interno, debes revertir cada uno de ellos.

Hay que ponerle un alto a los pensamientos inquietantes.
Es necesario sentir que no eres víctima de tu mente y emociones.
Debes liberarte del miedo.
La agitación interna necesita disminuir día tras día.
Debes volver a sentir que tienes el poder suficiente para recuperar el control.
Cómo escapar del torbellino interno

¿Cómo lograrlo si parece tan fuera de tu alcance? Para comenzar, date cuenta de que todos los elementos del torbellino mental desaparecerán de manera natural y espontánea cuando la mente se libere del estrés. Es normal sentirse preocupado en ciertas circunstancias, como cuando estás esperando los resultados de un examen médico. Cuando los resultados son buenos, tu mente regresa de forma natural a un estado libre de ansiedad.

Este simple hecho nos da una clave valiosa. Nos dice que no debemos forzar nuestra mente a escapar del torbellino. La tranquilidad mental y el equilibrio son tu estado habitual. La agitación interna de todo tipo es provocada por nosotros mismos. Así que la mejor estrategia para escapar del torbellino interno es regresar a lo que tu mente quiere desde el inicio, que es estar en calma. ¿Cómo puedes ayudarle a hacerlo?

He aquí algunas sugerencias, enraizadas en las tradiciones de sabiduría del mundo:

Deja de alimentar tu torbellino interno. Reduce el estrés externo. Aléjate de conversaciones perturbadoras y de gente que decide afligirse por malas noticias y pensar en los peores resultados.
Limita tu exposición al ciclo de noticias ininterrumpido de televisión e Internet. No hay necesidad de seguir alimentando la respuesta del estrés.

Experimenta la tranquilidad de centrarte en ti mismo. La mejor forma de hacerlo es a través de la meditación cotidiana.
Cuando observes que estás en un estado de preocupación, tómate unos minutos para ti mismo en un lugar tranquilo y reencuentra tu centro. Respirar profundamente con los ojos cerrados tiende a ser muy efectivo.

Cambia los pensamientos negativos por positivos, tan pronto como lleguen a ti.
El último punto es necesario porque la mayoría de tus pensamientos negativos nacen por hábito y condicionamientos antiguos. Siguen regresando si no los reemplazas y su regreso repite el pasado una y otra vez. Reemplazar los pensamientos negativos tan pronto como aparecen requiere un compromiso; es mucho más fácil dejarnos llevar por la inercia. Sin embargo, si quieres dejar de ser víctima de tus pensamientos, no debes dejar que vaguen libres por tu mente.

Cómo practicar el pensamiento positivo