lunes, 19 de junio de 2017

Agobios en el camino e instrucciones para el inconsciente


Es posible que, en algún momento, sintamos que no estamos haciendo bastante para poder alcanzar todos los objetivos de crecimiento personal que parece que tenemos que conseguir si queremos dar grandes saltos y pasos hacia adelante en nuestra vida. Hemos leído tantas cosas sobre tantos posibles beneficios, potenciales y recompensas de lo que tenemos por delante cuando consigamos llegar a otros niveles de la realidad, a esa “matrix 15,6Hz”, que ahora mismo creamos más formas energéticas de agobio por el “no puedo hacerlo”, “no llego a todo”, que formas positivas de “tranquilo, estoy en el camino, y todo llegará en su debido momento”.

No hay nada que reprocharnos en este aspecto, el inconsciente colectivo se nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de ahí nace la realidad consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que, además, contiene las formas mentales provenientes de las manipulaciones que nos insertan aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones o tengamos ciertas ideas sobre ciertos temas. Puesto que, de momento, no tenemos más remedio que seguir conectados a este inconsciente colectivo, hasta que no lo limpiemos entre todos con nuestras propias proyecciones a partir de la autoconsciencia y de la responsabilidad por lo que emitimos, los egregores de este “agobio colectivo” que flota sobre nosotros presionan con fuerza a nuestro inconsciente, terminando, en algunos casos, de desconectarnos por completo de los esfuerzos por ir recuperando nuestro poder, potencial y libertad, y terminando por generar, muchas veces, sin que uno mismo se de cuenta, sensaciones de pesadez y apatía sobre las acciones que cada uno debe tomar para seguir con sus octavas y procesos en curso.

Y es que cuando algo que, a priori, está orientado a un crecimiento con un sustrato de alegría y bienestar se convierte en una carga con sustrato de agobio, hay que frenar y reorientar las cosas. Todos queremos vivir mejor, estar mejor, sentirnos mejor, aprender, crecer, disfrutar de la vida y aprender con ella. Si esto se convierte en un lastre, porque uno está saturado de técnicas, recetas, informaciones y contradicciones de todo tipo sobre como estar mejor, como vivir mejor, y cómo evolucionar, la psique se colapsa, al menos en ciertos aspectos, y el proceso alquímico interior se ralentiza, pues las energías que lo nutren a veces son fuerzas contrapuestas.
Dicho esto, la idea es simplemente “no agobiarse”, todos llegamos a donde tenemos que llegar en el momento en el que nos toca llegar, y los conceptos de tiempo, para los procesos que rigen esos pasos hacia la transformación de cada uno, no son determinantes para nada. Hasta los procesos macro-evolutivos a nivel del planeta, que están siendo monitorizados, apoyados y ayudados por razas, grupos y fuerzas exo-planetarias para que no frenemos nuestro avance como especie, se rigen y se ajustan a los pasos que nosotros, como humanos, desde dentro, vamos dando para conseguir los cambios que necesitamos.


Repasando la creación del yo observador

Cambiamos de tercio para seguir explicando cosas sobre el funcionamiento de la psique, que nos ayude a comprendernos mejor en todos los aspectos. Ya hemos explicado como se crea el “yo observador”, esa sub-faceta de nuestra personalidad que hace de puente entre la mente consciente y el ser o Yo Superior. No es que ningún otro “yo” no pueda hacerlo, todos los sub-caracteres que tenemos tienen esa posibilidad, pero no les toca, o mejor dicho, no tienen la constitución energética para ello. Si pones en control de tu personalidad a tu “yo analítico”, a tu “yo celoso”, a tu “yo valiente” o a tu “yo triste”, esos rasgos de tu personalidad aflorarán y tendrán el control del conjunto de lo que muestras al mundo, pero serán dependientes de las emociones y formas mentales a las que están asociados, por lo que no estarán, por constitución, “hechos” para hacer de interlocutores con nuestro ser o Yo Superior con la misma facilidad que un “yo” que ha sido creado, por nuestra voluntad de auto-observarnos y mirar hacia dentro, con las características de comunicar diferentes partes de nosotros mismos.


Un logro enorme

Supongamos entonces que el “yo observador” ya está en construcción, ya existe, y poco a poco somos capaces de darle el control de nuestra personalidad, todo el tiempo, lo cual equivale a que todo el tiempo somos lo suficiente conscientes de lo que sentimos, pensamos, y se mueve en nuestro interior. Esto ya es un paso enorme, y si no fuéramos más allá de este logro habríamos conseguido lo que una gran parte de la humanidad no conseguirá jamás, salir del control de los automatismos que nos rigen y ser conscientes de los mismos. Pero no es suficiente si uno toma en cuenta el contexto en el que nos movemos ahora mismo, que no es otro que el de un cambio de realidad para la masa de la humanidad, ya que lo que valía como meta evolutiva hace cinco siglos, ahora no es sino un pequeño escalón de los muchos que hay por delante.


Controlar la consciencia en su totalidad

Consideración y desconsideración


Todos los aspectos que hemos trabajado en las últimas semanas en estos artículos sobre conceptos duales, posiblemente tienen en común el hecho de que son cualidades que, por un lado, todos consideramos en general deseables, y por otro, todos las reconocemos y las destacamos cuando no están presentes o cuando vemos a alguien que no las manifiesta. Así por ejemplo el amor, la laboriosidad, la sinceridad o la atención, de las que ya hemos hablado, pasan algo más desapercibidas que el miedo, la desidia, el engaño o la distracción.

Es simplemente cuestión de darnos cuenta que ambas polaridades forman parte de la maquinaria humana, a nivel mental principalmente, y que, en general, tengamos claro cual de las dos facetas es la que queremos manifestar para todos en la sociedad de esa “nueva Tierra”, como nos ha dado por llamar a un futuro nivel evolutivo que esperamos algún día ver manifestado en nuestra realidad.

Los dos paramentos de hoy no son diferentes en ese aspecto, la consideración hacia los demás, y la desconsideración hacia ellos. La empatía y la apertura de miras, el querer comprender y el ponerte en la piel del otro, o el querer cerrar los ojos ante ellos y rechazarlos, ya que es más fácil, o suele serlo, debido a mecanismos automáticos de protección imbuidos en la psique, rehusar y confrontar que escuchar y aceptar. Y todo, efectivamente, una vez más, por los múltiples miedos subyacentes que poseemos y que se manifiestan en las relaciones humanas.


Un espacio para el entendimiento

¿Qué es la consideración? Es tener y tomar en cuenta a los demás, lo que dicen, lo que piensan, lo que hacen. Aunque no lo compartamos o no nos veamos reflejados en ellos, les comprendemos o tratamos de hacerlo. Este comportamiento provoca y genera un espacio energético para el entendimiento, cosa harto difícil en muchos lugares, situaciones y entre muchas personas ahora mismo en una gran parte de las realidades de nuestro planeta. ¿Os imagináis que toda la población fuera considerada con todo el resto? Utopía quizás, pero realidad sin la cual no se puede alcanzar ningún futuro nivel evolutivo basado en otras reglas de convivencia y respeto común.

La consideración de una persona hacia otra suele ser un atributo de aquel que comprende varias máximas de la realidad en la que vive, y, por lo tanto, las aplica en su trato con sus semejantes, y que vienen a ser algo así como que nadie tiene en este plano la verdad absoluta, que cada uno vive en su propio universo y nivel de realidad según sus creencias, patrones y programas almacenados en su psique, y que, para cada uno de nosotros, existe una verdad tan real como la verdad de la persona de al lado, pero que no la percibe de la misma manera.

Teniendo en cuenta esto, ¿para que vas a discutirle a alguien algo en lo que cree firmemente solo porque no cuadra con lo que crees tu? Siempre suele ser más efectivo escucharse mutuamente y tomar en cuenta, considerar, todas las verdades individuales de todas las realidades existentes en el planeta, pues el mundo que vemos es la suma de las realidades donde considerándolas todas como válidas por parte de su proyector responsable (la persona que la crea), podemos llegar a entender a otra parte de la Creación haciendo su trabajo de crear en su trozo de universo la experiencia que necesita para que la Fuente se expanda y se comprenda a si misma un poco más.


Las fuerzas del choque entre realidades

sábado, 17 de junio de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (CREACIÓN PROPIA)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.

CREACIÓN PROPIA.
Me parece que sería conveniente tener un entendimiento más claro de la actividad del libre albedrío Como regla general, los hijos escogen a sus padres, esto es, aquéllos a través de quienes nacerán a la vida terrenal. 

Aquellos que vienen a realizar un trabajo especial, a veces son asistidos por los Grandes Seres a la hora de hacer su selección. Si a alguien hubiera que culpar por las condiciones, sería al propio individuo. 

NINGÚN HIJO PUEDE CULPAR A SU PADRE POR NADA. NINGÚN INDIVIDUO PUEDE CULPAR A NADIE SALVO A SÍ MISMO POR LO QUE PAREZCA SER UNA CARENCIA EN ESTA CUESTIÓN.




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viernes, 16 de junio de 2017

La soltería se disfruta, una relación se respeta


Ciertamente la soltería es para disfrutarla, al igual que las relaciones de pareja. Sin embargo, cuando decidimos entablar una relación de pareja, debemos estar claros de los compromisos que estamos asumiendo.

Hay quienes no saben disfrutar de su soltería y lo ven como un estado destinado a buscar una pareja, como si de una penitencia se tratase, quieren estar en compañía, pero cuando se vinculan con alguien, pretenden seguir haciendo lo mismo que cuando estaban fuera de una relación.




Cada fase y estado de la vida nos brinda experiencias maravillosas, la soltería nos permite conocernos a nosotros mismos, nos permite realmente aprender a amarnos y en paralelo nos prepara para una relación a la cual podremos entrar con muchísimas más herramientas, con límites establecidos y con la claridad de las cosas que permitiremos entrar a nuestras vidas.

A su vez, la soltería nos da la libertad de tantear terrenos, de conocer personas, de compartir y experimentar cosas nuevas, no le debemos explicaciones a nadie, nuestros proyectos no incluyen a alguien más, podemos ir con compañías esporádicas, sin lastimar o engañar a alguien más, pero sí respetándonos a nosotros mismos, haciendo cosas que estén dentro de nuestros parámetros de merecimiento y respetando nuestra dignidad.




Una relación por muy libre que sea, lleva consigo el asumir que estaremos transitando nuestros caminos con alguien más, lo cual quizás pueda retrasarnos, pero sin duda será una experiencia divertida, a su vez, representa fidelidad, respeto, siembra, cuidado y atención.

Muchas personas, por lo general aquellas que están demasiado acostumbrados a la soltería se mantienen en una especie de limbo, donde no quieren estar solas, pero no saben cómo cuidar una relación, lo que termina convirtiendo sus relaciones en tóxicas, y acaban lastimando a quienes se vinculan con ellos.

Estamos en un punto donde necesitamos menos Whatsapp y más abrazos


Ciertamente la tecnología, las redes sociales, la mensajería instantánea se han vuelto un excelente recurso para mantenernos conectados con el mundo, especialmente con nuestros afectos, aquellos que no tenemos la disponibilidad de tener cerca cuando expresamente los necesitamos, sin embargo, esto no debe en ningún caso aislarnos en un mundo cibernético y hacernos olvidar las cosas y detalles importantes que nos alimentan el alma.

Las visitas inesperadas, los abrazos, las miradas expresivas… la presencia deben ser las cosas que sigan manteniendo valor, no debemos conformarnos con emoticones y etiquetas en fotos como mecanismos de contacto y cercanía. Las redes sociales están tomando tal auge que así como nos acercan a quienes tenemos lejos, inclusive a persona que jamás hemos visto, más allá de unas fotos, también nos alejan de las personas que están a nuestro lado.


Cada vez es más común ver personas en sitios públicos que no se comunican, que ni se Mirna a los ojos, los cuales están concentrados en una pantalla de un móvil. Debemos retomar la costumbre de dar afecto de manera presencial, de prestar atención a quien nos habla, sin hacer pausas para revisar el celular.

Resulta necesario vivir cada momento y disfrutarlo realmente, más allá de estar pendiente de capturar una foto de algo que probablemente ni exista, solo para compartirlo con personas que no necesariamente se interesan por nuestras vidas. Debemos aprender a amarnos y aceptarnos más allá de un número de likes, no debemos vivir buscando la aprobación de los demás para sentirnos bien con nosotros mismos y menos queriendo transmitir algo que muchas veces ni siquiera somos.



La tecnología y todo lo que trae de la mano resulta muy beneficioso, cuando sabemos acotarlo, limitarlo y darle cabida en nuestras vidas hasta cierto punto, sin que se convierta en el centro de nuestra atención.

jueves, 15 de junio de 2017

Crea una vida que se sienta bien por dentro, no que se vea bien por fuera


Cada uno de nosotros va creando su vida paso a paso, va escribiendo un libro que se entrega con solo páginas blancas, en ellas vamos plasmando cada una de nuestras experiencias, no podemos hacer un borrador, lo que vamos colocando queda de manera indeleblemente grabado.

Así cuando vemos hacia atrás, podremos ver nuestra vida con la fidelidad que nuestra mente nos permita, con todo con lo que la hemos cargado, con nuestras experiencias maravillosas, con nuestros logros y fracasos, con nuestros aciertos y desaciertos…


Muchas veces querremos volver a una página a revivir un momento o enmendar un error, pero ya lo sabemos… sencillamente no podemos, pero aun así invertimos energías en querer mirar atrás con la intención de imaginarnos qué hubiese pasado si… Y el peor qué hubiese pasado con el que nos podemos tropezar, corresponde a: qué hubiese pasado si hubiese creado una vida que se sintiera bien por dentro, en lugar de que se viese bien por fuera…

Mientras tengamos vida podemos decidir cómo queremos vivir lo que nos quede de ella, sin importar las condiciones, la edad, la forma y especialmente sin importar cómo lo hemos venido haciendo hasta este momento.

Lo más importante de esta experiencia es sentir que nos pertenece, que es nuestra, que vamos tras nuestros sueños, que nos queremos y aceptamos como somos, que nos importa más lo que sentimos que lo que aparentamos.


Estamos en un momento en el cual la tecnología hace de las suyas y de manera más marcada la vida de los demás se vuelve una referencia, se vuelve un patrón de comparación y muchas veces dejamos de preocuparnos por lo somos realmente, por lo queremos y comenzamos a nos ocupamos en la imagen que queremos proyectar, que no siempre coincide con lo que realmente somos.

Pasos para aprender cómo controlar los sueños


Seguramente habréis escuchado en alguna ocasión que existe la posibilidad de controlar los sueños, y aunque es posible que alguna vez hayamos intentado hacerlo, lo más probable es que no lo hayamos conseguido. Lo cierto es que se puede llegar a conseguir, y aunque no todo el mundo tiene la capacidad, os vamos a explicar cómo controlar los sueños y de esta forma ayudaros a poder gestionarlos y disfrutar de una experiencia asombrosa y diferente que nunca antes habíais imaginado.



¿Se pueden controlar los sueños?

Esta ha sido una duda que ha intrigado a la humanidad durante mucho tiempo, y es que es cierto que hay personas que comentan que han conseguido dominarlos, pero lo cierto es que, por mucho que lo intentamos, en realidad no sabemos cómo hacerlo, y eso hace que al no poder comprobarlo directamente pensemos que esas personas no están siendo totalmente sinceras.

No ya sólo que no sean sinceras, sino que quizás piensan que lo están consiguiendo cuando en realidad tan solo es una ilusión y parte de un sueño, pero la realidad llega mucho más allá, y está demostrado que sí es cierto que se pueden controlar los sueños, y el cómo hacerlo dependerá de la persona y de su capacidad para poder entrar en un estado de conciencia durante el sueño.

Aprende cómo controlar los sueños siguiendo estos pasos

Como decíamos al principio del artículo, no todo el mundo tiene la capacidad de controlar sus propios sueños, pero incluso las personas que pueden hacerlo, si no llevan a cabo una serie de pasos como los que vamos a indicar a continuación, tampoco lo conseguirían, por lo que no os resistáis y probad estos consejos que os vamos a indicar a continuación, ya que sólo así conseguiréis saber si realmente el control de los sueños es una habilidad que tenéis o dejáis de tener.

Crea un registro con todos tus sueños

En más de una ocasión habréis estado soñando y, de repente, por cualquier razón os dais cuenta de que es un sueño, pero justo en ese instante, cuando empezáis a ser conscientes de que en realidad estáis soñando, os despertáis y ya no podéis hacer nada por volver de nuevo a soñar con el mismo sueño pero esta vez manteniendo la consciencia.

En ese instante volvemos a dormirnos pensando que podremos recordar lo que hemos soñado cuando nos despertemos del todo y empecemos el nuevo día, pero cuando llega la hora nos damos cuenta de que tenemos el sueño en la punta de la lengua pero no conseguimos acordarnos exactamente de lo que ocurría en él.

Por eso nuestra recomendación es que tengáis siempre a mano al lado de la cama un trozo de papel y un bolígrafo, de manera que, cada vez que experimentéis su sueño de este tipo, en el momento en que despertéis apuntéis los detalles necesarios que os permitan recordarlo. Cuando veamos las anotaciones por la mañana, lo que deberemos hacer es especificar mejor el sueño y de esta forma conseguiremos recordarlo y empezar a retenerlo en nuestra mente.

Si os da mucha pereza poneros a escribir estos detalles cuando estéis durmiendo, también existe la posibilidad de poner una grabadora y así no tendremos que preocuparnos de ponernos a escribir, evitando perder por completo las ganas de dormir.

Aprende a distinguir entre sueño y realidad

miércoles, 14 de junio de 2017

Muchas veces perdiendo todo, hallamos lo que buscamos


A lo largo de la vida nos vamos cargando de cosas, tanto materiales como emocionales y hasta espirituales, pasamos por todo, creemos y dejamos de creer en indudablemente, sustentamos nuestra vida en una estructura material que nos permita mantener cierta seguridad y una aparente satisfacción.

Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio. 
Nicolás Maquiavelo



Ocurre entonces que el día menos pensado, enfrentamos calamidades que en el peor de los casos nos dejan sin nada, nos despojan de todo aquello que pensamos es nuestra vida, nuestra estructura se resquebraja, pensamos que nos están desprendiendo de todo aquello que nos pertenece y que tanto nos ha costado…¿qué nos ha costado? ¿Acumular?..

Nos llenamos de aquello que suponemos nos hace felices, nos llena de satisfacción y nos recuerda diariamente que tenemos una buena vida, que somos más o menos exitosos, que somos felices la mayoría de las veces.



Torpe pérdida es la que por negligencia se hace. 
Séneca


Hasta que aparece ese vacío nuevamente que nos recuerda que algo nos falta, más cosas quizás, más viajes, más amor o un nuevo carro, constantemente necesitamos renovar nuestros motivos para seguir adelante con una nueva energía.

Cuando perdemos todo, cuando lo material nos abandona o sufrimos tal decepción que sentimos que todo se viene abajo, pensamos entonces que ya nada vale la pena, que todo está perdido y no nos damos cuenta de cuán importante es verse libre de todas las ataduras superficiales, podemos estar al inicio del encuentro con eso que hemos buscado toda la vida.

Si enciendes una luz para alguien, también iluminará tu camino


He vivido sin sentir desde hace tanto la pérdida que ya no duele; y rutas y reflejos del mundo me dejarán flotando en libertad.
Robert Lowell


¿Por qué?