viernes, 4 de mayo de 2018

Dime cómo respiras y te diré cómo estás


4 tipos de respiración para mejorar nuestras vidas

Mediante diferentes tipos de respiración podemos mejorar nuestra vida, nuestra salud e, incluso, nuestra claridad mental. ¿Empezamos?

Las emociones desbordadas pueden generar tensión muscular, alterar la postura y mermar la respiración, pero si nos detenemos para observarla, vemos que la respiración se amplía, la postura mejora y se diluye la tensión muscular, el cuerpo se relaja, la mente se serena y las emociones se aquietan.

Distintos tipos de respiración aportan beneficios diferentes

No se trata de dejar de pensar, sino de centrar la mente, de dirigir la atención. De hecho, respirar conscientemente es una forma de meditación. Veamos distintos tipos:



1. Respiración lenta y profunda

Es importante que nos acostumbremos a respirar por la nariz, ya que de este modo se filtran sustancias tóxicas que se propagan por el aire y se refuerza el sistema inmunológico. Esta clase de respiración tiene enormes beneficios en la salud física, mental y emocional.

Sin forzarnos en ningún momento, la exhalación debe durar más que la inhalación. Pero lo importante es que la respiración no sea superficial, que el aire penetre por las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, llene la parte superior de los pulmones y baje hasta llegar al diafragma y al abdomen.

Cuando los pensamientos incesantes nos desbordan o sentimos miedo, ansiedad o depresión, la respiración se acorta y se acelera. De este modo, nos llega menos oxígeno al cerebro y somos incapaces de pensar con claridad, las tensiones se acumulan en la parte alta del cuerpo y podemos sentir estrés, angustia, cefaleas, vértigos…

Si centramos nuestra atención en la respiración regular, lenta y profunda, notaremos que disminuyen las tensiones y contracturas de los músculos de la cara, el cuello, los hombros y la espalda, y se produce una reducción en el ritmo cardiaco. La mente se relaja y la ansiedad y el estrés se regulan.

Esta respiración combate la depresión y otros trastornos de la conducta y mejora el ánimo, ya que una buena oxigenación favorece la segregación de neurotransmisores que influyen positivamente en las alteraciones emocionales.


2. Respiración sanadora

Una inspiración profunda hace que el diafragma se contraiga y baje hacia el abdomen. La exhalación es muy suave.

Esta respiración se convierte en una especie de masaje revitalizador del esófago, el estómago, el intestino grueso y el delgado, los riñones, el páncreas, la vesícula biliar, el bazo y el aparato urinario.

Aumenta la ventilación de los alveolos y la oxigenación, así como la capacidad de los pulmones de redirigir ese oxígeno eficientemente a todo el organismo; el hígado, el bazo y los riñones desalojan más sangre y se desintoxican, se activa la circulación sanguínea, y la digestión, el estómago y los intestinos funcionan mucho mejor.

Como consecuencia, el corazón tiene menos presión y el ritmo de los latidos se regula y fortalece, las probabilidades de padecer trastornos cardiacos se reducen, aumenta la cantidad de glóbulos rojos y baja la presión arterial. Todo ello favorece el tratamiento de enfermedades cardiacas, asma, hipertensión, insomnio, úlceras gástricas, alteraciones de la conducta…

Cuando exhalamos, nuestro abdomen se contrae e impulsa suavemente el aire y la energía a través de la médula espinal hacia el cerebro, oxigenándolo. Este es el órgano que necesita más oxígeno, por lo que así ayudamos a prevenir el Alzheimer y otras demencias.


3. Respiración desintoxicante

Existe también otro tipo de respiración con propiedades depurativas de toxinas y energías negativas. Esta limpieza se realiza al inhalar por la nariz y exhalar lenta y profundamente por la boca. En este caso, la exhalación debe durar más o menos el doble que la inhalación.

Podemos mejorar sus efectos benéficos y prevenir trastornos gástricos si llevamos la inspiración nasal en profundidad hasta el diafragma y de ahí al abdomen, expulsando después el aire suavemente por la boca hasta comprobar que hemos vaciado completamente los pulmones mediante una ligera contracción del abdomen.

De esta manera, al inhalar en los pulmones entra una mayor cantidad de airerenovado que permite una mayor limpieza del organismo en general y de la cavidad pulmonar en particular.


4. Respiración revitalizante

jueves, 3 de mayo de 2018

La Abundancia


La abundancia no es algo que nosotros adquirimos; es algo que nosotros sintonizamos.

¿Qué es la abundancia? 
La abundancia es un estado del ser. La abundancia es el estado en el cual sientes que tienes todo lo que quieres.  

Es un sentimiento activo, una emoción.  

La abundancia está en tu humor vibratorio, la abundancia está en tus emociones diarias. La abundancia es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La abundancia no es una cuenta en dólares o cosas materiales como mucha gente piensa.

¿Qué es la pobreza? 
La pobreza también es un estado del ser. Pobreza es el estado de carecer de lo que quieres. Pobreza es el estado de resistencia para tener lo que quieres. 

Es un sentimiento activo, una emoción. La pobreza está en tu humor vibratorio, la pobreza está en tus emociones diarias. La pobreza es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La pobreza no es la ausencia de dinero en tu cuenta bancaria o cosas materiales como mucha gente piensa.

Si, la abundancia y la pobreza son estados del ser. Están en nuestras creencias, pensamientos y emociones. 

Por eso es que hay algunas personas que no tienen muchas cosas materiales y son felices, tienen abundancia en sus vidas porque ellos creen y sienten que tienen todo lo que ellos quieren; por otro lado, podemos ver algunas personas que tienen muchas cosas materiales y se rodean de lujos y están quejándose todo el tiempo porque no tienen suficiente. Este tipo de personas no tiene abundancia en sus vidas aun cuando ellos tienen todas las cosas materiales que quieren.


Siendo que la abundancia y la pobreza son estados del ser, podemos crearlas a través de nuestro humor vibracional, de nuestras emociones o estados de ánimo.

¿Qué estas creando diariamente? 

Si te estás quejando de la falta de dinero y diciéndote a ti mismo y a los demás que es muy difícil tener dinero, o que el dinero es un problema, estos sentimientos están bloqueando la abundancia y estas creando más pobreza. Pero tú puedes crear lo que quieras.

¿Qué quieres crear, pobreza o abundancia? 

miércoles, 2 de mayo de 2018

Morir para Amar


"Morir para Amar" es una paradoja. Muerte es Amor. Amor es Muerte. Este Amor no es el amor condicional y personal de nuestras relaciones, sino el Amor incondicional que está presente ahora mismo como esta experiencia. Reconocer que tú eres lo-que-es en este mismo momento, es la muerte para el Amor que tú eres.

"Morir para Amar" significa morir a todo lo que crees que sabes sin esperanza de recompensa o logro. Sin ninguna idea del amor que recibirás o experimentarás si lo haces, pero muriendo valientemente ahora simplemente porque sabes que lo que esperabas o lo que creías, es falso e ilusorio. Muchas veces creemos que si hacemos algo, vamos a llegar a alguna parte. Tratamos de negociar con la vida. 

Esperamos que si trabajamos duro o indagamos profundamente lo suficiente, vamos a llegar al tesoro que todos los buscadores esperan ― realización, libertad, amor. Pero la vida no acepta un trato superficial. La vida sólo acepta todo o nada. Inmersión total ― o muerte. Mientras estás tratando de llegar a alguna parte (incluso si finges que no lo haces), todavía estás creyendo que la ilusión es verdadera. 

Sigues creyendo que esta pretensión de una vida es real. Todavía te aferras a la idea de que puedes ser salvado por alguna experiencia futura. La vida no va a aceptar un trato basado en el miedo a la realidad. Mientras que aún prefieras soñar con esperanzas, sobre la vida real, eso es todo lo que conseguirás.

Sin embargo, si estás anhelando y rezando por la libertad y estás dispuesto a sacrificar todo en lo que crees por ella, entonces la vida sin duda hará honor a ese trato. Esta es la muerte a la que me estoy refiriendo. Estar dispuesto a sacrificar tu vida entera y todo lo que consideras sagrado por lo que es real.

Yo recuerdo haber hecho este trato con la vida, por primera vez, (hubo otros tratos similares o incluso más desesperados en los años siguientes), cuando yo era una adolescente bastante deprimida y suicida. Recuerdo claramente que decía/rezaba (a la Vida) que estaría dispuesta a sacrificar mi vida entera, y cada poquito de significado que tuviera. Yo no tenía una idea clara de lo que quería a cambio, sólo sabía que mi experiencia de la vida se sentía falsa, y estaba dispuesta a perder todo, incluso si eso significara morir físicamente en el proceso. Una vida pretendiendo ser algo o alguien que yo sabía que era falso, no valía la pena vivir.

Este sacrificar todo lo que es falso en este momento, simplemente porque es falso, deja un amplio espacio abierto. Vacío. Sin necesidad de llenarlo con alguna nueva idea falsa o actitud, sino sacrificar la falsedad de eso también... y eso también... y eso también... Vacío... Nada... Y en esa nada, se siente la Vida. La vida se experimenta justo tal como es. 

No encaja en algún tipo de idea de lo que debería ser. No necesariamente se siente uno bien. Lo más probable es que uno se sienta incómodo al no depender de una idea de cómo vivir o ser. Tal vez se sienta miedo. Tal vez se experimente libertad. Tal vez los pensamientos vuelvan al tratar de reclamar algo nuevo. Pero todo lo que venga será sacrificado en el altar de la vida. Se quemará en el fuego del Amor.

Y esto es Amor. La continua pérdida de todo en lo que crees, la continua apertura, y resquebrajamiento, la continua humildad de dejar de lado todas las posiciones que has defendido, admitiendo sentimientos que has tratado de encubrir, aunque duela. No quedando nada a lo que aferrarse. Cualquier aferramiento es visto en la luz del Amor y conocido como un falso sueño. Sin seguridad. Sin lugar donde esconderse. El Amor es la realidad abierta. Amar es ver lo que realmente está aquí ahora, y no engañarte más a ti mismo. Este es el valiente fuego del Amor que ve a través de todo lo que no es la realidad.

viernes, 27 de abril de 2018

Yo Soy, el Yo Soy (ADQUIERE TODO TU PODER)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.


DESPLIEGA TODO TU PODER.

La presente Instrucción es la Verdad en esta materia y viene directamente de los Maestros Ascendidos que la sostienen por Su Poder y Su Autoridad.

Por consiguiente, aquellos que conozcan a su Poderosa Presencia YO SOY y tomen posiciones de Su Luz, ¡DESARROLLARÁN TODO SU PODER!

Queridos HIJOS de la Luz: aceptad estas Revelaciones que los Maestros Ascendidos os ofrecen con tanto Amor y Bondad.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

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jueves, 26 de abril de 2018

Personas tranquilas, la calma interior en un mundo de ruido


Las personas tranquilas son ese desconcertante punto de equilibrio en un mundo agitado. Su mirada serena, sus correctos modales y sus pies en el suelo suelen llamar la atención de los demás. Hay quien asume que tras ellos se esconde la timidez, pero en realidad, lo que subyace en este perfil es su buena actitud ante la vida y una calma interior bien trabajada.

Decía Albert Einstein, con gran acierto, que la monotonía y la soledad de una vida tranquila es lo que impulsa a la mente creativa. Sin embargo, por curioso que nos parezca esa imagen sosegada sigue siendo poco entendida en nuestra sociedad. Nos lo recuerda por ejemplo Susan Cain en sus libros sobre la personalidad tranquila y/o introvertida.


“En lugares tranquilos, la razón abunda”.
 -Adlai E. Stevenson-


Así, es muy común por ejemplo que ese alumno que en el aula se muestra siempre relajado, pacífico y silencioso sea percibido como falto de iniciativa, tímido y retraído. Son niños “sin personalidad”, comentan algunos maestros a la ligera. Porque en nuestra sociedad se sigue valorando a quien participa, a quien hace ruido y valer su voz.

Cabe decir, no obstante, que no hay personalidades mejores o peores. Nada es tan rico para nuestro mundo como ese amplio espectro actitudinal y comportamental que mostramos los seres humanos. Cada uno, a nuestra manera podemos aportar cosas excepcionales a nuestra realidad. Aunque eso sí, necesitamos comprensión mutua y ante todo ser conscientes del tesoro que se esconde detrás de cada perfil psicológico.



El cerebro de las personas tranquilas

El cerebro de las personas tranquilas funciona de manera diferente. Puede que a simple vista esta idea le llame a más de uno la atención, pero cabe decir que no es nueva. Ya en los años 6o, el conocido psicólogo de la personalidad Hans Eysenck introdujo el término umbral de excitación cerebral. Este concepto le sirvió para diferenciar y explicar por qué las personas más tranquilas se suelen diferenciar tanto de ese perfil más extrovertido y/o abierto a la experiencia, el riesgo, el desafío…

Así, en estudios como el realizado en el 2012 en la Universidad de Harvard apoyan esa misma hipótesis establecida por Eysenck en su momento. Veamos ahora en qué se basa y qué nos explica:


1 - Las personas extrovertidas necesitan mayor nivel de dopamina para experimentar bienestar y felicidad. De ahí que busquen experimentar nuevas sensaciones o tener contacto social con mayor frecuencia para alcanzar ese nivel, ese umbral de bienestar.

2 - En el caso de las personas tranquilas ocurre lo contrario. Ellas encuentran bienestar con un nivel justo de dopamina, cuando se sobrepasa ese umbral de equilibrio, experimentan ansiedad, presión y agotamiento. Las situaciones relajadas y caracterizadas por una armonía social y sensorial son las que más satisfacción les producen.

3 - Asimismo, se han podido observar diferencias estructurales en la corteza prefontral de las personas tranquilas. Tienen mayor materia gris. Algo así se vincula al pensamiento abstracto, lo cual demuestra que este tipo de perfil es más tendente a la reflexión y a la introspección.
Neuronas en el cerebro representando el cerebro de las personas tranquilas 



Hábitos de las personas tranquilas

miércoles, 25 de abril de 2018

Los tres “TÚ” que hay en ti


Dentro de ti hay tres “TU”, el primero es:

1. LA PERSONALIDAD

Este término procede del griego “persona”. En la tragedia griega se utilizaban máscaras, y la voz salía de detrás de la máscara. “Sona” significa «voz», «sonido», y “per”, «a través de la máscara». No se conoce la cara real, quién es el actor. Está la máscara, y por ella sale la voz. Parece que viene de la máscara, y no se ve la cara real.

Tú tienes muchas máscaras, una sobre otra, como las capas de una cebolla. Si te quitas una máscara tienes otra, y si te quitas esa tienes otra. Y si sigues escarbando, te sorprenderá cuántas caras llevas. Llevas varias vidas coleccionándolas, y todas te resultan útiles, porque tienes que cambiarlas muchas veces.

Si hablas con tu hijo no puedes ponerte la misma cara que cuando hablas con tu jefe.

Ese es el primer tú, el tú falso, que también puede llamarse el ego. Te lo ha dado la sociedad. Te han arrebatado la verdad y te han dado un sustituto, y a causa de esas caras sustituibles no sabes quién eres.

El zen dice: «A menos que conozcas tu cara original, no sabrás qué es Buda».

Porque Buda es tu cara original. Naciste como un Buda, pero estás viviendo en una ilusión, en una mentira.

Eres cristiano, hindú o musulmán, pero esa careta no es la tuya, te la han dado los demás y te han condicionado con ella. A ti no te preguntaron nada, no te pidieron permiso; te la impusieron por la fuerza. Todos los sistemas educativos son violentos, porque no te tienen en cuenta. Tienen ideas preconcebidas, saben qué es lo bueno y lo malo, y te lo imponen. El niño está tan desvalido y es tan delicado que lo pueden moldear. Y eso es lo que hace la sociedad. Antes de que el niño se haya fortalecido lo suficiente, ya tiene mil y un traumas; está paralizado, envenenado.


Cuando quieras saber quién eres, tendrás que abandonar todas las respuestas que te han dado.

Por eso se ha definido el zen de la siguiente manera: «Dirigido directamente al corazón humano. Ver la naturaleza y transformarse en un Buda. No apoyarse en las letras. Una transmisión distinta, aparte de las escrituras».

La verdad está en ti, y es en tu interior donde has de encontrarla. «Ver la naturaleza y transformarse en Buda. Dirigido directamente al corazón humano.» No tienes que ir a ninguna parte. Vayas donde vayas, serás tú mismo.

El verdadero cambio que se tiene que producir no es de lugar, no tiene que producirse fuera, sino dentro. Y la transformación no se produce mejorando la personalidad, sino abandonándola.

La mentira no puede convertirse en la verdad. No hay forma alguna de mejorar la mentira para que se convierta en la verdad. Siempre seguirá siendo la mentira.

La mentira te dice: «Ve en busca de la verdad. Mejora tu carácter, tu personalidad. Busca la verdad, transfórmate en esto, transfórmate en lo otro». Pero la verdadera transformación es simplemente abandonando la mentira, porque tú ya eres la Verdad. Pero crees que eres la mentira que te ha impuesto la sociedad.

La verdad es el presente, este mismo momento, ahora mismo.

De modo que el primer «tú» es la mentira, la actuación, la pseudopersonalidad que te rodea, la cara que ofreces a la galería, la falsedad. Es un engaño. La sociedad te lo ha impuesto y tú has colaborado en ello. Tienes que dejar de colaborar con esa mentira de la sociedad, porque solo cuando te quedas al desnudo eres tú mismo. Todos los ropajes son un invento social. Todas las ideas y las identidades que crees poseer son un invento social, algo que te han creado los demás. Y tienen sus motivos para hacerlo. De esta forma se aprovechan de ti sutilmente. Te explotan.

La auténtica explotación no tiene un carácter económico ni político; la auténtica explotación es la psicológica.

¿En qué consiste la explotación psicológica?

La explotación psicológica consiste en no permitir que nadie sea uno mismo, que nadie sea aceptado tal y como es, que no se respete a nadie.

¿Cómo respetar a las personas si no las aceptamos como son?

Si les impones cosas y después las respetas, lo que respetas son tus propias imposiciones. No respetas a las personas como son.

La humanidad debe tomar conciencia de la falsedad de la personalidad y abandonar este primer “tú”.

2. EL “TÚ” REPRIMIDO, INSTINTIVO, INCONSCIENTE

martes, 24 de abril de 2018

Llevándote de Vuelta al Presente


De la Abstracción y la Concentración a la Presencia Consciente

Estés donde estés y hagas lo que hagas, siempre hay tres cosas diferentes que puedes hacer con tu atención. En primer lugar, puedes poner atención a la cháchara del pensamiento en tu cabeza ― la corriente de asociaciones mentales (imágenes, recuerdos, proyecciones futuras, preocupaciones, etc.) que corren a través de nuestras mentes cuanto nuestra atención no está ocupada. En segundo lugar, puedes elegir sumergir tu atención en determinadas tareas o distracciones, tales como programas de televisión, revistas, Internet, o algún hobby. O, en tercer lugar, puedes dedicar tu atención a tu experiencia presente actual ― es decir, centrar tu atención en tu entorno real, y la experiencia que vives en ese entorno. Por ejemplo, si estás en la sala de espera de un consultorio médico, puedes soñar despierto (quizás pensar acerca de lo que harás el fin de semana, o reflexionar sobre algunos problemas que estés teniendo en el trabajo), puedes sumergir tu atención en alguna revista o en tu teléfono móvil, u observar a las demás personas a tu alrededor, o a los objetos, o a la decoración en sí. O cuando sales a correr, puedes ya sea soñar despierto, escuchar un audio-libro en tu i-pod, o sumergir tu atención en tu entorno, el escenario que va pasando y la naturaleza que te rodea.

En pocas palabras, hay tres estados: abstracción (es decir, inmersión en el parloteo mental), concentración o ensimismamiento (es decir, en actividades o distracciones) y presencia consciente (es decir, la atención consciente hacia nuestra experiencia actual). Por supuesto que no se trata de algo completamente absoluto y tajante ― en un estado de abstracción o concentración, aún estás en un estado de presencia consciente parcial. Por ejemplo, aunque uno esté soñando despierto o escuchando un audio-libro mientras corre, uno está obviamente consciente del entorno, hasta cierto grado ― lo suficiente como para prestar atención al tráfico, o para mantener la ruta deseada. Pero por lo general se trata de una consciencia muy básica y funcional; la mayor proporción de nuestra energía mental está dedicada a la concentración o a la abstracción.

Cada momento de nuestras vidas evaluamos inconscientemente estas tres opciones y elegimos una de ellas ― y por lo general es una de las dos primeras la que preferimos.

Piensa acerca de la cantidad de tiempo que pasas en cada uno de los tres estados. Como promedio aproximado, estima qué proporción de un día común y corriente pasas en un estado de abstracción, en uno de concentración y en uno de presencia consciente...

Les he hecho esta pregunta a muchas personas en talleres y en cursos por internet, y casi siempre estiman que pasan la mínima proporción de tiempo en estado de presencia consciente. Como promedio aproximado, la gente dice que pasa del 5 al 15% de su tiempo en presencia consciente, del 50 al 60% en concentración y del 25 al 35% en abstracción.

Esto es una lástima, porque vivir en un estado de presencia consciente es, por mucho, el estado más beneficioso. Estar presente equivale a un estado de bienestar. Nos permite percibir la belleza y la maravilla del mundo que nos rodea. Y, en cierto sentido, estar presente significa estar realmente vivo. Nuestras vidas consisten únicamente en el presente ― el pasado y futuro son sólo abstracciones que en realidad no existen. Nunca hay nada, excepto nuestra experiencia en el momento presente. Por eso, si no estamos conscientes de nuestra experiencia en el momento presente ―si estamos en un estado de concentración o abstracción― entonces, en cierto sentido, no estamos viviendo realmente.

Esto no quiere decir que debamos pasar todo el tiempo en un estado de presencia consciente, con nuestra atención dirigida a nuestra experiencia o a nuestro entorno. Tanto la abstracción como la concentración pueden resultar bastante agradables, útiles y necesarias, a veces. Pero ciertamente podríamos tratar de aumentar la cantidad de tiempo que le dedicamos a la presencia consciente. En términos de los porcentajes mencionados, podríamos intentar disminuir la cantidad de tiempo que pasamos en abstracción y concentración, y transferirlo hacia la presencia consciente.


El Amoroso Codazo Mental