Por Ilie Cioara
Versos y comentarios extraídos de su libro Yo Soy lo Ilimitado
Soy espontánea sencillez.
Mente, corazón y sentimiento,
un solo ser, plenitud absoluta,
Amor en acción.
Este estado
se revela con naturalidad.
Cuando la mente está despierta,
todo es Uno.
El pasado se disuelve
a la luz de una omnímoda Atención.
En el vacío, lo Sagrado se revela
en su fulgor natural.
Cuando se experimenta el momento,
la mente personal se disipa;
se expande hasta el Infinito
como Mente Universal.
Cada uno de tales encuentros
nos transforma radicalmente,
pues con cada chispa de conciencia
¡somos novedad, Divinidad, Realidad!
La Nada
La Nada es la no forma, el no haber, la no existencia.
Es también el vació de la mente ―Existencia Infinita―
que incluye e impregna Todo cuanto existe en el Universo.
No tiene límites, no conoce fronteras.
Después del séptimo nivel de conciencia, somos solo “Lo que Es”;
ilimitado en su totalidad, el pensar se hace Inmensidad.
Esto es la Nada, que mantiene todo unido en órbita:
planetas, galaxias, toda materia y forma.
Por eso, a partir de ahora, todo es simple Ser,
el umbral de la Eternidad Total con un pensar ilimitado:
un pensamiento puede situarse en cualquier parte en un instante:
en la Luna, el Sol o cualquier galaxia, espontáneamente.
En el estado de Ser ―un estado de Santidad ―
somos Unidad con Dios, somos Amor eterno,
a cada momento, entretejido con la emoción.
Este es el potencial de todo ser humano.
“Conocerse a sí mismo”, simplemente siendo,
es el camino más sencillo para llegar a esta experiencia real,
encarando a la mente engañosa y mecánica
con la Luz de la Atención.
El auténtico encuentro instantáneo con ella la disipa,
y en el “vacío psicológico” aparece el nuevo ser humano,
que afirma su existencia como acción sublime:
Dicha y Felicidad, integrados en Uno.
¡No aceptes nunca que la sencillez es difícil!
Solo el ego hace tal afirmación, no lo Sagrado
de nuestro Ser, impulso creativo,
inteligencia constante en perpetuo cambio.
La Nada es el vacío, la no existencia, ninguna cosa, la negación absoluta, y simultáneamente, es lo infinito, la Existencia que impregna Todo cuanto existe en el Universo Ilimitado. No tiene fronteras, y es por tanto Infinitud.
Cada vez que hacemos realidad el estado de Ser, experimentamos igualmente un Pensar Ilimitado, que es, de hecho, la misma Inmensidad a la que también podemos llamar Nada, la Nada que mantiene en órbita planetas, estrellas, galaxias y universos, así como todo su contenido.
Por lo tanto, en un sencillo estado de no mente descubrimos el eterno estado de Ser, que es, en realidad, la Energía Infinita o Dios. En la práctica, nos hallamos en un estado de Pensar Ilimitado; en una fracción de segundo podemos colocar un pensamiento en la Luna, el Sol o cualquier galaxia.
Cuando de verdad descubrimos por experiencia propia el estado de Ser, tomamos conciencia de nuestra Santidad, pues en ese momento sublime estamos en perfecta comunión con Dios, manifestado como Amor eterno.
Cada uno de nosotros ―hombre o mujer― está dotado, así pues, de esta capacidad funcional natural, conseguida con la ayuda de una Atención lúcida y omnímoda, que disipa al instante el mecanismo de la mente ilusoria y tramposa. En cuanto aparece esta “vacuidad psicológica” o Paz del Alma, un ser humano nuevo afirma su existencia y comportamiento sublime como Amor, Dicha y Felicidad incondicionales, libres de cualquier motivación externa.
¡Nunca digas que llegar a la sencillez es difícil! Tan disparatada afirmación proviene del ego, degradado, y no del ser Sagrado que somos, dotado de impulso creativo e Inteligencia constante en perpetuo cambio.
Lo Desconocido
Lo que no es, lo que no existe, eso tan
misterioso que es lo Desconocido,
tan controvertido, es imposible de ver ni prever
con nuestra mente condicionada; no podemos
pensar en ello ni reproducirlo
con imágenes, pensamientos o palabras.