Aún los mejores escuchas, presentan como característica común ir generando en su mente una matriz de opinión de todo lo que escuchan, van colocando etiquetas y emitiendo juicios casi con la misma velocidad de que las palabras son escuchadas.
Se hace muy complicado apartar de la mente todas las ideas preconcebidas, evitar colocar en las dos columnas mentales de aprobación o desaprobación cada una de las cosas que se colocan frente a nuestros ojos, no con intenciones de ser juzgadas, sino ser entendidas.
Para lograr entender algo o a alguien, con la mayor objetividad posible, es necesario soltar todo aquello que nos hace juzgar y tratar de ser lo más empáticos posibles, entendiendo que cada uno de nosotros tiene realidades diferentes. Cada uno percibe al mundo a través de unos cristales únicos que son producto de su crianza, de la sociedad en la cual se ha desenvuelto, de su religión, de sus creencias, de sus experiencias, así que cuando escuchamos algo, solemos evaluarlo desde el criterio que nos hemos formado.
Pero el hecho de que una idea, unas palabras, no coincidan con nuestras maneras, no significa que no sean correctas, que no estén bien, porque todos estos términos están sujetos a la relatividad. Lo que para alguien es perfecto, para nosotros puede resultar mediocre, o viceversa. Todos tenemos recursos y los administramos lo mejor que podemos.
Es sencillo juzgar, es sencillo criticar, lo difícil es entender, comprender, ser compasivo y empáticos, buscar antes de emitir juicio alguno las raíces de aquello que no nos cuadra en nuestra mente, que nos hace pensar que hay otras maneras de actuar, de ser, de hacer.
Inclusive si utilizamos la humildad como recurso, muy probablemente sacaremos una lección de aquello que originalmente pudo haber sido un superficial juicio, podemos llegar a conocer a alguien, podemos adoptar nuevas maneras de resolver una situación determinada, podemos dar la cara a los problemas con experiencias diferentes a las vividas por nosotros mismos, en fin, cuando buscamos entender, estamos obteniendo una ganancia, nos estamos enriqueciendo, estamos sumando a nuestro desarrollo.
Mientras que al juzgar, solo estamos reafirmando nuestras creencias sin darle mucha posibilidad a una verdad que difiera de la nuestra. Y lo más probable es que no estemos aportando nada positivo. Solo tendremos como meta el afianzar nuestra posición y nuestra razón, que por loco que suene, para cada uno de nosotros se convierte en una razón de vida… Cuando perdemos la razón es como algo dentro de nosotros muriese… Y esto no es sino otra manifestación de nuestro ego que se resiste a ser desplazado por una consciencia más plena.
http://rincondeltibet.com/blog/p-entender-a-alguien-solo-es-posible-cuando-los-juicios-se-apartan-a-un-lado-21092
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