La confianza es un resultado, una meta que alcanzamos cuando logramos conocernos y observarnos conscientemente.
La confianza despierta sutilmente en nuestro interior cuando las dificultades más profundas comienzan a transformarse al encontrarse con la luz de esta enseñanza.
Gracias a esta luz fue que se hizo visible ante mi ojos aquellas actitudes y pensamientos que estaban incorporados en mi vida como resultado justamente de la falta de confianza. Hábitos dañinos que carecían de propósito, amor y conciencia, engendrando aún más aquellas actitudes que fomentaban el dramatismo, el sufrimiento y el dolor.
Pero esta enseñanza tiene el poder de iluminar aquellos lugares más íntimos y profundos de nuestro ser con la única finalidad de extraer de ahí, aquellas malezas enterradas que nos alejan de nuestros propósitos, nuestros sueños y de toda posibilidad de construir conscientemente una realidad diferente.
Cuando la luz de la conciencia se esparce por aquellos oscuros rincones de nuestro interior y nos muestra nuestra verdadera esencia, nuestro verdadero yo, podemos conocer los distintos mecanismos que nosotros mismos fuimos creando de manera inconsciente para atarnos a una realidad de sufrimiento.
Esta luz deja de manifiesto nuestra profunda necesidad de transformación…
Cuando me reconozco actuando y pensando bajo la influencia de los hábitos del pasado, la búsqueda de la luz se vuelve mi mayor desafío.
Hoy soy consciente de los resultados a los que puedo llegar cuando me dejo guiar por los viejos mecanismos del pasado, donde la felicidad era interpretada como una utopía inalcanzable y la vida misma se reducía a un sobrevivir sin sentido, transitando de experiencia en experiencia sin comprensión alguna de lo que la vida estaba intentando enseñarme…
Cada proceso entendido como un fracaso justificaba mi dramatismo, mi densidad y mi propia oscuridad…
Pero esa misma vida que malinterpretaba en el pasado fue la que me abrió las puertas a una nueva realidad, donde ya no quiero, no puedo y no debo permitirme actuar bajo la guía de viejos hábitos y actitudes.
La conciencia que despierta a través de la luz de esta enseñanza, nos invita constantemente a abordar toda transformación que sea necesaria para vivir la vida de conexión, plenitud y armonía que el alma necesita y está esperando.
El alma que mora internamente en cada uno de nosotros, aguarda pacientemente nuestro despertar para acompañarnos en cada paso y llevarnos a transitar aquellos caminos que nos acerquen a una realidad mágica de autoconocimiento.
Conocernos nos da la posibilidad de cambiar.
Observarnos conscientemente, sin justificar ni condenar nuestras acciones, nos ayuda a encontrarnos con aquello que necesitamos transformar de nosotros mismos.
La observación atenta y honesta de nuestra realidad, profundiza nuestra conciencia y nos muestra las necesidades de cambio que señala nuestro verdadero ser, como así también nos enseña a valorar y respetar lo que ya comenzamos a transformar.
Este camino de autoconocimiento y transformación interior se vuelve tangible a medida que vamos comprometiéndonos con nosotros mismos, con nuestra propia búsqueda de la luz que ilumine y transforme nuestras miserias y dificultades para darle lugar a la expresión de los dones y potenciales del alma.
Este compromiso asumido de forma consciente, nos marca los límites sagrados que necesitamos respetar para seguir avanzando en este camino…
Un compromiso que tiene como finalidad engendrar internamente la convicción e integridad que nos ayuden a sostener los nuevos hábitos y actitudes aprendidos en el proceso de transformación.
Un proceso que necesita ser ejercitado constantemente para sutilizar las dificultades, quemando nuestras miserias más profundas para finalmente desembarcar en un nuevo lugar, una nueva realidad, donde surjan nuevas actitudes y mecanismos, afines a las cualidades del alma.
Cada proceso abordado con el objetivo de extraer un aprendizaje, deja sembrado en nuestro interior una semilla de cambio que termina echando raíces y naciendo internamente para materializar nuestra transformación a través de nuevas actitudes, pensamientos y acciones que marcan la diferencia con el pasado.
La integridad que a mí misma sepa demostrarme, tendrá como resultado la manifestación de la confianza interna necesaria para poder darle la voz certera y audible a los mensajes que son emitidos por el alma. Alcanzar una comunión interna con la esencia más sagrada que mora en mi interior, ser una con mi alma, ser yo misma; ser quien necesito ser; confiando en la enseñanza que me acompaña y respalda ante cada proceso y experiencia que transite para seguir transformándome.
Cuando el cambio se hace manifiesto…
Cuando aprendemos a confiar en cada mensaje de la vida y aprendemos a conocernos y observarnos…
Cuando sutilizamos los pensamientos que viajan por nuestra mente…
Cuando la conciencia despierta internamente, es la que observa cada accionar de nuestra personalidad…
Cuando el respeto por uno mismo se convierte en un hábito sagrado…
Cuando se refleja la impronta del amor en cada acción y pensamiento, nacen los frutos de la transformación abordada, materializándose a través de una confianza sagrada que nutre profunda y radicalmente toda nuestra realidad.
Cuando confiamos, estamos dejando atrás los miedos y las inseguridades del pasado, dándole lugar a la convicción que nace en un corazón que supo aprender a confiar en la vida para que guíe cada uno de sus pasos.
La confianza nos brinda la plataforma para arribar a un estado de convicción e integridad en todos los aspectos de nuestro ser.
La confianza se refleja en cada paso y decisión tomada…
La confianza será el resultado de nuestra propia transformación…
Una transformación necesaria para todo ser humano que se encuentre ante la búsqueda de la luz y la verdad que se percibe en cada mensaje y señal de la vida.
Una búsqueda que comienza cuando aprendemos a confiar en lo nuevo, en lo desconocido y en aquello que tiene la capacidad de asombrarnos y sorprendernos.
Aprender a confiar en uno mismo, en nuestro potencial, en nuestra mejor versión y en nuestra sagrada e infinita capacidad de transformación.
Aprender a confiar en cada señal, proceso y experiencia.
Confiar es el desafío, la confianza el resultado…
Buscando, aprendiendo, cambiando y confiando, expandimos nuestra conciencia para percibir la sutileza, las bendiciones y los secretos que se esconden en una realidad sagrada de conexión con la magia de la creación.
Una conexión que trabaja para alcanzar la integración de cada “yo” que nos representa, donde la transformación de cada uno de ellos, tendrá como resultado el despertar de la unidad interna en absoluta conexión y armonía con uno mismo.
Cuando aprendemos a confiar, estamos sembrando las semillas de la convicción, que darán sus frutos en aquellos corazones que continúen transitando el sendero de la búsqueda de su propia transformación, aspirando y anhelando alcanzar, su más sagrada evolución.
Lic. Karina Zullo
fuente:https://testigosdelcambio.wordpress.com/2015/03/24/la-confianza/
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