viernes, 4 de septiembre de 2015

Omraam Mikhaël Aïvanhov IV


“Amor inmenso, inagotable, infinito” 

“Uno de los fundamentos del cristianismo es el de que hace dos mil años, Dios manifestó su amor por la humanidad enviando a la tierra a su «único hijo». 

Durante un periodo, esta creencia pudo ayudar quizá a algunos a evolucionar, pero ahora hay que abandonar semejante disparate. Porque no denota una buena comprensión del amor de Dios, que es inmenso, inagotable, infinito. 

Dios tiene muchos hijos e hijas, los tiene y aún tendrá muchos más. 

Desde hace miles de años, envía a la tierra a seres excepcionales para instruir a sus hermanos y hermanas; y enviará aún a otros. No necesita para nada a aquellos que le prohíban tener otros hijos que no sean Jesús o que cuenten que antes de la venida de Jesús los humanos estaban privados de la verdadera luz. 

¡Cómo si la salvación de los humanos tuviera que depender de la época en la que hayan vivido: antes o después de Jesús!


Por mucho que la Iglesia se obstine en fijar un principio y un final a la revelación divina, al Señor, a Él no le impresionan lo más mínimo estos decretos. Sigue sin tenerlos en cuenta, Él está mucho más allá y no dejará de enviar seres que aporten cada vez nuevas luces al mundo.”



“La Estabilidad”

“La estabilidad, he ahí un tema del que no les gusta mucho oír hablar a los humanos… Ser estable, ¡que monotonía, qué aburrimiento!, ¡necesitan tanto los cambios!… ¿Pero quién les dice que la estabilidad es incompatible con el cambio? Nos está permitido cambiar muchas cosas en nuestra vida, siempre que nunca abandonemos nuestro alto ideal. Aquel que ha decidido caminar por el camino de la luz, debe velar para conservar siempre esta orientación, suceda lo que suceda.

Debéis comprender bien esto: estabilidad no significa ausencia de movimiento. Si os encontráis con un Maestro verdadero, nunca le veréis rígido, petrificado. Al contrario, físicamente y sobre todo con su pensamiento, se desplaza sin cesar para instruirse, para visitar a aquellos que le necesitan. Interiormente, en sus convicciones, permanece inmutable: ninguna seducción de ningún tipo hace mella en él. Ser estable es ser fiel a sus compromisos interiores, es proseguir contra viento y marea el camino hacia arriba. ”


Omraam Mikhaël Aïvanhov 

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