Hace un tiempo comprendí algo que internamente implicó una gran revelación…
Las batallas más difíciles y transformadoras que transito en la vida, son aquellas batallas en las cuales me enfrento a mí misma, aquellas batallas que libero con mi propia mente…
A lo largo de la vida, la mente va generando determinados hábitos, mecanismos y asociaciones que engendran actitudes y reacciones en nosotros.
Estas reacciones se asocian directamente a los hábitos arraigados en el interior de cada individuo y suelen estar mayormente relacionados al sufrimiento y dolor; a nuestra forma de vincularnos con este tipo de estados y emociones.
Son reacciones que representan el resultado de una causa profunda que se esconde detrás de cada uno de los estados que vamos experimentando. Arribar a la causa de nuestro sufrimiento es el comienzo del proceso de transmutación y liberación del mismo.
La atenta observación es la herramienta principal para conocernos y descubrirnos y que puede ayudarnos a indagar internamente en la raíz de cada pensamiento.
Al detectar su origen, su razón de ser; al adentrarnos en la causa real que se esconde detrás de cada pensamiento, la lógica de razonamiento humano queda al descubierto.
Encontrarnos con la causa profunda y verdadera de nuestros pensamientos nos pone cara a cara con nuestra propia esencia, con nuestro ser, con aquel yo que construimos y perfeccionamos a medida que surge un compromiso mayor con nuestra propia evolución.
Cuando comenzamos a observarnos, cuando hilamos en lo profundo de nuestra mente para encontrar su lógica, podemos tomar real dimensión del poder que cada pensamiento tiene.
Rara vez tomamos conciencia de ese poder, desconocemos la fuerza que tiene la mente humana y el grado de incidencia y afección que pueden tener nuestros pensamientos sobre nuestra vida.
La diferencia radica en la calidad de pensamiento que permitamos se gesten en nuestra mente; pensamientos que estarán totalmente ligados a cada una de aquellas creencias que fuimos sembrando a lo largo de nuestra vida.
La consciente y profunda observación de lo que pensamos, sentimos, hacemos y decimos nos prepara para construir una realidad de transcendencia, en comunión con el alma y en unidad, equilibrio y armonía con la vida.
Es necesario comprender que nuestra mente tiene la capacidad de crear absolutamente todo aquello en lo que decidamos creer.
Cuanto mayor es el enfoque que dedicamos a cada pensamiento, mayor poder y autonomía le estamos otorgando a la mente para que manifieste en el plano físico las ideas que habitan y circulan asiduamente por ella.
Cada pensamiento nace y se manifiesta dando vida a todo el sistema de creencias que hayamos aceptado. En consecuencia, éste será creado y pasará a formar parte de nuestra realidad de forma tangible.
Si creemos en el dolor, lo que vamos a construir será dolor…
Si creemos en el amor, en la prosperidad y en la magia; esa será la realidad que construiremos…
Nuestros pensamientos tiene el poder de construir o destruir nuestro destino…
¿Qué grado de trascendencia le damos a cada uno de ellos…?
Mientras seamos ignorantes del poder de nuestra mente y la calidad de nuestros pensamientos, estamos inconscientes de la vida que estamos construyendo porque cada idea o lógica que seguimos, carece de conciencia y propósito.
Compramos las ideas que surgen en nuestra mente sin siquiera comprender su verdadero origen o su real significado.
Cuando un pensamiento se manifiesta con claridad en la mente, éste necesita de nuestra mayor capacidad de observación para poder comprender su causa…
¿Es un pensamiento que construye?
¿Es un pensamiento que nace desde el alma?
¿O se trata de un pensamiento que representa un hábito inconsciente que solo incrementa estados negativos y autodestructivos de mi personalidad?
Esta observación sobre cada pensamiento es la clave para transformar las lógicas aprendidas e incorporadas en el pasado para que puedan ser reemplazadas por nuevas lógicas e ideas que contengan la impronta de los pensamientos que son emitidos por el alma.
Esta observación es la que abre las puertas a la reflexión…
A la construcción de una realidad diferente…
Esta observación trabaja para desarraigar hábitos, creencias, ideologías y paradigmas que operaron en nuestra realidad para fomentar la desconexión y el desconocimiento.
Esta observación trabaja para construir en base a los designios del alma, para darle voz a las necesidades más profundas de transformación y de luz que se esconden en el interior de cada individuo.
Esta observación purifica nuestra mente y opera sobre cada pensamiento para liberarnos de cada hábito aprendido, incorporado y arraigado en nuestro interior.
Solo observándonos podremos tomar realmente conciencia de quienes somos; de nuestras virtudes y nuestras miserias, nuestros dones y nuestras dificultades.
Solo observándonos seremos conscientes de nuestra realidad interior; de lo construido y lo que aún podemos llegar a construir.
Por cada pensamiento que pasa por nuestra mente cobra vida, nuestro mayor desafío es purificar cada uno de ellos y transformar aquellas ideas erróneas en semillas futuras de luz, amor, agradecimiento y felicidad, para que cada una de estas cualidades puedan formar parte de la realidad que estamos construyendo para el futuro.
Cuando aprendemos a observarnos, dejamos de condenarnos, dejamos de lastimarnos y las ideas y pensamientos que pasan por nuestra mente, nacen con la única finalidad de construir magia y plenitud en nuestra realidad.
Cuando aprendemos a observarnos, dejamos de engañarnos, dejamos de boicotearnos y comenzamos a respetarnos.
Aprender a respetarnos es el primer paso para aprender a amarnos…
Sólo de esta manera, podremos tomar conciencia de nuestra verdadera esencia, nuestro auténtico propósito y nuestro potencial destino, que se oculta a la espera del despertar de la conciencia y la evolución de la humanidad.
Ese destino donde los sueños forman parte de la realidad…
Donde cada pensamiento que nace en nuestra mente tiene como propósito manifestar la voluntad del alma…
Donde finalmente hemos aprendido a ser constructores de una realidad mágica y transcendente, colmada de amor y en sagrada comunión con nuestro ser y nuestra esencia…
Una comunión que hace manifiesta la presencia de la creación morando en el corazón de cada individuo, cada hombre y cada mujer que trabaja en su interior, anhelando alcanzar su mayor nivel de transformación y evolución.
Cuando nuestra mente esté libre del pasado…
Cuando aprendamos a percibir y escuchar los mensajes que emite el corazón…
Cuando nuestros pensamientos respondan a las necesidades del alma…
Cuando aprendamos a observar conscientemente lo más sagrado de nosotros mismos, la conexión con el alma, será inquebrantable…
Y sólo cuando el alma se encuentre en libertad para construir nuestro destino, aprenderemos a relacionarnos con la fuente de vida, donde radican los sueños, anhelos y propósitos de todos los seres que forman parte de este mundo.
fuente:https://testigosdelcambio.wordpress.com/
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