miércoles, 27 de mayo de 2015

¿QUIÉN SOY YO?


Llega un momento en nuestra evolución, cuando verdaderamente entendemos lo que la mente es. Y empezamos a observarla, y nos damos cuenta que funciona sin nosotros.

Empezamos a observar como la mente actúa. Vemos como nos deprime. Vemos como nos enfada. Vemos como nos hace feliz. Nos vemos cuando conseguimos algo grande, y pensamos que somos importantes.

Simplemente el observar por sí solo hace que avances en tu evolución, ya que te demuestra que es imposible que “yo” sea la mente, porque “yo” la he estado observando todo este tiempo.

“Yo” he observado como mis pensamientos reavivan el pasado y me hacen infeliz, como me hacen sentir miedo porque algo malo puede pasar en el futuro si no tengo cuidado. Hemos visto como la mente hace todo esto.

Hasta que nos decimos a nosotros mismos: ¿Quién es este observador? ¿Quién es esta persona que ha estado observando la mente? Honestamente tenemos que decir: “No lo sé”, “no sé quien soy yo”, “no tengo idea quien ha estado observando” Pero tengo que admitir que “Yo” he estado observando.

Todos estos años pensaba que cuando yo decía
“Yo”, me refería a mi mente. Creía que mi mente era
“Yo”. Pero ahora mientras observo como me enfado, cuando observo como me deprimo, o como me alegro, me doy cuenta que estoy separado de mi mente.

Por tanto ¿Quién soy yo? ¿De dónde ha venido ese yo?

Es asombroso que pueda observar a mi mente hacerme todas estas cosas.
Pero ahora sé que existe un “Yo”.

¿Quién es este “Yo”? ¿Como lo puedo encontrar?

Al amarte a ti mismo ocurren transformaciones


Un estudio de Harvad ha demostrado que pasamos un 47% de nuestra vida mandándonos mensajes negativos, mendigando a los demás su aprobación y escondiendo nuestros defectos. 

La ya famosa Dulcinea ha grabado un nuevo y emotivo vídeo cogiendo a un grupo de personas que se han sometido a un cambio de look, se han puesto frente al espejo, nos han mostrado sus pequeños complejos y se han dado cuenta de sus propias virtudes. 

Después del cambio radical las reacciones han sido impresionantes. 

martes, 26 de mayo de 2015

Mirar sin el pensamiento



El sol se estaba poniendo entre grandes nubes coloreadas tras de las colinas de Roma; eran nubes brillantes, el cielo estaba salpicado de ellas, y toda la tierra se puso espléndida, aun los postes del telégrafo y las interminable filas de edificios.

Pronto oscurecería y el automóvil corría velozmente.

Las colinas se desvanecían y la campiña se aplanaba. Mirar con el pensamiento y mirar sin el pensamiento son dos cosas diferentes.

Mirar con el pensamiento esos árboles al costado de la carretera y los edificios al otro lado de los áridos campos, mantiene al cerebro atado a sus propias amarras de tiempo, experiencia, memoria; la maquinaria del pensamiento trabaja interminablemente, sin descanso, sin frescor; el cerebro se vuelve torpe, insensible, sin el poder de recuperación.

Está eternamente respondiendo al reto, y su respuesta es inapropiada, nunca es fresca, nueva. Mirar con el pensamiento mantiene al cerebro en ‘el surco del hábito’ y del reconocimiento; lo torna cansado y perezoso; vive dentro de las estrechas limitaciones de su propia hechura.

Nunca es libre.

Esta libertad tiene lugar cuando no es el pensamiento el que mira; mirar sin el pensamiento no significa una observación en blanco, estar ausente, distraído.

Cuando el pensamiento no mira, entonces hay sólo observación, sin el proceso mecánico del reconocimiento y la comparación, la justificación y la condena.

Este ver no fatiga al cerebro porque han cesado todos los procesos mecánicos del tiempo. Mediante el completo descanso, el cerebro se refresca a fin de responder sin reacción, de vivir sin deterioro, de morir sin la tortura de los problemas.

Mirar sin el pensamiento es ver sin la interferencia del tiempo, del conocimiento y el conflicto. Esta libertad para ver no es una reacción; todas las reacciones tienen causas; mirar sin reacción alguna no es indiferencia, ni aislamiento, ni separativa frialdad.

Ver sin el mecanismo del pensamiento es el ver total sin particularización ni división, lo que no significa que la separación y la desigualdad no existan.

 El árbol no se transforma en una casa ni la casa en un árbol.

Ver sin el pensamiento no adormece el cerebro; por el contrario, éste se halla totalmente despierto, atento, sin fricción ni dolor.


La atención sin las fronteras del tiempo es el florecimiento de la meditación.

http://la-clave-de-la-rosa.blogspot.com.es/

Los problemas desaparecen tan pronto como se aceptan


“Si sientes miedo, sientes miedo. ¿Para qué convertir el asunto en un problema? Reconoce que tienes miedo, al igual que posees dos manos. ¿Para qué crear un problema? Es como si te preguntaras por qué tienes una nariz, en lugar de dos.

El miedo está allí y lo único que debes hacer es tomar nota y aceptarlo. Acéptalo y no te preocupes. Verás que súbitamente desaparece.

Esa es la alquimia interior: los problemas desaparecen tan pronto como se aceptan, pero se agrandan y complican cuando se entra en conflicto con ellos. Claro que hay sufrimiento y con él viene el miedo. Pero acéptalo porque no hay nada que puedas hacer al respecto. No pienses que estoy hablando de pesimismo al decir que no puedes hacer nada al respecto. Cuando digo que no hay nada que puedas hacer, te estoy dando la clave para solucionar el problema.

El sufrimiento es parte de la vida y del crecimiento, y no hay nada de malo en él. El sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando es destructivo, y no se utiliza para crear; el sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando la persona sufre y no aprende nada de su sufrimiento. Yo quiero decirles que cuando el sufrimiento deja lecciones es una fuerza creadora.

La oscuridad es bella cuando insinúa la pronta aparición del alba; la oscuridad es peligrosa cuando es interminable y no insinúa un amanecer. Es peligrosa cuando sencillamente se perpetúa y la persona continúa moviéndose como autómata en la rutina de su círculo vicioso.

Esto te puede suceder si no estás alerta: por querer salir de un sufrimiento, terminas creando otro, y para escapar de ese creas otro, y luego otro, y así sucesivamente. Y todos esos sufrimientos que no has vivido continúan aguardándote.

Han escapado, sí, pero simplemente para caer en otro sufrimiento, porque la misma mente que creó el primer sufrimiento, crea también los siguientes. El sufrimiento siempre estará ahí porque es una creación de la mente.

Acepta el sufrimiento y atraviésalo; no escapes. Es una dimensión completamente diferente en la cual debes trabajar.

El sufrimiento está ahí; sal a su encuentro, atraviésalo. El sufrimiento estará ahí, de modo que acéptalo. ¿Qué temblarás? ¡Entonces tiembla! ¿Para qué fingir que no tiemblas, que no sientes miedo? Si eres cobarde, pues acéptalo.

Todas las personas son cobardes. Aquellas a quienes llamamos valientes solamente están fingiendo porque muy en el fondo son tan cobardes como el resto del mundo. En efecto, son quizá más cobardes porque para crear su cobardía se han fabricado una máscara de bravura y tratan de actuar de tal manera que nadie piense que son cobardes. Su bravura es apenas una fachada.

¿Cómo podemos ser valientes? La muerte está ahí. ¿Cómo podemos ser valientes si somos apenas hojas sacudidas por el viento? ¿Cómo podría no temblar una hoja?

La NASA pide ayuda a los internautas tras desconcierto por el misterioso brillo de Ceres

Brillo de Ceres

Científicos de la NASA han acudido a la opinión pública, lanzando una encuesta, para poder explicar el origen del destello de los misteriosos puntos en la superficie del planeta enano Ceres.

Aunque la sonda espacial Dawn ha logrado fotografiar los misteriosos puntos brillantes más cerca que nunca, los científicos de la NASA aún están desconcertados sobre el origen de este brillo, informa 'The Independent'


Para tratar de explicar el fenómeno, la agencia ha decidido acudir a la opinión pública, lanzando una encuesta en supágina web.
Así, un 30% de los participantes opina que estos misteriosos puntos podrían ser hielo, mientras la mayoría, el 38%, aboga por "otra opción".

fuente:http://actualidad.rt.com/ciencias/175803-nasa-pide-ayuda-desconcierto-misterioso-brillo-ceres


“Millones de personas se creen enfermas sin estarlo en realidad”

Dr. Juan Gérvas

Los médicos Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández denuncian en ‘La expropiación de la salud’ que la sanidad se ha “mercantilizado” y que sus profesionales hacen creer a los pacientes que todo se arregla con fármacos.
Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández son médicos de cabecera y defensores de un sistema sanitario “científico, humano y con límites”. En su último libro, La expropiación de la salud(Los libros del lince), este matrimonio denuncia que los ciudadanos, sanos o enfermos, ya no mandamos sobre nuestro cuerpo ni sobre nuestra vida porque la medicina actual, que tachan de “arrogante” y “omnipotente”, nos ha arrebatado el derecho a la salud, al dolor, al envejecimiento y a la muerte.
Perteneciente al equipo CESCA, asociación sin ánimo de lucro de investigación en atención primaria, Gérvas afirma que medicar la hiperactividad de los niños o recetar antidepresivos ante el mínimo signo de tristeza nos condena a una “dependencia médica” basada en el miedo en la que enseguida pensamos, casi siempre erróneamente, que estamos enfermos.
En su biografía se define como practicante de una medicina con límites, científica y humana. ¿Qué quiere decir eso?
Defendemos una medicina que sea prudente en la cual, por un lado, se responde con cortesía, amabilidad y ternura al sufrimiento del paciente. Por otro lado, defendemos que se emplee sólo lo mejor de la ciencia puesto que la mayor parte de los trabajos científicos son falsos, como apuntó John P. A. Ioannidis, doctor de la Universidad de Standford. Los médicos podemos ofrecer pocas cosas que verdaderamente tengan fundamento científico. Por último, hablamos de una ciencia humana en el sentido de conmoverse, porque los médicos no podemos ser indiferentes al sufrimiento del paciente y de la sociedad en ultimo término.
¿Por qué no se practica este tipo de medicina?
Porque la hemos sustituido por una medicina mercantilizada. Por un lado, creemos que la ciencia es rigurosa y omnipotente, que no tiene límites, que los médicos podemos prometer la curación de casi cualquier cosa. Pero es que al paciente no se le puede dar todo lo quiere, porque lo que quiere es ser feliz y eso no entra por la Seguridad Social ni por lo privado. Por otro lado, esa medicina poco científica es, además, muy poco humana en el sentido de que, por ejemplo, los médicos no te reciben en la consulta de pie, en la puerta, estrechándote la mano. El mejor ejemplo son esas batas que te dan en los hospitales, que se abren por detrás. Ese es un signo de que no estamos ante una medicina humana. Una medicina humana cuidaría también eso. No pasa nada. Si usted se está muriendo, le da igual que le vean el culo, pero sí pasa. Se debe conservar la dignidad incluso cuando se está enfermo.
“Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico”
Dicen en el libro que los médicos nos han expropiado la salud porque ellos deciden si estamos enfermos o sanos. Algunos dirán que son profesionales y que, en este campo, sabrán más que nosotros, ¿no?
Quien diga eso está absolutamente expropiado de su salud porque hay cosas que no pueden definir los médicos. Por ejemplo, la felicidad. Un médico no puede decidir cuando usted es feliz. Es un bien personal, igual que la salud. Usted es el que define que se siente sano. Los hechos lo demuestran. Si el paciente dice que se encuentra sano, tiene muchísimas menos probabilidades de morir que si el médico dice que el paciente está enfermo. Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico. Por el contrario, como el paciente diga que esta muy enfermo, el paciente estará muy enfermo aunque el médico lo examine y diga que no tiene nada. Hay cosas que la medicina no puede definir porque tiene que tener límites, de manera que es el propio paciente el que define si está sano o no.
Pero puede haber personas que tengan la percepción de estar sanas y que, en realidad, están enfermas.
Sí, alguna persona puede sentirse sana y estar verdaderamente enferma. Lamentablemente, eso es muy infrecuente; lo que es muy frecuente es lo contrario. Millones de personas se creen enfermas sin estarlo.

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Superas la mente de rebaño y liberas tu Yo esencial?


Cuando decimos “el” cerebro, en realidad podríamos referirnos a “los” cerebros, ya que tenemos tres:

El reptil: es el más primitivo y se encarga de los instintos básicos de la supervivencia. Resuelve el 80% de nuestra existencia diaria.

El cerebro emocional o sistema límbico (cerebro medio): comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral, que funcionan en los mamíferos. En el ser humano, estos son los centros de la afectividad y es donde se procesan las distintas emociones.
El cerebro racional o corteza cerebral. Permite el pensamiento abstracto, va más allá de la inmediatez y nos posibilita desarrollar un yo consciente (El Ego).

Nuestro recorrido como humanos concientes es muy reciente, si consideramos el tiempo transcurrido.  Nos “ganan” el instinto de supervivencia y las emociones, ya que el pensamiento es una adquisición flamante.  Como remate, estamos tratando de “recordar” nuestro origen espiritual, por lo que vivimos en un nivel de estrés elevado si tomamos en cuenta todas las variables: es un tiempo desafiante y también enormemente valioso y evolutivo.

En lo social, los cerebros primitivo y emocional adhieren a una lógica de rebaño, en la que un 5% dirige al 95%.  Esto tiene ventajas en lo referente a la seguridad (en los animales, es más protegido estar en una multitud que solo) y comodidad (nos desentendemos de las responsabilidades particulares para dejarnos llevar por algunos que controlan las decisiones).  En los humanos, sería la tribu o el  clan.

 El cerebro racional nos hizo lúcidos de la individualidad.  La tribu privilegia su subsistencia y poder por encima de todo y, si tiene que destruir o condenar a los integrantes para ello, lo hará.  A medida que vamos ganando conciencia propia, comenzamos a rebelarnos ante estas imposiciones y generalizaciones, procurando encontrar la voz original y los dones personales.  En general, estamos en esta etapa como Humanidad: pasando de la mentalidad de clan a la de individuos. Una tercera etapa sería la de Grupos: cada individuo asociado en igualdad de condiciones con otros, hacia la consecución de un fin acordado entre todos, para el bien de todos.

En sociedades con una fuerte impronta de clan, como la española y las latinoamericanas, resulta más difícil la etapa de individuación, porque se tiende a cortar la cabeza de quien ose levantarla o se aísla al que se aparta un poco de la plebe.  Afortunadamente, sucede cada vez menos, pero es muy necesario que los que sienten el llamado de su esencia ocupen sus espacios, difundan sus ideas, renueven los esquemas anquilosados, trabajen con entusiasmo y amor por el derecho que cada uno tiene a vivir a su modo, contribuyendo con su aporte a la felicidad y plenitud del conjunto.

Este es un llamado a ti, en particular.  A que te atrevas a encontrar tu voz y a compartirla, sin imposiciones ni justificaciones, con naturalidad y alegría.  A que propongas cambios y renovaciones en donde estés, con respeto y creatividad.  A que liberes el potencial que traes y te conectes con tu alma y sus dones. A que fluyas con la Nueva Energía hacia un mejor mundo.  Te acompaño.

http://abrazarlavida.com.ar/superas-la-mente-de-rebano-y-liberas-tu-yo-esencial/

La sensación de “yo soy” Conversaciones con Sri Nisargadatta Maharaj


Interlocutor: Un hecho de nuestra experiencia diaria es que al despertarnos, el mundo aparece de pronto. ¿De dónde sale?

Maharaj: Antes de que algo pueda venir a la existencia tiene que haber alguien que lo perciba. Toda aparición y desaparición presupone un cambio con relación a un fondo que no cambia.

I: Antes de despertarme, yo estaba inconsciente.

M: ¿En qué sentido? ¿En el de haber olvidado o en el de no haber experimentado? ¿No experimenta usted incluso cuando está inconsciente? ¿Puede usted existir sin conocer? Un lapsus en la memoria ¿es prueba de no-existencia? ¿Y puede hablar con validez sobre su propia no-existencia como una experiencia real? Ni siquiera puede decir que su mente no existía. ¿No se despertó cuando lo llamaron? Y al despertarse, ¿no fue la sensación de “yo soy” lo que llegó primero? Entonces, alguna semilla de consciencia debe existir, incluso durante el sueño. Al despertar la experiencia se desarrolla así: “Yo soy ―el cuerpo― en el mundo”. Puede parecer que surge en forma de secuencia pero de hecho todo es simultáneo, es una sola idea, la de tener un cuerpo en un mundo. ¿Puede existir la sensación de “yo soy” sin ser alguien?

I: Yo siempre soy alguien, con sus recuerdos y sus hábitos. No conozco otro “yo soy”.

M: ¿Tal vez algo le impide conocerlo? Cuando usted ignora algo que los demás saben, ¿qué es lo que hace?

I: Busco la fuente de su conocimiento bajo su instrucción.

M: ¿No es importante para usted saber si es simplemente un cuerpo o alguna otra cosa? ¿O quizá nada en absoluto? ¿No ve que todos sus problemas son los problemas de su cuerpo? Alimento, vestido, techo, familia, amigos, nombre, fama, seguridad, supervivencia, todo esto deja de tener sentido en el momento en que usted comprende que tal vez no sea simplemente un cuerpo.

I: ¿De qué sirve saber que no soy el cuerpo?

M: Incluso decir que usted no es el cuerpo, no es totalmente correcto. En cierto modo usted es todos los cuerpos, los corazones, las mentes y mucho más. Profundice en la sensación de “yo soy” y lo descubrirá. ¿Cómo encuentra usted algo que ha olvidado? Lo mantiene en la mente hasta recordarlo. La sensación de ser, de “yo soy”, es lo primero que surge. Pregúntese de dónde sale o simplemente obsérvelo con tranquilidad. Cuando la mente permanece en el “yo soy” sin moverse, se entra en un estado que no se puede expresar con palabras, pero que se puede experimentar. Lo único que debe hacer es intentarlo una y otra vez. Después de todo, la sensación de “yo soy” siempre está con usted, sólo que usted le ha añadido todo tipo de cosas ― el cuerpo, sentimientos, pensamientos, ideas, posesiones, etc. Todas estas auto-identifícaciones son equívocas. A causa de ellas usted cree ser lo que no es.

I: Entonces, ¿qué soy yo?

M: Con que sepa lo que usted no es, es suficiente. No necesita saber lo que es, ya que mientras el conocimiento signifique descripción en términos de lo ya conocido, de lo perceptual o conceptual, no puede haber auto-conocimiento, puesto que lo que usted es no puede ser descrito, excepto como negación total. Lo único que puede decir es: “yo no soy esto, yo no soy aquello”, no puede decir: “esto es lo que soy”. Sencillamente no tiene sentido. Lo que pueda señalar como “esto” o “aquello” no puede ser usted. Ni tampoco puede ser “otra cosa”. Usted no es algo perceptible o imaginable. Y sin embargo, sin usted, no puede haber percepción ni imaginación. Usted observa el sentir del corazón, el pensar de la mente, el actuar del cuerpo; el propio acto de percibir muestra que uno no es lo que percibe. ¿Puede haber percepción o experiencia sin usted? Toda experiencia tiene que “pertenecer” a alguien. Alguien debe llegar y proclamarla como propia. Sin el experimentador la experiencia no es real. El experimentador es el que aporta realidad a la experiencia. Una experiencia que usted no pueda tener, ¿de qué le sirve?

I: El sentido de ser el experimentador, la sensación de “yo soy”, ¿no es también una experiencia?

M: Evidentemente, todo lo que se experimenta es una experiencia. Y en toda experiencia surge el experimentador. La memoria crea la ilusión de continuidad. En realidad cada experiencia tiene su propio experimentador y el sentido de identidad se debe al factor común que está en la raíz de toda relación experimentador/experiencia. Identidad y continuidad no son lo mismo. Al igual que cada flor tiene su propio color, pero todos los colores son originados por la misma luz, en la conciencia no-dividida e indivisible en sí misma, aparecen muchos experimentadores, cada uno separado en la memoria, aunque idénticos en esencia. Esta esencia es la raíz, el fundamento, la “posibilidad” atemporal e inespacial de toda experiencia.

I: ¿Cómo puedo llegar a ella?