viernes, 31 de marzo de 2017

¿Sabes que el Universo trabaja contigo?


Jennifer Hoffman comparte con nosotros su conocimiento sobre como trabaja el universo, específicamente, como trabaja con nosotros para que podamos cumplir con todo lo que buscamos realmente de corazón.


¿Sabes que el Universo trabaja contigo, no para tí? No es posible para el Universo darte algo que no deseas, ni crear situaciones que no hayas energetizado ya en alguna parte de tu realidad. La energía universal no crea algo de la nada; solamente crea aquello para lo que tú ya has establecido un espacio energético mediante tu intención consciente o inconsciente. Tan pronto hayas definido la intención, estableces las vibraciones que crean la realidad. 

El entendimiento es la clave para manifestar todo en la vida porque es como todo es manifestado.Y si la intención es consciente o inconsciente no es importante; todo es lo mismo para el Universo, el cual te ve como infinitamente poderoso y sabio, actuando siempre dentro de lo que es para tu mayor bien.

Cuando oras a Dios, o la Fuente, para ‘arreglar este problema’, el Univero no es capaz de responderte porque tú no has creado nada, no hay intención, y no hay nada que arreglar porque no hay problema alguno.  

El Universo sabe que, ya sea consciente o inconscientemente, tú has creado la situación que ves como un problema. Y tú debes crear la solución energetizando la posibilidad para que un nuevo aspecto de tu realidad esté presente. 

Pudieras pedir ayuda porque sientes que el Universo es mucho más sabio que tú, pero eso es una falacia. Tú tienes toda la sabiduría y conocimientos a tu disposición, y tu habilidad para usarlos está limitada solamente por tus creencias de que el Universo es más sabio, más poderoso, más consciente de tu potencial o de lo que es mejor para tí que tú.

Por eso es importante para tí recordar que tú eres una parte igual de la Fuente o el Universo, como cocreador de tu realidad en una sociedad Divia que existe para permitirte tu reconexión con tu comienzo Divino. Tú eres tan poderoso que creas cada pensamiento y cada palabra — ¿qué estás creando en este momento? ¿estás consciente de lo que estás pidiendo?  

jueves, 30 de marzo de 2017

El silencio es indispensable para regenerar el cerebro


El silencio ha sido fuente de muchas reflexiones a lo largo de todas las épocas. Al mismo tiempo hemos saturado los sitios en los que vivimos con tantos ruidos que cada vez es más complicado encontrarlo. Esto hace que cada vez sean más las personas que al no escuchar ruidos experimentan un abismo dentro de ellas mismas.

Tenemos un oído que actualmente está hiperestimulado. Lo más grave es que casi todos esos estímulos auditivos que recibimos del exterior son más o menos alarmantes. Rugidos de coches, bullicio, músicas estridentes, pitos, timbres… en fin… nada que inspire tranquilidad.


“La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio”.

-Proverbio persa-

Más allá de que esto incida en nuestro estado emocional, la ciencia también ha comprobado que afecta el cerebro. Según un estudio llevado a cabo en Alemania por el  Research Center for Regenerative Therapies Dresden hay procesos cerebrales que solo se pueden llevar a cabo en silencio.

Hasta hace poco se pensaba que las neuronas eran incapaces de regenerarse. Sin embargo, con el desarrollo de la neurogénesis se ha comprobado que esto es un error. Todavía no está muy claro qué es exactamente lo que promueve la regeneración neuronal y cerebral. Pero ya hay pistas valiosas al respecto y una de ellas es el silencio.


Experimentando con el silencio

Los investigadores alemanes hicieron en principio un experimento con un grupo de ratones. El estudio consistía en dejarlos en completo silencio durante dos horas al día. Al mismo tiempo se haría una observación de sus cerebros para ver si esto originaba algún cambio.



El resultado fue contundente. Tras un tiempo de estar sometidos a esta rutina, pudo observarse que en todos los ratones estudiados se había producido un crecimiento del número de células dentro del hipocampo. Esta es la región del cerebro que regula las emociones, la memoria y el aprendizaje.

Los expertos también constataron que las nuevas células nerviosas se integraban progresivamente al sistema nervioso central y que luego se especializaban en diferentes funciones. En conclusión, el silencio había producido un cambio muy positivo en el cerebro de los animales.


El silencio ayuda a estructurar la información

El cerebro nunca descansa, incluso cuando en un estado de calma estamos completamente quietos o dormimos. Este maravilloso órgano sigue funcionando, pero de una manera diferente. Cuando el cuerpo descansa comienzan a desarrollarse otros procesos que complementan los que se realizan cuando estamos activos.


La percepción del paraíso en el zen


Entre las diferente tradiciones místicas existe un entendimiento en común del estado de beatitud o éxtasis en unión con la realidad, esto es, que el paraíso es aquí y ahora y que si no lo vemos es sólo por un hábito perceptual. Para la tradición sufí, por ejemplo, el paraíso debe de ser visualizado en el alma y entonces su realidad emerge con una potencia superior al mundo que experimentamos cotidianamente. 

Henry Corbin acuñó el término “mundus imaginalis” para referirse a un mundo autónomo, real en sí mismo, compuesto de una materia más sutil, de la imagen que es de alguna forma la esencia del alma. Así no es equivocado decir que el paraíso está dentro de nosotros y en realidad en todos lados una vez que se libera nuestra percepción.

El gran estudioso y divulgador del zen, D.T. Suzuki, dice: 

Nunca perdimos el paraíso, pero la conciencia humana nos dice que lo perdimos y lo debemos recuperar. De hecho el paraíso nunca se ha perdido, el paraíso no necesita ser recobrado.

Estamos en el Edén, justo como estamos ahora. Ser, y al mismo tiempo no ser. Ser o no ser, pero luego, ser y no ser. Los dos al mismo tiempo. Lo mejor es estar viviendo y, sin embargo, no viviendo. Muriendo y, sin embargo, no muriendo. Este es el objeto de la disciplina zen.

Zen es una nube flotando… sin apego.

Lo que caracteriza al zen es esto, simplicidad y sinceridad y libertad. Esto es lo más importante. Verdadera libertad para ver las cosas en su propia naturaleza. Esas es la libertad. A veces los llamados hechos no son tan importantes.

Pero aquello que los académicos llaman leyendas o imaginaciones son más importantes en el estudio de la naturaleza humana. Los maestros zen nos dicen que la respuesta está en la pregunta misma, tú miras hacia tu pregunta hacia ti mismo. Mi respuesta sólo te aleja de tu pregunta. ¿Quién eres tú para hacer esa pregunta?

miércoles, 29 de marzo de 2017

VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES


El manifestar la vida que deseas es todo un arte que requiere de mucha disciplina, una mente abierta y una buena dosis de fe en la vida.

Con una visualización creativa puedes lograrlo. Una vez que adquieres la práctica de visualizar y crear lo que deseas, nada te detendrá.

Lo más importante de esta práctica es tener claridad en tus intenciones y objetivos, para que puedas ser muy precisa al pedirle al Universo todo lo que deseas atraer a tu vida.

Ritual para manifestar tus intenciones


Te comparto este ritual que me ha ayudado a manifestar muchas cosas que he soñado.

Es bueno realizar este ritual en las noches, ya que es un momento muy poderoso en el que centras tus intenciones antes de entrar a niveles diferentes de consciencia. Si decides realizarlo por la mañana, te recomiendo hacerlo apenas despiertes y a través de visualizaciones más cortas.

Este ritual te ayudará a tener más claridad con respecto a lo que quieres manifestar; y entre más claridad tengas, mejor va ser aquello que llegue a tu vida, recuerda que el Universo ama la claridad.

Fuera de nuestra existencia como seres humanos no existe el tiempo y el espacio tal cuál lo conocemos nosotras. Por lo tanto, cuando le pides algo al Universo debes de ser muy clara especificando qué quieres, cuándo lo quieres y que lo quieres para tu vida.



-INICIA TU RITUAL DE VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES-

Toma un lápiz y un papel y escribe una meta para este año. Puede ser un trabajo nuevo, una pareja, una casa, un hijo; algo que quieres atraer a tu vida en estos momentos. Utiliza un lenguaje sencillo y que no te confunda.

Luego, abajo de eso escribe, con detalle, todo aquello que gustaría ver alrededor de eso que quieres; escribe en presente, como si ya lo tuvieras (sé muy específica) y lo estuvieras mirando frente a ti.

Una vez que ya hayas escrito lo que deseas, comienza con la meditación, para así poder poner todos esos deseos en tu subconsciente y así los podrás manifestar con mayor facilidad.

La meditación es una excelente forma de atraer lo que deseas porque es la conexión directa con la potencialidad pura del Universo.


COMENZAMOS CON LA MEDITACIÓN DE VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES…

LA ABUNDANCIA


La Abundancia

La energía de la abundancia es un derecho que tenemos todos, nacemos con ella. Si no está activa es porque estamos atrapados en una actitud de miedo, de carencia. A parte, arrastramos esos patrones del transgeneracional que tenemos que sanar.

El Amor lo es todo, es ese gran desconocido que nos protege a un nivel profundo del miedo.

La abundancia no es dinero, pero el dinero sí está dentro de la abundancia. La abundancia es la totalidad del todo. Todo aquello que necesitamos en el instante que lo necesitamos.

Para convertirnos en personas abundantes, debemos convertimos en personas de éxito. Y para ello tenemos que saber realizarnos. Una persona de éxito, no quiere decir famoso.

La realización implica elevar a la condición real o divina cada instante de nuestra vida humana. Debemos ponernos por encima de la matrix, ésa que nos han vendido como esta realidad, y reactivar nuestra esencia. Manifestemos nuestro poder y nuestro brillo, todos los recursos y dones que están en nosotros. Siendo un ejemplo en ti, les sirve a los demás para que ellos también puedan manifestar su poder y brillo. Realizarnos nos saca de ese infierno, el cual nos lleva a las creencias, a nuestro transgeneracional, a nuestro propio pasado y nuestros miedos.

Debemos ser responsables de nosotros mismos.



Yo siembro y me tengo que hacer responsable de esa siembra.

La gente exitosa y abundante no juzga su vida, son conscientes de sus actos, de su incoherencia, de su actitud. Simplemente haciendo ese reencuadre y entrando en la línea del éxito de la realización, entraremos en la energía del dinero. 

La gente que entra en la abundancia no piensa en el dinero.

Todo en esta vida tiene un precio. El precio más barato que vamos a pagar, siempre será el del dinero. El ego nos enfoca al dinero y a nada más. La abundancia es un equilibrio en todo.

Todos hemos nacido con un consciente colectivo muy denso y todos tenemos una instalación de programas que nos han contagiado. Todos tenemos la oportunidad de revisar las creencias, el transgeneracional y el proyecto sentido. Tener una responsabilidad y hacernos cargo de lo que hemos venido a vivir. Debemos sanar, transmutar, limpiar lo que nos ha alejado del amor. Tú eres responsable de ti.

martes, 28 de marzo de 2017

La gente buena no cambia porque piensa con el corazón


A la gente buena también les suceden cosas malas. Porque el destino es arbitrario, el mundo ciego y el egoísmo a veces muy afilado. Sin embargo, las personas nobles jamás renuncian a sus raíces a pesar de las decepciones, porque quien piensa con el corazón no entiende de desprecios ni de frías razones.

Todos conocemos personas con este perfil. Es más, cada vez que vemos un acto de nobleza, de altruismo desinteresado o de heroicidad la mayoría nos sentimos inspirados o incluso reconciliados con el propio mundo. Algo muy parecido a esto sucedió hace solo unos días, en el lamentable atentado ocurrido en el corazón de Londres el pasado 22 de marzo.


“Un gramo de bondad vale más que una tonelada de intelecto”
-Alejandro Jodorowsky-


Tobias Ellwood, subsecretario parlamentario en el Ministerio de Relaciones Exteriores, no dudó en salir del Parlamento de Westminster a pesar de las recomendaciones. Quería prestar ayuda. Durante varios minutos hizo lo posible por salvar la vida de un policía herido, taponando la herida y practicándole el boca a boca hasta la llegada de un helicóptero. No pudo ser. Sus gestos de impotencia y desesperación al no poder salvarlo dieron la vuelta al mundo.

Todos empatizamos con su dolor. Al día de siguiente, todo el espectro político alabó su capacidad de reacción frente al resto, y esa determinación que más allá del miedo, la alarma o la indecisión, hizo que actuara con la determinación de quien solo ansía ayudar, de quien por encima de todo prioriza a los demás.



¿Qué es mejor? ¿Sentirse bien o hacer el bien?

La pregunta puede resultar un tanto extraña: ¿qué puede ser mejor? ¿Invertir en el propio bienestar o priorizar el bienestar ajeno? Es muy posible que muchos de nuestros lectores se digan a sí mismos que la respuesta es sencilla, puesto que algo tan simple como hacer el bien ya revierte en el propio equilibrio y satisfacción personal. Sin embargo, esta conclusión no está tan clara para los expertos. De hecho, esta misma idea ha intrigado durante varios años a los especialistas en el comportamiento humano.


Lo que nos dice la investigación

Los investigadores de la UCLA (Universidad de California) realizaron un interesante estudio donde concluyeron que existen dos tipos de propósitos vitales en el ser humano, y que cada uno de ellos tiene implicaciones biológicas.

Estos serían los datos.

En primer lugar estarían las personas que se caracterizan por aspirar hacia un bienestar hedónico. Es decir, un tipo de felicidad que tiene su origen exclusivo en la autogratificación, en la búsqueda vital del propio bienestar.

Por otro lado, también se definió lo que se conoce como “bienestar eudaimónico”. Se trata de otro tipo de propósito mucho más profundo y elevado, ahí donde uno mismo intenta desarrollarse y crecer como persona para dar lo mejor de sí a los demás.



Conclusiones

Ya eres lo que buscas


Bienvenido a satsang


Eso que anhelas, eso que añoras, es eso que está siempre presente. Eso es quien tú realmente eres.

Cuando digo tú no me estoy refiriendo a tu cuerpo. Tu cuerpo está dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus pensamientos. Tus pensamientos están dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus emociones. Tus emociones aparecen y desaparecen dentro de eso. No estoy hablando de tus circunstancias. Las circunstancias también aparecen y desaparecen dentro de eso.

Los cuerpos, los pensamientos, las emociones y las circunstancias cambian. Aparecen y desaparecen. Pueden ser buenos o malos. Pueden ser agradables o desagradables. La verdad de quien tú eres es permanente e inamovible. La gran buena nueva es que, sea como sea que te imagines a ti mismo, puedes reconocer quien verdaderamente eres. Independientemente de la experiencia de ti mismo como un cuerpo o como el pensamiento "yo soy este cuerpo", tú puedes recibir de tu propio ser la transmisión directa de la verdad. Esa transmisión es satsang. El satsang confirma tu verdadera identidad como conciencia pura, libre de todo aquello que es percibido como una limitación.

Cuando se escucha esta buena nueva, cuando realmente se la escucha, se produce una apertura sin medidas. Nadie ha descrito jamás una finalización de la autorrealización. Lo que sí tiene un fin es la preocupación de imaginarte que eres una entidad separada de la conciencia sin límites.

La autorrealización no es algo que pueda ser capturado en palabras. Aunque usaremos palabras, ninguna ha sido capaz de expresar o tocar la gloria del verdadero ser. Yo estoy aquí para indicarte eso, para celebrarlo y para reírme de la endeble excusa de que eso podría realmente ser obstruido por cualquier cosa.

Yo no tengo nada que enseñarles. La autorrealización no tiene nada que ver con aprender. No te estoy pidiendo que recuerdes nada. No te estoy pidiendo que hagas nada o que obtengas nada nuevo. No se necesita nada nuevo. 

Te estoy pidiendo que te des cuenta de que ya eres eso que quieres. Y estoy simplemente sugiriendo, como mi maestro lo sugirió a mí, y como su maestro se le sugirió a él, que te tomes un instante, una milésima de segundo, para permitir que la actividad de la mente se detenga. En esa milésima de segundo, ¡qué descubrimiento se produce! En esa milésima de segundo recibes la invitación a entregarte a lo que se revela cuando la atención no está centrada en el cuerpo, el pensamiento, la emoción o la circunstancia. ¡Este es un instante de suma importancia! En este instante, el cuerpo desaparece. En este instante de silencio perfecto descubres lo que está permanentemente presente, lo que siempre estuvo aquí, lo que tú eres permanentemente. Este instante de silencio es la invitación al verdadero refugio, al verdadero retiro, a la verdadera paz, independientemente de todo lo que va y viene.

¡Qué instante es este!

lunes, 27 de marzo de 2017

El material más fuerte que existe es el alma resiliente


El material más fuerte que existe no es el grafeno ni el diamante, es el alma resiliente y ese corazón que ha sellado con hilo dorado las heridas más afiladas de la adversidad. Este concepto no es ni mucho menos el ingrediente perfecto para la felicidad, es una actitud ante la vida, es la esperanza invitándonos a seguir adelante.

Decir que vivimos en un tiempo resiliente es evidente, las circunstancias nos empujan a ello, aunque si hay algo que todos sabemos es que no siempre se logra con la misma eficacia. No todo el mundo se sobrepone por igual a una circunstancia de estrés o de dificultad personal. Cada uno de nosotros arrastramos nuestras anclas privadas, nuestros océanos de injusticia, nuestros mares degradantes y no siempre sabemos cómo salir de ellos.


“Es inútil volver sobre lo que ya ha pasado y lo que ya no existe”
-Frédérich Chopin-

Para que esto sea así intervienen diferentes factores enmarcados en nuestra propia cultura. Vivimos en una sociedad acostumbrada a poner etiquetas: tú eres inteligente, tú eres torpe, tú eres una maniática, tú eres un fracasado, aquel es débil y el de más allá es fuerte.

Esa obsesión por llevar cada rasgo a un extremo y ponerle una etiqueta permanente nos sume muchas veces en un estado de desesperanza absoluta, donde dejamos de creer en nuestro propio potencial, aislándonos en nuestros rincones privados, en nuestros sufrimientos de carne, lágrimas y abatimiento. A veces no nos basta con que nos digan aquello de que todos podemos ser resilientes, porque la resiliencia, y esto es importante, difícilmente brota en soledad.


Necesitamos también la confianza de alguien, la cercanía de un entorno empático y facilitador donde poder germinar de nuevo: más fuertes, más libres, más hermosos, más dignos…





Por qué algunos somos más resilientes que otros

La clave que nos hace a unos más resilientes que otros se halla en la habilidad de nuestro cerebro para soportar o resistir las situaciones de estrés. Hay por tanto un factor biológico y que la neurociencia se ha encargado de estudiar. De hecho, a través de trabajos como el publicado en la revista “Nature” comprendemos un poco más este fascinante pero a la vez complejísimo proceso que da forma al cerebro resiliente.

Estos serían los principales mecanismos que determinan nuestra mayor o menor resiliencia: