por Eckhart Tolle |
Tu propósito interior es despertar. Así de simple. Compartes ese propósito con todas las demás personas del planeta, porque es el propósito de la humanidad. Tu propósito interior es una parte esencial del propósito de la totalidad, el universo y su inteligencia emergente. Tu propósito exterior puede cambiar con el tiempo, y varía mucho de una persona a otra. Encontrar el propósito interior y vivir de acuerdo con él es la base para cumplir tu propósito exterior, la base del auténtico éxito. Sin esa sintonización, aún puedes lograr algunas cosas a base de esfuerzo, lucha, determinación y trabajo duro o pura astucia. Pero no hay alegría en esa empresa, que invariablemente termina en algún tipo de sufrimiento.
El despertar
El despertar es un cambio de conciencia en el que se separan el pensamiento y la conciencia. Para la mayoría de las personas, no es un acontecimiento, sino un proceso que experimentan. Incluso los escasos seres que experimentan un despertar repentino, dramático y aparentemente irreversible pasan por un proceso en el que el nuevo estado de conciencia fluye gradualmente y transforma todo lo que hacen, y así queda integrado en su vida.
En lugar de estar perdido en tus pensamientos, cuando estás despierto te reconoces como la conciencia que hay detrás de ellos. Entonces, pensar deja de ser una actividad autónoma al servicio de sí misma, que toma posesión de ti y dirige tu vida. La conciencia se hace cargo del pensamiento. En lugar de tener el control de nuestra vida, el pensamiento se convierte en el servidor de la conciencia. La conciencia es la conexión consciente con la inteligencia universal. Otra palabra que se le puede aplicar es Presencia: conciencia sin pensamiento.
La iniciación del proceso de despertar es un acto de gracia. No puedes hacer que ocurra, ni puedes prepararte para ello o ir acumulando créditos. No hay una secuencia clara de pasos lógicos que conduzca a ello, aunque a la mente le encantaría eso. No tienes que hacerte digno previamente. Puede llegarle al pecador antes que al santo, pero no necesariamente. Por eso jesús se relacionaba con toda clase de gente, y no solo con personas respetables. No hay nada que puedas hacer para despertar. Todo lo que hagas serán esfuerzos del ego para que el despertar o la iluminación pasen a ser su más preciada posesión, y así hacerse más grande y más importante. En lugar de despertar, añades a tu mente el concepto de despertar, o la imagen mental de cómo es una persona despierta o iluminada, y después procuras vivir de acuerdo con esa imagen. Vivir de acuerdo con una imagen que tienes de ti mismo, o que otros tienen de ti, no es vivir auténticamente: es solo otro papel inconsciente que el ego representa.
Pero entonces, sí no hay nada que puedas hacer para despertar, si o bien ya te ha ocurrido o bien no te ha ocurrido todavía, ¿cómo puede ser el propósito primario de tu vida? ¿Tener un propósito no implica que puedes hacer algo al respecto?
Solo el primer despertar, el primer relámpago de conciencia sin pensamiento, ocurre por gracia, sin hacer nada por tu parte. Si este libro te resulta incomprensible o te parece que no tiene sentido, es que aún no te ha ocurrido. Pero si algo dentro de ti responde a él, si de algún modo reconoces la verdad que hay en él, eso significa que el proceso de despertar ha comenzado. Una vez que empieza, no se puede dar marcha atrás, aunque el ego lo puede retrasar. Para algunas personas, la lectura de este libro iniciará el proceso de despertar. Para otras, la función de este libro será ayudarlas a ser conscientes de que ya han empezado a despertar, e intensificar y acelerar el proceso. Otra función de este libro consiste en ayudar a la gente a tener conciencia del ego que llevan dentro cada vez que el ego intente recuperar el control y oscurecer la conciencia emergente. Para algunos, el despertar se produce cuando de pronto se hacen conscientes de las clases de pensamientos que piensan habitualmente, en especial los pensamientos negativos persistentes con los que pueden haber estado identificados toda su vida. De pronto hay una conciencia que es consciente del pensamiento pero no forma parte de él.
¿Qué relación hay entre la conciencia y el pensamiento?
La conciencia es el espacio en el que existen los pensamientos cuando ese espacio se ha hecho consciente de sí mismo.
Cuando has tenido un atisbo de conciencia o Presencia, lo sabes de primera mano. Ya no es solo un concepto que hay en tu mente. Entonces puedes tomar la decisión consciente de estar presente en lugar de abandonarte al pensamiento inútil. Puedes invitar a la Presencia a tu vida, es decir, crear espacio. Con la gracia del despertar viene la responsabilidad. Puedes intentar seguir como sí nada hubiera ocurrido, o puedes apreciar su importancia y reconocer la emergencia de la conciencia como lo más ímportante que te puede ocurrir. Abrirte a la conciencia emergente y traer su luz a este mundo se convierte entonces en el propósito primario de tu vida.
Quiero conocer la mente de Dios ―dijo Einstein―. Lo demás son detalles. ¿Qué es la mente de Dios? La conciencia. ¿Qué significa conocer la mente de Dios? Estar consciente. ¿Qué son los detalles? Tu propósito exterior y todo lo que ocurre exteriormente.
Así que es posible que, mientras sigues esperando que ocurra algo importante en tu vida, no te des cuenta de que dentro de ti ya ha ocurrido lo más importante que le puede ocurrir a un ser humano: el comienzo de la separación entre el proceso de pensamiento y la conciencia.
Muchas personas que están pasando por las primeras fases del proceso de despertar ya no están seguras de cuál es su propósito exterior. Lo que mueve el mundo ya no las mueve a ellas. Al ver con tanta claridad la locura de nuestra civilización, se pueden sentir algo desligadas de la cultura que las rodea. Hay algunos que sienten que viven en una tierra de nadie entre dos mundos. Ya no están gobernados por su ego, pero la conciencia emergente todavía no está plenamente integrada en su vida. El propósito interior y el exterior no se han fundido.
Si no vives sintonizado con tu propósito primario, cualquier propósito que te plantees, aunque se trate de crear el paraíso en la tierra, será un plan del ego o acabará destruido por el tiempo. Tarde o temprano, provocará sufrimiento. Si no tienes en cuenta tu propósito interior, el ego se colará en todo lo que hagas, aunque parezca espiritual, y afectará a la manera de hacerlo, y los medios corromperán el fin. El dicho popular "el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones" alude a esta verdad. En otras palabras, lo primario no son tus intenciones ni tus acciones, sino el estado de conciencia del que surgen. Cumplir tu propósito primario es sentar las bases de una nueva realidad, de un nuevo mundo. Una vez que está establecida esa base, tu propósito exterior se carga de poder espiritual, porque tus objetivos e intenciones están en unidad con el impulso evolutivo del universo.
Como sabes, tu propósito secundario o exterior está en la dimensión del tiempo, mientras que tu propósito principal es inseparable del Ahora y, por lo tanto, requiere la negación del tiempo. ¿Cómo se pueden reconciliar? Dándote cuenta de que, en último término, todo el recorrido de tu vida consiste en el paso que estás dando en este momento. Siempre existe solo este paso, y por eso debes dedicarle toda tu atención. Esto no significa que no sepas adónde vas; solo significa que este paso es primario y el destino es secundario. Y lo que te encuentres en tu destino cuando llegues allí dependerá de la calidad de este paso. Otra manera de expresarlo: lo que te reserva el futuro depende de tu estado de conciencia ahora.
Ser uno con lo que es no significa que ya no inicies cambios o seas incapaz de emprender acciones. Pero la motivación para actuar viene de un nivel más profundo, no de los deseos o el miedo del ego. La armonía interior con el momento presente abre tu conciencia y la hace sintonizar con el todo, del que el momento presente forma parte integral. Entonces, el todo, la totalidad de la vida, actúa a través de ti.
Existe en el todo un nivel aún más profundo que la interconexión de todo lo que existe. En ese nivel más profundo, todas las cosas son una. Es la Fuente, la Vida única y no manifestada. Es la inteligencia intemporal que se manifiesta como un universo que se despliega en el tiempo.
El todo está compuesto por existencia y Ser, lo manifestado y lo no manifestado, el mundo y Dios. Así, cuando estás en armonía con el todo, te conviertes en una parte consciente de la interconexión del todo y de su propósito: la emergencia de la conciencia en este mundo.
Nuestro propósito y nuestro destino es traer una nueva dimensión a este mundo, viviendo en unidad consciente con la totalidad y en armonía consciente con la inteligencia universal.
Difícil el proceso, extraordinario el resultado. Felicidad es el camino.
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