¿Eres una persona que se cuestiona a si misma todo el rato ?
¿Siempre te comparas con los demás o te afecta lo que piensen de ti?
Puede que aún no te hayas dado cuenta, pero es posible que tengas un problema de baja autoestima y auto-conocimiento.
Tener un mal concepto de uno mismo puede influir en la mayoría de los principales aspectos de tu vida de una forma muy negativa.
La autoestima se forma desde la infancia y según el contexto histórico.
El Auto-conocimiento nunca te lo han enseñado.
El concepto de uno mismo “está formado por múltiples elementos como la manera de ser, quienes somos, los rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. También influye el ambiente familiar, social y educativo en el que se está insertado y los estímulos que éste le brinde”
El auto-concepto se forma desde la infancia, desde lo que te han enseñado, junto al crecimiento y al paso del tiempo. A partir de los cinco o seis años, es cuando se comienza a tomar conciencia y se percibe la imagen que tienen los demás de nosotros. Y es primordial el papel que tienen los que nos rodean -padres, maestros, compañeros o amigos- cuando esta informacion se va conformando y construyendo en ti.
Otro de los factores que puede ser crucial, es el sistema de ideales culturales de la conciencia social que cambia en función del momento histórico: “La autoestima y conciencia de un sujeto de nuestro tiempo, puede diferir mucho de la que tuvo alguien que vivió siglos atrás o de la que tendría otro que viva en un futuro lejano”.
“Pero no se debe confundir esta consideración, con la aceptación a ultranza de los ideales sociales de cada momento que ordenan ser de una determinada manera para ser aceptado por los demás. Porque eso es un sometimiento a los dictados de la conciencia social en que se vive”.
Consideremos AMARNOS A NOSOTROS MISMOS como una necesidad básica que actúa como un sistema inmunológico de nuestro cuerpo y alma, proporcionándonos resistencia, felicidad y capacidad de AMAR.
Sin embargo, hay a quienes este sistema inmune no les funciona como debería e incluso se vuelve en su contra.
Las personas que se subestiman o no se aman comparten una serie de características comunes:
1. Pesimismo y negatividad
Si eres de los que lo ve todo negro y sin salida, deberías replantearte intentar ver las cosas con un poco más de optimismo.
“Si tenemos una buena autoestima podremos reaccionar de una manera más positiva y constructiva ante las dificultades. Con más amor a nosotros mismos, tendremos mayores posibilidades de autorrealización y podremos ser felices”.
2. Tendencia a “autofustigarse”
Muchas veces se puede llegar a ser tan exigente con uno mismo que te conviertes en tu propia víctima y verdugo.
“Es importante que trabajemos la capacidad de autoaceptación”. Es decir, admitir con naturalidad los aspectos de nosotros mismos que no nos favorecen o nos limitan y ser conscientes de siempre lo podemos cambiar.
3. Excesiva modestia, falta de seguridad y confianza
¿Nunca sabes como encajar un halago o un cumplido?
Aunque la humildad es una virtud, no ser capaz de aceptar los elogios de los demás puede ser un indicador de las limitaciones aprendidas y falta de confianza en uno mismo.
Todos tenemos limitaciones implantadas que nos hacen en ocasiones dudar de nuestras posibilidades, pero debemos aceptar lo bueno y agradecer cuando alguien decide lanzarnos un piropo.
4. Dar demasiada importancia a lo que opinan los demás
No puedes pasarte el día pensando en “qué pensará fulanito o menganito sobre ti”.“Es cierto que no existe una buena autoestima sin los otros, pero tampoco contra los otros o a costa de los demás. No hay autoestima pensable por fuera de la relación y el respeto”.
Sigue los dictados de tu corazón.
5. Anteponer la felicidad de los demás a la propia
Ser altruista y pensar en los demás casi siempre es un rasgo positivo. Pero, cuando se convierte en el motor fundamental por encima de tu propia felicidad puede ser un problema de falta de autoestima.
Nunca vas a dar la felicidad a nadie mientras tu no seas feliz.
6. Celos y envidia
Desear la vida de otros o estar comparándote con los demás de forma continua también supone una falta de confianza en uno mismo, y una manera de despreciar y subestimar lo que SOMOS, tenemos y podemos hacer por nosotros.
No podemos tener siempre una actitud de víctima, en la que los demás lo tienen todo y nosotros nada.
Cómo aumentar la confianza y Creer en uno mismo: