viernes, 28 de abril de 2017

Espiritualidad y Vida


La filosofía y la cultura de la India es la de "Ananda" o Felicidad. "De la Felicidad-Absoluta hemos venido; en la Falicidad-Absoluta estamos arraigados; y a la Felicidad-Absoluta estamos destinados", dice el Taittiriya Upanishad. No es un mensaje de dolor, agonía y angustia. El pesimismo es desconocido para la cultura de la India. Es una cultura de exuberante positividad de acercamiento, una aproximación a Dios en definitiva, que es la más grande de las positividades. La vida se considera como un movimiento de la alegría a la alegría, y esto es lo que llamamos el proceso evolutivo del alma.

Es un movimiento de una verdad menor a una verdad superior, que es una mejor manera de decir las cosas que repetir la tradición trillada de que nos movemos del error a la verdad. En el glorioso reino de Dios, que está dentro de cada uno, no puede haber ningún error final. El error es sólo una distorsión de los valores. No tiene existencia definitiva y no puede tener un valor absoluto. El error absoluto es impensable, y no puede ser. La falsedad absoluta no existe. Todo es como una representación relativa de la perfección de Dios, y así en todas partes, incluso en los llamados movimientos erróneos de las fuerzas materiales, psicológicas y sociales, hay un elemento de Dios presente, impulsando todos estos procesos hacia la perfección.

Para nuestra cultura, que es la cultura de Dios, la cultura de la perfección, todos los deberes de la vida se convierten en una manifestación de la felicidad. El glorioso evangelio de los Vedas, los Upanishads y el Bhagavad Gita, que pueden considerarse como el trípode del mensaje de la India a la humanidad, nos proporciona la exhortación esperanzadora de que nunca podemos estar indefensos en cualquier momento de nuestra vida. Nuestra cultura es el florecimiento de la luna llena, el verdadero "Purnima" de la esperanza después de la esperanza; la aspiración después de la aspiración. Podemos recordar en nuestra mente, una vez más, el mensaje de los santos y sabios de todos los tiempos y lugares, que han sondeado en las profundidades de la Gran Realidad del universo, de que existimos en Dios, vivimos en Dios, respiramos en Dios, nos movemos en Dios y realizamos las funciones de nuestra vida en el Reino de Dios.

El gran mensaje de Cristo de que "el Reino de los Cielos está dentro de vosotros" debe ser una enseñanza milagrosa y revolucionaria para todos aquellos que piensan en términos de lo temporal y que siempre evalúan las cosas desde el punto de vista histórico. Un reino no puede estar dentro de nadie. ¿Se imaginan un reino que esté situado dentro de alguien? Y, sin embargo, una gran encarnación dijo esta verdad a la humanidad: "¡El Reino de los Cielos está dentro de vosotros!" O bien es una contradicción en los términos o es un hecho supra-mundano, que el entendimiento humano no puede penetrar. Lo que es externo es también interno, es también un mensaje del Chhandogya Upanishad (Sección VIII), el cual se hace eco de la declaración de Cristo de que el Reino de los Cielos está dentro de nosotros. El cosmos entero está vibrando dentro de cada célula de nuestras personalidades. Todo lo que está en todas partes está también dentro de nosotros y es inseparable de nosotros. Esta fue también la base de la doctrina de la perfección suprema de Dios que nos ha dejado el Acharya Sankara, teniendo como base a los Vedas, los Upanishads, el Bhagavad Gita y los Brahmasutras. Todo lo que necesitamos está en nosotros. Todo lo que necesitamos para nuestra existencia, cada movimiento en la evolución hacia la perfección, está implantado en nuestro ser. Cuando nacimos hemos traído con nosotros todo lo que necesitamos y llevamos todas estas necesidades con nosotros dondequiera que nos movemos en este mundo. No podemos estar separados de estas necesidades o necesidades permanentes; son inseparables de nuestra existencia vital.

Este es el espíritu de la verdadera espiritualidad. Tenemos por un lado la letra de las enseñanzas de la vida espiritual, y por otro el espíritu de estas enseñanzas. La letra de la enseñanza es lo que generalmente practican las masas en el mundo, pero el espíritu se pierde. La letra es fácil de entender, pero el espíritu es difícil de seguir. ¿Cuál es la letra de la enseñanza de la vida espiritual? ¿Qué dice la letra de la religión? Dice: hay que amar a Dios, hay que creer en la existencia de Dios, debes decir la verdad, debes ser honesto en tu trato con tus hermanos, y debes vivir una vida de pureza, bondad y veracidad. Pero la letra de la enseñanza ha sido tan (mal)interpretada, a causa de la constitución misma de la mente humana, que la vida del espíritu, o la vida de Dios, o la vida de la aspiración espiritual, ha sido encubierta, sin que uno sepa qué está pasando, separado de las actividades diarias de la vida, de modo que somos una cosa en la calle o la tienda y otra cosa en el templo o la iglesia. Por lo tanto, tenemos dos ideales ante nosotros, el ideal para la plaza del mercado y el ideal para la iglesia o el templo. Este es el credo tradicional y organizado de lo que podemos llamar las iglesias de la religión.

La religión hoy en día parece estar agitándose desde sus mismos cimientos, ya que el edificio de la religión popular está construido sobre un base arenosa y no tiene un apoyo sustancial en el fondo. El llamado hombre religioso en realidad no cree en Dios. La mente religiosa se ha aprovechado de su aparente creencia en Dios o concepto de Dios como un instrumento para la realización personal de sus deseos y ambiciones. Para la mayoría de nosotros, Dios es un instrumento, no el objetivo o meta de la vida. Nuestra petición a Dios no es porque Él es todo-en-todo, sino porque es una herramienta para el cumplimiento de nuestros motivos ocultos. Tenemos deseos y deseos, en todos los niveles de nuestra personalidad. Estamos hechos de deseos: "Kamamayoyam Purushah". No poseemos o tenemos deseos: Estamos hechos de deseos. Cada fibra de nuestro ser está constituida solo de deseo. Por lo tanto, esta personalidad deseosa inventa una herramienta en forma de concepto de un Dios en el paraíso, en Brahmaloka, Vaikuntha o Kailasa, para su propia satisfacción. La existencia de Dios es parodiada; se convierte en una blasfemia de la noción misma de Dios. Se nos dice, una y otra vez, que Dios es la meta de la vida y no un medio para la satisfacción de las necesidades del individuo.

Ahora tenemos que aprender las lecciones principales de la vida misma. Todavía estamos necesitados

jueves, 27 de abril de 2017

CONSEJOS PARA VIVIR EN CONCIENCIA.


A usted que está leyendo estas líneas le fue confiado este mensaje por alguna razón, búsquela en sus pensamientos pasados, recuerde si usted ha querido saber sobre esto, porque lo que le voy a contar a continuación es algo que usted está buscando quizás hace mucho.
Vamos a partir por lo básico, lea con mucha atención e intente comprender:

LO QUE A USTED LE PASA EN ESTE DÍA ES UNA CONSECUENCIA DE SUS PENSAMIENTOS PREVIOS.

¿Qué quiero decir con esto?, que toda la vida, las circunstancias y vivencias por las que usted atraviesa son algo que imaginó anteriormente, así como lo que está pensando en este momento será materializado en el futuro. Es difícil de aceptar pero es una ley de la vida, algo que no se puede cambiar y que ha existido siempre pero que los dueños del mundo no quieren que usted sepa ya que podría cambiar la existencia del mundo entero a favor suyo y en desmedro de quienes quieren que viva bajo el temor.

Le doy un ejemplo: Prende la tele y ve en el noticiero solo calamidades; asaltos, enfermedades, sufrimiento, etc. Usted sale a la calle y está atemorizada/o, desconfía de todos, sujeta sus pertenencias con precaución, vive con miedo a que lo asalten o atropellen y piensa todo el día en los peligros que pueden caer sobre usted. Si sus pensamientos están llenos de temor, solo generan temor y usted atraerá sucesos nefastos en concordancia con sus pensamientos nefastos. Se ha encontrado usted pensando esto: “Yo sabía que me iba a caer!” o “sabía que me iba a enfermar”, bueno, la caída y la enfermedad no es porque usted tuvo una premonición, son porque usted lo CREÓ.

Un ejemplo mejor es cuando usted sabe que algo saldrá bien, pone toda su fé y confianza en que cualquier situación va a salir bien, lo cree con firmeza y determinación. Que sucede entonces?: todo sale bien. Bueno, usted no es un oráculo ni tiene dotes de adivinación, usted es creador/a. Tenga esto presente todo el tiempo. Dios es una mente creadora, lo creó a usted a imagen y semejanza, entonces como es un creador, su creación que es usted también es CO-CREADOR de su vida.


¿Cómo lograr que ocurra lo mejor para mí?

1. Fíjese en todo momento en lo que está pensando, si se ve inmerso en pensamientos que no le sirvan, bórrelos, diga “DISUELVO”, o “BORRAR”, y cambie su pensamiento por alguno benevolente, como un paisaje hermoso, una sonrisa o algún recuerdo que le haga sentir bien.

2. Trate a todos como le gustaría que lo trataran a usted. Esto es muy importante ya que todo lo que uno siente es energía, si usted envía una energía alegre, amable o amorosa, solo puede recibir de vuelta una energía semejante, va a ver que sucesos amables y lindos llegan a cada momento. Si usted tiene un día malo y se pelea o habla mal de alguien o le desea mal a otra persona o es envidioso/a, etc., eso le será devuelto y tendrá que vivir sucesos desagradables semejante a sus malos pensamientos. Esto es una ley, no tiene salida a la devolución de energía así que practíquelo por su propio bien. Cosechas lo que siembras a cada momento.

3. No le eche la culpa a nadie de sus circunstancias ya que usted es el responsable de su vida, puesto

La Revolución Interior


La iluminación de la que hablo no es simplemente una realización, no es simplemente el descubrimiento de nuestra verdadera naturaleza. Este descubrimiento es sólo el comienzo — el punto de entrada a una revolución interior. La realización no garantiza esta revolución; sino que simplemente hace que sea posible.

¿Qué es esta revolución interior? Para empezar, la revolución no es estática; sino que está viva, en curso, y continua. No puede ser apresada o hacer que se adapte a cualquier modelo conceptual. Tampoco hay ningún camino a esta revolución interior, ya que no es ni predecible ni controlable y tiene vida propia. Esta revolución es una ruptura con las viejas estructuras de pensamiento y percepción muertas, repetitivas en que la humanidad se encuentra atrapada. La Realización de la última realidad es un repentino y directo despertar existencial a nuestra verdadera naturaleza que abre la puerta a la posibilidad de una revolución interior.

Tal revolución requiere un vaciado continuo de las viejas estructuras de la consciencia y el nacimiento de una inteligencia viva y fluida. Esta inteligencia reestructura todo tu ser — cuerpo, mente y percepción. Esta inteligencia hace que la mente se libere de sus viejas estructuras que tienen su origen dentro de la totalidad de la consciencia humana. Si uno no puede liberarse de las viejas estructuras condicionadas de la consciencia humana, entonces uno se encuentra todavía en una prisión.

Tener un despertar a nuestra verdadera naturaleza no significa necesariamente que habrá una revolución en la forma en que uno percibe, actúa, y responde a la vida. El momento del despertar nos muestra lo que es en última instancia, verdadero y real, así como revela una posibilidad más profunda en la forma en que la vida puede ser vivida desde un estado indivisible e incondicionado del ser. Pero el momento del despertar no garantiza esta posibilidad más profunda, como lo atestiguan muchos de los que han experimentado un despertar espiritual.

El despertar abre una puerta hacia una revolución interna profunda, pero de ninguna manera garantiza que va a tener lugar. El que tenga lugar o no depende de muchos factores, pero ninguno más importante y vital que una intención sincera e inequívoca por la verdad por encima de todo lo demás. Esta intención sincera hacia la verdad es de lo que en última instancia depende todo crecimiento espiritual, sobre todo cuando se trascienden todas las preferencias, programas y metas personales.

Esta revolución interior es el despertar de una inteligencia que no nace de la mente, sino de un silencio interior de la mente, que por sí sola tiene la capacidad de arrancar de raíz todas las viejas estructuras de la propia consciencia. A menos que estas estructuras sean desarraigadas, no habrá un pensamiento, acción o respuesta creativos. A menos que haya una revolución interna, nada nuevo y fresco puede florecer. Sólo lo viejo, lo repetitivo, lo condicionado florecerá en ausencia de esta revolución. Pero nuestro potencial está más allá de lo conocido, más allá de las estructuras del pasado, más allá de lo que la humanidad ha establecido.

Nuestro potencial es algo que sólo puede florecer cuando ya no estamos atrapados dentro de la influencia y las limitaciones de lo conocido. Más allá del reino de la mente, más allá de las limitaciones de la consciencia condicionada de la humanidad, se halla lo que se puede llamar lo sagrado. Y es de lo sagrado que nace una consciencia nueva y fluida que limpia lo viejo y trae a la vida el florecimiento de una expresión viva e indivisible del ser. Tal expresión no es ni personal ni impersonal, ni espiritual ni terrenal, sino más bien el fluir y el florecimiento de la existencia más allá de todas las nociones del yo.

Así que vamos a comprender que la realidad trasciende todas nuestras nociones sobre la realidad. La realidad no es ni cristiana, ni hindú, ni judía, ni advaita vedanta, ni budista. No es ni dualista ni no-dualista, ni espiritual ni no espiritual. Tenemos que llegar a saber que hay más realidad y sacralidad en una brizna de hierba que en todos nuestros pensamientos e ideas acerca de la realidad.

Cuando percibimos desde una consciencia indivisa, encontraremos lo sagrado en todas las

miércoles, 26 de abril de 2017

La perla de gran valor


En el fondo yo soy espíritu. En el fondo tú eres espíritu. Es lo que somos y quienes todos somos realmente, detrás de las máscaras que usamos, más allá de los roles que desempeñamos. El espíritu es indivisible ― misteriosamente, cada uno de nosotros es todo. Es nuestra condición nativa, lo que siempre hemos sido y siempre seremos.

No podemos hacer nada con este núcleo central de nosotros mismos, no podemos cambiarlo o doblegarlo a nuestra voluntad, pero podemos reconocer su presencia y rendirnos a su voluntad. Esto marca una diferencia en nuestras vidas. Poco a poco nos damos cuenta de que cuida de nosotros. Al igual que una columna vertebral es un apoyo y fuerza interior, una columna vertebral que nunca envejece ni puede ser dañada, nunca nos decepciona.

Estar despierto al espíritu es un viaje interminable. Paso a paso nos encontramos con la estabilidad interior. Por supuesto de vez en cuando la pasamos por alto. Esto es de esperar. Es parte del ciclo natural de las cosas. Cuando eso ocurre puede sentirse como perder el contacto con algo importante, pero al volver a casa nos encontramos con que no hemos perdido nada. La inmensa Profundidad dentro de nosotros está todavía presente en su plenitud, su frescura, su gloria. Sin embargo, algo es diferente ― como si nunca la hubiéramos visto antes.

El espíritu interior es libertad, libertad interior, la libertad del alma, del ser. La consciencia de esta libertad no significa, sin embargo, que exteriormente seamos libres. La vida está llena de restricciones que no tenemos más remedio que aceptar. Sin embargo, en medio de estas restricciones la libertad interior está siempre presente. Al igual que Jano, el dios romano de las puertas, podemos mirar a dos lados a la vez, hacia el exterior a las limitaciones del mundo, y hacia el interior al espíritu, a la libertad.

Este estado interior de libertad es inquebrantable e invencible, incluso ante la cara de la muerte. ¿Cómo puedo decir esto puesto que yo aún no estoy muerto? Porque ahora mismo estoy viendo que el espíritu está más allá de cualquier tipo de muerte. Todo el tiempo la vida cambia, las cosas van y vienen sin cesar, pero el espíritu no lo hace. El espíritu permanece ― más estable que el suelo bajo nuestros pies. No sé cómo reaccionaré cuando me llegue la muerte, pero espero ser consciente del espíritu. Espero que esto me ayudará a enfrentar la muerte, me ayudará a rendirme y dejarme ir pacíficamente cuando llegue el momento. ¿Y qué pasará si no estoy consciente de mí ser más íntimo cuando muera? En el fondo no seré perjudicado de ninguna manera.

¿Qué diferencia hay en ser consciente del espíritu en mi vida diaria?

La Vía sin Cabeza


No puedo ver mi cabeza

Consciente de la Ausencia de mi cabeza aquí, estoy viendo Quién soy en realidad. Creo que usted tampoco puede ver su cabeza. Sin embargo, usted debe hablar por sí mismo. Este es un principio en la Vía sin Cabeza ―usted es la única y última autoridad sobre Quien es usted. ¿Por qué? Porque sólo usted está donde usted está. Todo el resto del mundo está lejos y por lo tanto no está en condiciones de decirle Quién es usted a la distancia cero. (Por otro lado, están en una buena posición para decirle quién es usted desde lejos ―de hecho, en mejor posición que usted.)


Los experimentos

En el centro de la Vía sin Cabeza están los experimentos. Estos le invitan a ejercer su autoridad y mirar por sí mismo Quién es usted. Un amigo griego, después de unos diez años de búsqueda, se sentía deprimido porque aún no había encontrado lo que estaba buscando ―la verdad, la libertad, la paz... Él declaró a su novia: "Voy a navegar por Internet y no voy a parar hasta que haya encontrado lo que estoy buscando". Después de un rato se topó con el sitio web de la Vía sin Cabeza; hizo el experimento de apuntar con el dedo y encontró lo que había estado buscando ―su propio Ser ilimitado. Lo Que estaba buscando era El que estaba buscando. Llamó a su novia y también hizo el experimento de apuntar. No podían creer que fuera tan simple ―apuntar a donde otros ven tu cara y VER LO QUE VES, y no lo que te han dicho que veas. No hay una cara aquí, sino Espacio para el mundo. Ellos contactaron conmigo unos meses más tarde y me dijeron que se habían reído y reído ¡durante una hora y media!

Esta historia no es inusual. Los experimentos de la Vía sin Cabeza son una innovación. Se omiten las palabras y apuntan directamente, no verbalmente, a tu verdadera naturaleza ―tu Rostro Original como el Zen lo describe. Mire a otra persona y observe que la configuración es de cara ahí a no cara aquí. Cuando viaja en un coche, observe que usted estás quieto, mientras que el mundo se mueve.

Hay muchos experimentos en la Vía sin Cabeza (consulte nuestra página web). Cada uno le acerca a Usted desde un ángulo diferente y revela un aspecto diferente de Ver. Pero el punto central al que conducen siempre es el mismo ―esta Apertura que es capacidad para todo. Si un experimento en particular no significa nada para usted, no se preocupes. Simplemente haga otro. Si sólo uno de los experimentos le despierta a esta Capacidad sin cabeza, eso es suficiente. Una vez en Casa por medio de uno de los experimentos ―por medio de cualquiera de estos rápidos vehículos de regreso a casa― a partir de ese momento, usted tiene acceso instantáneo siempre que quiera. La llave está ahora en sus manos. O más bien, la llave es su dedo cuando apunta de nuevo al lugar desde el que mira. Cuando despertamos a lo que realmente somos, descubrimos que el Uno es afectuoso ―se ha hecho sumamente evidente y disponible. Cada vez que lo buscamos, está aquí, acogiéndonos con los brazos abiertos. Por supuesto, tenemos que saber dónde mirar ―pero ahora lo sabemos.



La experiencia y el significado

"¿Y qué?", podría responder. "El hecho de que no puedo ver mi cabeza no significa nada para mí".

Por otra parte podría contestar: "¡Dios mío, no tengo cabeza! Yo no soy una cosa aquí en mi centro. Estoy mirando por un solo ojo sin límites. ¡Todo está dentro de mí!"

Ninguno de nosotros puede ver su propia cabeza, pero si esto tiene algún significado puede variar de una persona a otra. En otras palabras, hay una distinción entre la experiencia de Quien somos y el significado que le atribuimos. La experiencia está disponible en todo momento y es la misma para todo el mundo ―nunca puedes ver tu propia cara, nunca ves tus propios ojos. (Por supuesto se pueden ver en un espejo) En lugar de mirar a través de dos ojos, estoy mirando por un Ojo ―un Ojo que está siempre abierto, es siempre claro, siempre ilimitado. Por el contrario, el significado que encuentro en este Ojo siempre está cambiando. Lo que sentí ayer, ya no lo siento hoy. Y lo que significa para mí es único para mí ―nadie más responde exactamente como yo. Si estoy en un taller y otra persona tiene una respuesta enérgica y positiva, con mucho sentimiento e intuición, pero yo no, es fácil suponer que esta persona "lo ha logrado", y yo no. Pero el hecho de que yo no tenga la misma reacción no significa que no estoy Viendo. Simplemente estoy respondiendo de manera diferente. (De hecho, la única autoridad de si usted está Viendo o no es usted). Vea su No-Cara, su Ojo Único, y siga viéndolo ―viendo desde él― y averigüe lo que significa para usted. Descubra qué ideas fluyen de esta Conciencia para usted.


Yo y el otro

Qué diferencia produce el Ver en las relaciones personales. Viendo que yo estoy cara a no-cara con usted, le estoy dando toda mi atención ―usted está presente aquí a ninguna distancia, aquí en este Espacio Despierto, aquí en mí. No estoy en desacuerdo con usted, cabeza a cabeza, sino que soy capacidad para usted, cabeza a no-cabeza.

Vacío, desaparezco en su favor ―me convierto en usted. Esta no es, de hecho, una relación entre dos personas ―no hay dos aquí, sino Uno. Al ver esto, no sólo veo Quien soy yo sino Quien es usted también. No tengo que imaginar su Único Ojo escondido en algún lugar detrás de sus dos ojos y luego preguntarme si es el mismo Ojo que el mío ―Veo el único Ojo que hay aquí, a mi lado de sus ojos, a mi lado de su cara. Este Ojo desde el que estoy mirando ―¿está separado de usted? ¿Es más mío que suyo? ¿Está localizado "aquí", pero no "ahí"? No. No encuentro ninguna etiqueta de identificación en este Uno, ni dirección, ni límite que me separe de usted ni de nadie. Aquí sólo hay una Consciencia en la que todo está sucediendo ―usted, yo, todas las personas, los animales, las estrellas, todo. Aquí yo soy usted por siempre. Lo que yo le diga o le haga a usted, me lo digo y hago a mí mismo.

Por supuesto, hay mucho más de usted que está oculto par mi. Yo no siento o pienso que lo que usted siente y piensa. No escucho o veo lo que usted escucha y ve ―yo sólo conozco su experiencia de segunda mano cuando usted me la cuenta. Pero ―aunque no esté de acuerdo con usted― escucho nuestras dos voces en esta Consciencia. Veo nuestros dos cuerpos en éste único Espacio. Estamos, siendo dos, en parte ocultos el uno del otro, pero aquí, en este Claridad indivisa todo es transparente. Esta separatividad y esta unidad son las dos caras de una misma moneda. Ambas son indispensables. Consciente de mi doble identidad cuando estoy con usted, yo soy el Uno que escucha y habla con otro que es a la vez yo y no yo.


Sufrimiento

martes, 25 de abril de 2017

Acerca del juicio y de juzgar los juicios


No podemos conocer la experiencia de nadie más. Nunca. Aquello que creemos o sentimos o "sabemos" que el otro está experimentando es nuestra propia suposición, nuestra propia opinión, nada más —nuestro propio sueño acerca de su sueño, un sueño dentro de otro sueño.
Un sueño recurrente.

Podemos ser testigos de su comportamiento, podemos ver cómo habla y actúa, podemos "leer" su lenguaje corporal, podemos escuchar sus historias, podemos sacar conclusiones inteligentes y tener reacciones viscerales; pero definitivamente debemos tener la humildad de admitir que jamás podremos saber por aquello que está pasando, lo que está sintiendo, y siempre nos terminaremos quedando sólo con nuestra propia experiencia, con nuestra propia intuición y suposición, con nuestro propio sueño acerca de su sueño, con nuestro propio criterio y juicio.

No podemos conocer la experiencia de los demás. Nadie tiene autoridad sobre la experiencia de nadie, y cuando nos despertemos de este espejismo, podremos entrar en comunión con los demás tal y como están en ese momento, no como los estamos juzgando o como deseamos que estén. Se trata de "mantenerse al margen de cualquier conclusión" y descansar profundamente en la intimidad de nuestra propia experiencia.

En realidad nunca podemos juzgar a los demás, nunca podemos asegurar realmente que alguien está "iluminado" o no, o hacer el juicio de "qué tan lejos" ha llegado dentro de su propia evolución, o decir "qué tan libre está del sufrimiento", o "qué tan claramente" percibe las cosas, ya que este sería nuestro propio sueño, nuestra propia opinión, nuestros propios "asuntos" inconscientes proyectados. Qué tan rápido sacamos conclusiones acerca de los "demás", y después nos aferramos a esas conclusiones como si fueran La Verdad. A la mente le fascina comparar, juzgar "qué tan despierto" está alguien en comparación a algo llamado "yo", proclamarse iluminado y ver a los demás como menos iluminados.

El juicio, o mejor dicho, tomar un juicio como un hecho, es el mecanismo de la no-aceptación, simple y llanamente. La mente es un mecanismo de comparación, y sólo porque nos percibimos a nosotros mismos como "despiertos" espiritualmente, no quiere decir que este mecanismo se haya desactivado. El mecanismo del juicio y la comparación es inmensamente creativo y siempre encontrará maneras discretas para seguir operando.  Ay de aquel que se proclame y juzgue a sí mismo como

10 frases taoístas que todos deberíamos tener presente


El taoísmo es una filosofía milenaria llena de sabiduría que puede iluminarnos tanto en nuestro día a día como ayudarnos a ampliar nuestra visión del mundo. La mayoría de las frases que se les atribuyen a los grandes maestros taoístas son bastante enigmáticas, por lo que no existe un único significado sino que se pueden encontrar diferentes sentidos a lo largo del tiempo y según el periodo de la vida por el que estemos atravesando. Sin embargo, algunas pueden convertirse en un mantra que nos ayuden a atravesar las situaciones más difíciles o nos reportan una dosis extra de motivación para seguir adelante.

1. Un viaje de mil de leguas comienza con el primer paso.

Uno de los métodos inspirados en el taoísmo, el kaizen, nos enseña que poco a poco se llega lejos. Solo puedes tener una certeza: si no das el primer paso, jamás llegarás a tu destino. El simple hecho de moverte no te llevará donde quieres ir, pero al menos te sacará de donde estás. El secreto radica en ponerse en marcha y no esperar ese “momento idóneo” que probablemente nunca llegue. Y, sobre todo, no desesperarse ni pretender alcanzar los resultados inmediatamente.

2. Hay un período para avanzar y uno para quedar atrás. Un período de subir, y uno para bajar.

La vida está marcada por altibajos, los periodos “malos” nos enseñan a valorar más las etapas “buenas”, aunque en realidad en todas las situaciones hay aspectos positivos y negativos, solo que en muchas ocasiones no somos capaces de notarlos. En cualquier caso, es importante ser conscientes de que cada etapa nos aporta algo. Aceptar cada una de ellas nos permitirá aprovecharlas al máximo con el mínimo esfuerzo. Por eso, parte de la inteligencia taoísta consiste en no hacer resistencia y aprender a fluir con el curso de los acontecimientos.

3. Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.

En el taoísmo el concepto de fluir es fundamental. Esta filosofía nos enseña que es más fácil ir con la corriente que nadar en contra. Por eso, cuando encontramos a nuestro paso varios obstáculos, en vez de empecinarnos en esa dirección, deberíamos dar un paso atrás y volver a evaluar el camino que hemos emprendido. No siempre es necesario cambiar la meta, a veces es suficiente con hacer algunos ajustes en el trayecto. Sin embargo, en otras ocasiones tendremos que plantearnos si alcanzar ese objetivo realmente vale tanto esfuerzo y sacrificio.

4. Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que podría ser.

Aprende a desaprender lo aprendido, sería otra manera de expresar esta idea. A lo largo de la vida vamos acumulando demasiados estereotipos, prejuicios y creencias que terminan limitándonos. Por ejemplo, cada etiqueta que nos hemos colocado, es una limitación que nos impide ir más allá y desarrollar nuestro potencial. Por eso, el taoísmo nos enseña que en muchas ocasiones para alcanzar nuestro potencial necesitamos dejar atrás todo lo que creemos ser y nos define porque en cierto punto, esas creencias se convierten en trabas al desarrollo.

5. Nadie puede ver su reflejo en el agua que corre.

Tomar decisiones, sobre todo cuando son importantes, dejándonos llevar por las emociones puede conducirnos a grandes arrepentimientos. No importa si se trata del enfado, la tristeza o la euforia, cuando el cerebro emocional toma el mando, no logramos pensar con claridad, simplemente porque este desconecta la parte racional, de manera que no somos capaces de saber exactamente qué es lo mejor para nosotros. Por eso, para tomar decisiones es mejor esperar a que las aguas se calmen y vuelvan a su cauce.

6. La perfección es la voluntad de ser imperfecto.

La obsesión por la perfección termina generando una tensión innecesaria que no solo nos puede enfermar sino que también consume nuestra energía. La filosofía taoísta nos propone aprender a fluir, sacando lo mejor de nosotros mismos pero sin pretender ser perfectos en todo lo que hacemos. De esta forma logramos ser más auténticos porque nos expresamos con mayor naturalidad.

7. Un buen viajero no tiene planes fijos, y no tiene la intención de llegar. El camino es la recompensa.

lunes, 24 de abril de 2017

La Personificación del Despertar


Muy a menudo, la iluminación ocurre en la mente como un reconocimiento de la verdad absoluta de la vacuidad en la que un "yo" separado no existe. Si bien esta realización es, sin duda, una experiencia profundamente transformadora, vivir esta verdad es con frecuencia mucho más que un desafío. El despertar en sí es simple. Por supuesto, desde el punto de vista del ego no es tan simple porque el ego, siendo dependiente del tiempo, tiene un interés en la iluminación como una meta futura. Pero una vez que la mente se reconoce a sí misma como vacuidad radiante, entonces el despertar es absolutamente natural y sin esfuerzo. Es tan inevitable como el florecimiento del brote de una flor.

Pero el despertar es sólo el principio: la personificación de este despertar es el verdadero viaje. Comienza la aventura, no en la atmósfera enrarecida de la trascendencia, sino en medio del caos de la vida. Y vivir la verdad del despertar tal vez nunca ha sido más imperativo que en el mundo rápidamente cambiante de hoy. La mayoría de nosotros vivimos vidas complejas y multifacéticas con trabajos, carreras, responsabilidades financieras, relaciones y familias. Muchos de nosotros también estamos tratando de perseguir nuestros sueños, vivir nuestro potencial más elevado, y hacer una contribución al mundo. Al mismo tiempo, somos cada vez más conscientes de que más de la mitad de la población del planeta vive en la pobreza extrema y en circunstancias terribles. De alguna manera, todo esto tiene que ser incluido en nuestro despertar.

Si el despertar va a servir para algún propósito real en nuestras vidas, es necesario encontrar nuevas formas de expresión a través de nuestras interacciones cotidianas. Y si este despertar va a servir para algún propósito en el marco más global de dar a luz a una nueva humanidad, es necesario comprometernos plenamente con el impulso evolutivo de la existencia. La iluminación ya no es un secreto reservado a los místicos, ni un lujo permitido sólo por occidentales privilegiados que buscan convertirse en "más espirituales": es una necesidad si queremos sobrevivir y prosperar.

Si la iluminación ha de ser de alguna utilidad, tiene que bajar de la cima de la montaña y ensuciarse las manos en la plaza del mercado de los asuntos humanos. Es un abrazo sin compromiso tanto de las olas de la expresión fenoménica como del océano de la quietud interior que nos lleva en profunda intimidad con la fuerza creativa de la vida. Esta profunda intimidad no significa que te vas a perder en la historia del mundo, sino que estás dispuesto a hacer frente incondicionalmente al mundo sin una historia. El místico iluminado Osho llamó a esto "convertirse en Zorba el Buda": en otras palabras, el nuevo ser humano evolutivo es alguien que está anclado por completo dentro de la luz de la naturaleza despierta y sin embargo apasionadamente comprometido con la jugosidad agridulce de la existencia terrenal. Sí, la verdad es que "yo no soy mi cuerpo", pero mi experiencia me dice que mi cuerpo está aquí y que la consciencia se mueve a través de él cada vez que camino o corro o salto. Sí, la verdad es que "no hay yo": pero ¿cómo respondo cuando me llamas por mi nombre? Sí, la verdad es que "yo no existo y tú tampoco": pero ¿no es cierto que es importante si te veo y escucho con sinceridad en vez de juzgarte? ¿Y no es esto lo que llamamos relación?