Para desarrollar esta nueva batería de iones de litio, los científicos reemplazaron el grafito, tradicionalmente utilizado para el polo negativo de la batería o ánodo por un nuevo material: un gel a base de dióxido de titanio, comúnmente usado como aditivo alimentario o para cremas de protección solar. Como de forma natural este mineral tiene forma esférica, los investigadores desarrollaron un método muy simple para convertir las partículas de dióxido de titanio en diminutos nanotubos; mil veces más finos que el diamétro de un cabello humano.
La nanoestructura resultante es la que infunde velocidad en las reacciones químicas que tienen lugar dentro de la batería, permitiendo una carga superrápida.
Sus creadores están convencidos de que este avance tendrá un gran impacto en multitud de industrias, por ejemplo para los vehículos eléctricos, cuyos tiempos de recarga de más de 4 horas y su limitada vida útil, no han dejado que este mercado despegue como debería. Gracias a esta nueva generación de baterías, los vehículos eléctricos podrán cargarse hasta 20 veces más rápido. Las nuevas baterías son capaces de soportar más de 10.000 ciclos de carga (20 veces más que las actuales).
“Con nuestra nanotecnología, los coches eléctricos podrían aumentar su gama dramáticamente con sólo cinco minutos de carga, que es a la par el tiempo necesario para bombear gasolina para los coches actuales. Igualmente importante es que ahora podemos reducir drásticamente los residuos generados por las baterías dispuestas, ya que nuestras baterías duran diez veces más tiempo que la actual generación de baterías de iones de litio”,
explica Chen Xiaodong, líder del estudio.
fuente:Muy Interesante
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