El primer regalo de un estado de vida consciente es cuando descubres que, en lugar de ti, son en gran medida los programas profundos de tu mente condicionada los que están viviendo tu vida.
La sociedad y la cultura en la que hemos crecido han programado esos patrones fijos de la mente en nosotros, y nuestra identidad; quiénes somos y cuál es nuestro trabajo en este mundo, se basan en esos patrones condicionados.
La mente dominada por el Ego juega sus juegos en la vida cotidiana, y crea los personajes y escenarios necesarios para dichos juegos. El contenido de tal escenario está determinado por el entorno y la educación del individuo, es decir, la cultura en la que crecemos. Como resultado, se crean escenarios totalmente diferentes en las diversas culturas de nuestra Tierra.
Al inicio de nuestro viaje, nos identificamos con estos escenarios, que nos proporcionan el sentido de una identidad sólida, y los patrones de pensamientos fijados en los escenarios se manifiestan en varios juegos mentales durante nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en el curso de nuestro viaje hacia la Conciencia, nuestro objetivo no es crear un carácter positivo, y por lo tanto un escenario agradable, sino encontrar la Existencia detrás de cada escenario.
Nos damos cuenta de que no necesitamos convertirnos en nada, porque ya estamos en posesión de las características que hemos estado buscando hasta ahora, buscando una imagen proyectada en el futuro. Todo lo que necesitamos hacer es cambiar nuestro enfoque de atención desde el borde externo (Ego), y dirigir ese enfoque conscientemente hacia nuestro centro (Presencia).
¿Qué necesitamos saber acerca de estos patrones mentales fijos y condicionados?
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1. Los patrones fijos de la mente son individuales, ya que reflejan las expectativas del entorno particular en el que hemos sido educados. Las expectativas suelen influirnos inconscientemente, casi como programas profundos automáticos de la mente.
2. Estos patrones sistemáticos de pensamientos, programados en cada uno de nosotros por nuestros padres y profesores están profundamente incrustados en la mente y subconsciente por los mecanismos psicológicos de la identificación, y surgen automáticamente de vez en cuando.
3. Estos patrones se esfuerzan por ser autosuficientes, y generan el trabajo de la mente. El resultado es la telaraña de los pensamientos con los que te identificas y así es como vives tu vida. ¿Te has planteado alguna vez cuántos de los pensamientos que hay en tu cabeza son verdaderamente tuyos?
4. Estos condicionamientos se han convertido en una parte de nuestra mente en el transcurso de la educación; son tan profundos que una situación particular o persona puede activarlos inmediatamente sin que nos demos cuenta. Nuestro pensamiento se coloca automáticamente la máscara (o patrón) adecuada para la situación particular, adaptada a las expectativas de la situación o persona.
5. Los métodos operativos fijos de la mente no pueden ser derrotados por las obras de la mente misma, es decir, por el esfuerzo, la práctica o la fuerza de voluntad.
6. Cuando aparece un patrón mental fijo, todo lo que necesitas hacer es observar cómo funciona, qué expectativa lo activa. Pero no es necesario combatirlo, no es necesario hacer ningún esfuerzo para neutralizarlo.
7. Cuando ves y reconoces cómo funcionan tus patrones mentales fijos, el suministro de energía que reciben se seca gradualmente, ya que la energía que antes proveía estos patrones ahora provee la aparición de un estado de alerta (o de ser consciente) más profundo, estas en el presente, y eres consciente de lo que dices y haces, vigilas tus pensamientos, así, difícilmente aparecen automatismos. De esta manera, los patrones mentales condicionados pierden gradualmente su poder y desaparecen.
8. De esta manera, la Conciencia y la Presencia dominarán cada vez más la mente, y se manifestarán en períodos de silencio cada vez más largos. Así es como la mente recupera su misión original, y se convertirá en un medio por el cual la Conciencia es capaz de expresarse en el mundo de las formas.
La Observación de la Conciencia