Ciertamente a lo largo de la vida nos vamos topando con muchas personas, algunas con mayor o menor interacción, con mayor o menor influencia y dentro de ellas las que pueden hacernos exteriorizar lo mejor de nuestro ser y quienes nos hacen aflorar lo más oscuro.
Ninguna persona se cruza en nuestro camino por casualidad, de alguna manera la atraemos a nosotros en función de lo que estamos proyectando y cada una de ellas tendrá un efecto en nuestras vidas, de pequeña o gran magnitud. A través de nuestras relaciones, nos conocemos, aprendemos y vamos incluso trayendo a la luz características que nunca hubiésemos pensado en poder manifestar.
Cómo reaccionamos ante una persona no es casual, es cierto que nadie tiene el poder de enfadarnos, de hacernos sufrir, ni siquiera de alegrarnos, eso es una decisión personal, tomar lo que queremos de una interacción y permitir o no generar efectos en nosotros, pero definitivamente mantener el autocontrol y la observación permanente no siempre se torna tan sencillo. Quedando expuestos a nuestro descubrimiento a través del otro, viendo cómo afloran conductas que nos sorprenden a nosotros mismos, que no nos enorgullecen e inclusive rechazándolas.
Pero esto no es necesariamente negativo, podemos aprender muchísimo de cada experiencia si no los proponemos. Solo basta dejar de identificarnos con las actitudes que nos producen incomodidad, entender por qué se han hecho presentes y evaluar cuál ha sido el detonante de nuestras reacciones, reconociendo nuestro lado oscuro y proponiéndonos trabajar en ello.
Esto no quiere decir que nos soldemos a personas que nos hacen sentir constantemente mal o sentimos que nos amargan la vida, podemos hacer un trabajo interno sin someternos a una tortura. Lo importante es reconocernos inclusive en esa oscuridad y traer todo eso a la luz, para poder transmutarlo.
Siempre debemos estar atentos a quienes sacan lo mejor y peor de nosotros, porque son ellos los que más tienen de nosotros que mostrarnos. Los que sacan lo mejor de nosotros nos muestran nuestro lado más amable, más solidario más empático, nos muestran esas características que llevamos dentro y queremos potenciar, mientras que las que sacan lo peor, nos muestran lo que no aceptamos, lo que no vemos, a lo que ofrecemos resistencia.
No aprovechar esas oportunidades de crecimiento puede traducirse en encontrarnos a más personas que tengan en nosotros el mismo efecto o sencillamente estancarnos en nuestro crecimiento.
Por: Sara Espejo –
http://rincondeltibet.com/blog/p-amo-tener-cerca-a-esas-personas-que-sacan-lo-mejor-de-mi-27147
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