La intuición es la guía del alma, que surge espontáneamente en el hombre durante esos momentos en que su mente se encuentra calmada. La meta es aquietar la mente, para que pueda escuchar sin distorsión alguna el infalible consejo de la Voz Interior.
El cultivo de la calma intuitiva requiere el desenvolvimiento de la vida interior. Cuando la intuición se halla suficientemente desarrollada, aporta una comprensión inmediata de la verdad. Esta prodigiosa experiencia está a tu alcance.
Aprende a seguir los dictados de tu conciencia: la divina facultad del discernimiento que existe en tu interior.
Dios es el susurro que escuchas en el santuario de tu conciencia y es, también, la luz de la intuición. Tú sabes cuándo estás obrando mal: todo tu ser te lo dice, y ese sentimiento es la voz de Dios. Si no le escuchas, Él se queda callado. Pero cuando despiertes de la ilusión y desees actuar correctamente, Dios te guiará.
Si sigues con fidelidad y constancia la voz interior de la conciencia, que es la voz de Dios, te convertirás en una persona auténticamente virtuosa, en un ser profundamente espiritual, en un hombre de paz.
¡Oh Padre, Madre, Amigo, Bienamado Dios!, yo razonaré, yo querré, yo actuaré, pero guía Tú mi razón, mi voluntad y mi actividad, hacia lo que debo hacer.
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Ismael
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