“En el Zen se suele contar esta historia: antes de empezar a practicar Zen, ves los ríos y montañas como ríos y montañas.
Cuando tienes más experiencia, los ríos ya no son ríos y las montañas ya no son montañas porque dices: todo es conciencia, en realidad no importa nada, todo es unidad.
Y cuando viene la comprensión final, los ríos y montañas vuelven a ser ríos y montañas, esto es porque hay una visión directa y ya no hay filtros con los que mirar”.
Wayne Liquorman.
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