lunes, 30 de octubre de 2017

Emilio Carrillo "Consciencia y Vida Cotidiana".


Charla de Emilio Carrillo pronunciada en el Colegio Santa Ana de Sevilla, el 27 de enero de 2017 con el título de “Consciencia y vida cotidiana”, que sirvió de  presentación de su nuevo libro  “Conciencia”, publicado por la Editorial Sirio.




Consciencia y vida cotidiana de Emilio Carrillo, por Carlos González Delgado

viernes, 27 de octubre de 2017

No cuestiones la vida, es perfecta tal y como es


No vale la pena pasarnos la vida colocándole etiquetas de índole negativo, pensando que es injusta, que es amarga, que es muy corta, sintiéndonos por lo general inconformes con lo que tenemos y buscando siempre peros a nuestra felicidad, concentrándonos en lo oscuro, en lo que nos afecta.

La vida es un regalo, no un regalo cualquiera, es EL REGALO, ése que nos permitirá despertar cada día con infinitas posibilidades, el que nos permite tener personas cerca a quienes amar, el que nos dará la oportunidad de conocer lugares maravillosos, de aprender nuevos idiomas, de levantarnos luego de cada caída, que no importa que sean muchas porque es difícil caer estando estáticos, nos caemos en movimiento y el movimiento es sinónimo de vida.

Mientras estemos acá nunca será tarde para nada, cuántas anécdotas no escuchamos de aquel señor que aprendió a tocar el piano a los 79 años, o quien comenzó a hacer submarinismo a los 68, o ese para de jóvenes enamorados en sus más tiernas edades en su octava década de vida.


Desliguémonos de las limitaciones, sumemos experiencias en lugar de años, no estemos pendientes de edades o cronologías, vivamos lo que queramos vivir y en especial tratemos de fijar la mirada en el camino, que si sabemos para dónde vamos, no se nos hará complicado llegar. 

Pero perdernos los detalles, por solo concentrarnos en la meta, nos dejará un vacío que ya no podremos llenar, porque quizás lleguemos a la meta, pero allí nos daremos cuenta de que lo importante no era llegar allí, sino todo lo que vivimos para ubicarnos en ese punto.

Si no logramos apreciar ese detalle con facilidad, probablemente nos gastemos gran parte de nuestras vidas alcanzando metas que se suponen que encierran nuestra felicidad, para darnos cuenta de que no estaba en ninguna de esas metas. 

Con suerte en algún momento notemos que siempre estuvo allí en nosotros, solo era cuestión de reconocerla, de aceptarla y elegirla. 

La felicidad viene como regalo de nacimiento y nos habla de que el único propósito de la vida es alimentar esa felicidad, es buscar lo que nos llena, lo que nos saca sonrisas, lo que nos mueve y hace que nuestra alma vibre.

No te rindas, ¡vienen cosas maravillosas para ti!


Piensa que estas líneas han sido escritas especialmente para ti, que en este momento puedes necesitar esa palabra de aliento, como si conociese exactamente por lo que estás pasando, como si supiese la lucha sostenida que has presentado hasta ahora y que aún no dan los resultados que has estado esperando.

Las batallas de los seres humanos no son tan diferentes unas de otras, a menos en percepción, quizás los problemas entre una persona y otra son tan distintos y alguien desde afuera podría apreciar una gran diferencia en cuanto a su magnitud, pero para cada una de esas personas que están en su propia lucha, los problemas pueden ser montañas que las superan.


Se dice que nadie se presenta a adversidades que no pueda afrontar de forma exitosa, porque muchas veces el éxito no viene dado por una victoria, sino por la experiencia, la preparación y el desarrollo que se obtiene de enfrentarse a obstáculos.

La clave de la vida está en la actitud que tenemos en las buenas y en las malas, en saber que todo es transitorio y partiendo de ello, nos es fácil disfrutar de los mejores momentos y soportar los que no son de nuestro agrado con la seguridad de que las cosas van a cambiar.

Si nos hacemos conscientes de nuestro poder, elegir la actitud que nos hará superar barreras y obstáculos, será una materia sencilla. El rendirse no debe ser una opción, inclusive cuando nos toque aceptar que ya hicimos lo que está en nuestras manos hacer, porque aún en esos casos, nos quedará la esperanza y la fe…

jueves, 26 de octubre de 2017

QUIETUD…


Se ha dicho que “la quietud es el idioma que habla Dios, y todo lo demás es una mala traducción”. 

Quietud es sinónimo de espacio. 

Hacerse consciente de la quietud siempre que la encontremos en nuestra vida nos conectará con la dimensión sin forma y sin tiempo que hay dentro de nosotros, lo que está más allá del pensamiento, más allá del ego. 

Puede ser la quietud que se extiende por la naturaleza, o la quietud que hay en tu habitación a primera hora de la mañana, o los espacios de silencio entre sonidos. 

La quietud no tiene forma; por eso no podemos hacernos conscientes de ella mediante el pensamiento. 

El pensamiento es forma. 

Ser consciente de la quietud significa estar inmóvil. 

Estar inmóvil es estar consciente sin pensar. 

Nunca eres tan esencialmente, tan profundamente tú mismo como cuando estás en quietud. 

¿CUÁL ES TU PRINCIPAL PRIORIDAD EN LA VIDA - DESPERTAR O MEJORAR?


Vivimos en un mundo que constantemente nos anima a cambiar, a mejorar, a conseguir un futuro. El hecho de que nuestra cultura nos diga que ésta es la manera en que se debe vivir no significa que tengamos que seguir ese credo. Podemos cuestionar esos pensamientos tan culturalmente arraigados conforme se vayan presentando. 

Detente por un momento y observa el espacio en el que sucede la vida. Todo ocurre aquí: los pensamientos, las emociones, las sensaciones, los colores, las formas y los sonidos. Los pensamientos parecen decirnos que somos personas viviendo en el tiempo, con un pasado y un futuro, personas que no se sienten lo suficientemente felices o buenas. 

Heredamos esta falsa creencia y la hemos tomado como realidad. Pero esos pensamientos están surgiendo dentro de ese mismo espacio. Nota cómo vuelan como pájaros. Cada vez que notes este tipo de pensamientos disolviéndose en el espacio, te estarás moviendo más allá del pensamiento limitado que nos heredaron nuestras culturas. 

Enamórate de esta capacidad que tienes de notar las cosas simples, como el movimiento del viento, el teléfono que suena allá en el fondo, los colores de la mesa y la pared frente a ti. Cuando te regalas un momento para descansar sin pensar, ¿dónde quedan tus problemas, tus retos? ¿Dónde queda tu necesidad de cambiar? ¿Se encuentra en alguno de esos colores, formas o sonidos? ¿Se encuentra en alguna sensación cuando simplemente la sientes tal y como es, sin pensamiento? 

miércoles, 25 de octubre de 2017

¿De qué llenas tu interior?


Ordenar nuestras prioridades, saber qué queremos, no es fácil. Pero a veces, en nuestro afán de conseguir lo deseado, olvidamos qué es lo importante. Un grano de arena puede ser tan importante como una piedra. Depende de a quien preguntes.


Encontré esta historia en un libro llamado “20 pasos hacia adelante“, en el que en cada capítulo ofrece una gran ventana de conocimiento. Esta historia en particular me gustó por la sencillez con la que permite visualizar nuestro interior. Esta es la historia:

Una vez, un profesor de filosofía apareció en su clase con una gran vasija de cristal y un cubo lleno de piedras redondas del tamaño de una naranja.

—¿Cuántas piedras podrían entrar en la vasija? —preguntó.

Y mientras lo decía, demostrando que la pregunta no era sólo
retórica, empezó a colocarlas de una en una, ordenándolas en el fondo y luego por capas hasta arriba. Cuando la última piedra fue colocada sobrepasando el borde de la vasija, los que habían arriesgado el número de catorce murmuraron satisfechos. El maestro dijo:

—Catorce… ¿Estamos seguros de que no cabe ninguna piedra más?

Todos los alumnos asintieron con la cabeza o contestaron afirmativamente.

—Error… —dijo el docente, y sacando otro cubo de debajo del escritorio empezó a echar piedras de canto rodado dentro de la vasija.

Las piedrecillas se escabulleron entre las otras ocupando los espacios entre ellas. Los alumnos aplaudieron la genialidad de su docente. Y cuando hubo terminado de llenar el recipiente, dejó el cubo y volvió a preguntar:

—¿Está claro que ahora SÍ está lleno?

—Ahora sí —contestaron los alumnos, satisfechos…

Pero el maestro sacó de abajo del escritorio otro cubo más. Éste venía lleno de una fina arena blanca. Con la ayuda de una gran cuchara, el profesor fue echando arena en la vasija, ocupando con ella los espacios que habían quedado entre las piedras.

—Ahora sí podemos decir que está lleno de piedras —aseguró el profesor—. Pero ¿cuál es la enseñanza?

Un murmullo invadió la sala.

Se hablaba de la necesidad de orden, de colocar las cosas, de astucia e ingenios, de no confiar en las apariencias y de tantas otras cosas muy simbólicas.

—Todo eso es verdad —intervino el creativo docente—. Pero hay un aprendizaje más trascendente.

El docente hizo una pausa muy teatral y luego concluyó:

La proyección negativa. Cómo desconectar la mente para acceder a la conciencia.


Osho nos narra esta técnica de visualización para lograr atravesar la mente hasta la consciencia, en ausencia de pensamiento.


La mente es el mecanismo proyector. Si tienes experiencias de visiones luminosas, de dicha, incluso de lo Divino, todo eso son proyecciones. A menos que alcances una suspensión total de la mente, no estarás más allá de las proyecciones; estarás proyectando. Cuando la mente se detiene, solamente entonces has superado el peligro. Cuando no hay experiencias, ni visiones, ni nada objetivo, con la consciencia permaneciendo como un puro espejo sin nada que se refleje en ella, solamente entonces has superado el peligro de las proyecciones.

“Mente significa, en sí misma, proyección, de modo que, a menos que trasciendas la mente, todo aquello que experimentes es una proyección”.  – Osho.

Estar en la mente es proyectar, y hagas lo que hagas con la mente será una proyección. No puedes hacer nada con la mente. La única cosa es encontrar cómo negar la mente, cómo abandonarla por completo, cómo ser consciente sin mente. Eso es meditación. Solamente entonces llegas a saber, puedes llegar a saber, eso que no es una proyección.

La famosa máxima de Descartes, “Cogito, ergo sum”—pienso, luego existo—se convierte en meditación en “Sum ergo sum”, “Yo soy, luego soy”. Esta condición de “Yo soy”, precede todo pensamiento; tú eres antes que tu pensamiento. El pensamiento aparece luego; tu ser le precede, de forma que el pensamiento no puede interferir en el ser. Puedes permanecer sin pensar, pero el pensar no puede existir sin ti, por lo tanto no puede convertirse en la base sobre la que demostrar tu existencia.

Las experiencias, las visiones, cualquier cosa que se perciba objetivamente, forma parte del pensamiento. La meditación significa la total extinción de la mente, del pensar, pero no de la consciencia. Si la consciencia también desaparece, no estás en meditación sino en el sueño profundo. En el sueño profundo también cesa la proyección. No habrá pensar, pero al mismo tiempo, la consciencia también estará ausente. Esa es la diferencia entre sueño y meditación.

En meditación el proyectar desaparece, el pensar desaparece, los pensamientos dejan de existir, igual que ocurre con el sueño profundo, pero la consciencia está allí. Tú eres consciente de este fenómeno: de un vacío total a tu alrededor, de la ausencia de objetos a tu alrededor. Y cuando no hay objetos para ser conocidos, sentidos y experimentados, por primera vez empiezas a sentirte a ti mismo. Esto es una experiencia no objetiva. No es algo que tú experimentes; es algo que tú eres.

Si al meditar, tú sientes que encuentras gozo, todavía estás en la mente, porque la dualidad está presente, la dualidad de lo Divino y lo no-Divino, la dualidad de la dicha y la no-dicha. Cuando alcanzas realmente lo Supremo, no puedes sentir dicha, porque la no-dicha es imposible; no puedes percibir lo Divino como divino porque lo no-Divino ya no existe.

Las proyecciones son de dos tipos. Una clase de proyección te conducirá a más proyecciones. Es una proyección positiva; nunca podrás trascenderla. La otra clase de proyección es negativa. Es una proyección, pero te ayuda a trascender las proyecciones.

En la proyección positiva, el objeto y el sentimiento que le sigue tienen importancia, mientras que en la proyección negativa el sentimiento es importante y el objeto es sencillamente olvidado como si te estuviera haciendo desaparecer el suelo bajo tus pies.

En la proyección positiva, tu te paseas por tu mente: imaginas un árbol, un bosque, un lago, un arroyo.. envías o recibes energía, calor o luz… en fin, visualizas una situación. Es una gran práctica para relajarte, desconectar y aprender a disfrutar de la propia compañía, disfrutar de estar con uno mismo. Pero si tu objetivo es trascender la mente, mejor cambia de camino.

La proyección negativa significa caminar directamente hacia afuera de la mente. Pero primero, has de dar algunos pasos dentro de la mente.

martes, 24 de octubre de 2017

Quien ama a los animales, está en armonía con el universo


Quienes entienden a los animales como parte de este todo, de esta formación perfecta en donde la energía fluye de una vida a otra, sienten la necesidad no solo de protegerles, de respetar sus vidas, sino ofrecerles el más puro amor.

El amor sincero hacia los animales habla muy bien de quien lo siente, habla de su calidad como ser humano, de la conexión que siente con todas las especies que habitan en esta tierra y su capacidad para no sentirse superior a otra especie, sino por el contrario sentir que este mundo es el espacio que se debe compartir con las condiciones más justas.

El hombre en general no ha mostrado demasiado respeto por la tierra, por el resto de las especies y sus espacios de hábitat natural, lo que ha traído como consecuencia la extinción de muchas especies, la amenaza de la desaparición de otras y el sufrimiento innecesario de muchos animales, adicional a un daño irreparable al planeta como tal.

No abordaremos el consumo de animales en la dieta del hombre, pero sí nos gustaría hacer un llamado de atención a todo acto consciente que perjudique a un animal, el maltrato, la humillación, la explotación a seres que tienen los mismos derechos a habitar este planeta que nosotros y están siendo frecuentemente atacados, a veces por neto placer. Quien disfruta del dolor de un animal, generándolo o de espectador, mínimo podemos decir que tiene creencias equivocadas en relación a la vida misma.


Los animales merecen nuestra protección, nuestro amor, quien se ha visto reflejado en los ojos de un animal, puede sentir la nobleza de su alma, la inocencia similar a la de un niño. Es contradictorio que los animales necesiten de nuestra protección, si es de nosotros mismos que deben protegerse.

No seamos una carga para el planeta, aprendamos a honrar cada ser vivo que habita en la tierra, hagamos uso de la inteligencia y la razón con las que estamos dotados, para tratar de armonizar nuestras relaciones con los animales.