De la dominación a la tolerancia
Acusar a los demás de los propios infortunios es un signo de falta de
educación.
Acusarse a uno mismo demuestra que la educación ha comenzado.
No acusarse uno mismo ni acusar a los demás demuestra que la educación ha
sido completada
EPICTETO
Soy consciente de que no necesito dominar a nadie con el fin de estar
espiritualmente alerta
Su yo superior quiere que esté en paz. Su ego quiere mantenerle en un estado
de agitación con el fin de conservar su domino sobre su vida. Es probable que
haya escuchado a su ego durante la mayor parte de su existencia.
El resultado de escuchar al ego es que la mayoría de nosotros permitimos que
el ego nos persuada para escoger la dominación en lugar de la tolerancia como
criterio en nuestras relaciones. Pasar de la dominación a la tolerancia requiere
disciplinar el ego y escuchar al yo espiritual.
Estoy escribiendo según mi experiencia personal en este asunto, y se trata de
una de las misiones más difíciles que me ha planteado mi yo espiritual. He
pasado muchos años dominado por mi ego, y sin tener intención de hacerlo he
convertido la dominación y el enjuiciamiento en las piedras angulares de mi
relación con los demás.
Las sugerencias que encontrará en este capítulo provienen todas de mi propia
experiencia al superar las inclinaciones dictadas por el ego. Realizar la
transición de la dominación a la tolerancia reviste una especial dificultad
debido a que el deseo de satisfacer el ego es muy poderoso. El ego se
muestra en extremo persuasivo después de toda una vida de disfrutar de los
beneficios de la dominación. No quiere renunciar a su control.
Su yo superior asumirá el mando fácilmente cuando usted deje de controlar a
otras personas. Comenzará a sentir un amor incondicional, y empezará a
encontrar la paz que ha deseado.
Para encaminarse hacia la tolerancia que fomenta su yo superior y apartarse de
las necesidades de controlar y juzgar impuestas por el ego, necesita examinar
las cualidades que alimentan una forma tolerante de abordar al vida.
REEMPLAZO DE LA DOMINACIÓN POR LA TOLERANCIA
Aquí encontrará las principales características de la tolerancia. Fíjese en que
con la tolerancia entra en sintonía con su yo superior al renunciar a las
constantes exigencias del ego. Dese cuenta de que lo que el ego le ha hechoa
usted, usted se lo ha hecho a otras personas.
El aprendizaje de estos comportamientos para crear una actitud tolerante es
una manera de educar al ego y de educarse a sí mismo. En el proceso, puede
despojarse de las habituales reacciones del ego que le apartan de la verdadera
realización.
Dejar que las cosas sean como son. Para volverse más tolerante y estar menos
controlado por su falso yo, comience a sentirse satisfecho con tal como son
las cosas. Su ego nunca está del todo contento. Si escoge algo, su ego le
convencerá de que considere alguna otra cosa.
Si una persona a la que ama actúa y es muy considerada con todo lo que usted
dice o hace, su ego quiere que esa persona sea más crítica; si esa persona es
más crítica, su ego decide tenerle antipatía. Si come demasiado, usted
comienza a pensar en lo agradable que sería estar más delgado; se pone a
dieta, y todos sus pensamientos girarán en torno la comida. Si se queda en
casa durante un largo período de tiempo, su ego se pone a contarle lo bonito
que sería viajar; póngase en carretera y el ego empezará a hablarle de lo bonito
que sería quedarse en casa. Se encuentra en una relación y comienza a
imaginar que sería más agradable estar libre de ataduras; no disfruta de una
relación y empieza a querer tener una. Sus hijos andan corriendo por la casa y
empieza a pensar en escapar de ella; se ha ido de la casa y no piensa en nada
más que en sus hijos.
Si se identifica con lo descrito, puede estar seguro de que el ego le ha
separado temporalmente de su yo espiritual. Dada su voluntad de convencerle
de que está separado de todo, necesita separarle del centro de su ser.
Entonces puede mantenerle en ese estado de tratar de dominar a otras
personas como manera de intentar lograr el equilibrio y el contento. El
problema radica en que usted no puede alcanzarlos si se halla separado de la
conciencia de su yo superior.
Cuando comienza a escuchar a su yo superior en los momentos
contemplativos y de quietud, empieza a relajarse y aflojar la presión.
Desaparece la falsa creencia de que todas las personas de su vida necesitan
ser dominadas o controladas por usted o de que los demás tienen que estar a
la altura de sus expectativas para ser felices.
Las personas son como soy, y su necesidad de dominarlas o cambiarlas en el
sentido que sea es el dictado de su falso yo. Su ego está, tomo de costumbre,
intentando convencerle de que está separado de los demás. Tampoco quiere
que caiga en la cuenta de cómo hace para dominar su existencia, así que le
convence de que si no domina a los demás ellos le vencerán.
El ego proyecta sus tendencias controladoras sobre los demás para evitar que
lo vea operando dentro de usted. Al mismo tiempo, hace que vea a la gente
tolerante como controlable. El inteligente ego le controla en un sentido y otro.
Le hace comportarse de modo dominante para ocultar cómo le controla a usted
y al mismo tiempo le hace sentir desagrado por las personas tolerantes
controlables. ¿Por qué iba usted a querer decidirse por la tolerancia cuando le
ponen ese modelo delante?