Casi todo el mundo se aferra a dolores, abscesos y fallas pasadas, como una especie de tarjeta personal que anuncia la típica condición de “¡pobre de mí!” “¡soy muy desdichado!”.
El pasado ya transcurrió, al aferrarse a él, no solo os aseguráis que os quedaréis inmovilizados hoy, sino que además impediréis vuestra propia sanación, al tener como referencia al sufrimiento del pasado, usándolo como una de las razones para no lograr progresar en vuestra vida actual.
Muchas personas se refieren a su pasado como a un tiempo glorioso que no volverá (sobre todo las personas mayores que no pueden adaptarse al mundo moderno) y esa es la razón por la cual no pueden ser felices, ni sentirse realizados hoy día.
Esos momentos duros, accidentes, episodios difíciles, períodos de escasez, enfermedad, abusos, sueños destrozados, sucedieron, porque así estaba dispuesto. Tuvieron lugar, para que pudieseis asumir el hecho de que simplemente que tenían que suceder y que a este nivel hubiera sido imposible evitar que sucediesen.
Desde esa perspectiva, debéis acogerlos con ayuda, si lo necesitáis, y luego entenderlos, aceptarlos, honrarlos y finalmente retirarlos o los transformáis a vuestra propia manera. Es irónico ese hábito de divagar con vuestras mentes hacia lugares y momentos; no malgastéis el momento presente y el ahora que es lo único que tenéis.
Solo os podréis llegar a conocer verdaderamente, cuando renunciéis al pasado y al futuro en vuestras mentes y os sumerjáis por completo en el ahora, porque es ahí donde siempre os encontraréis con vosotros mismos, conectados siempre a la fuente, y por tanto conectados al poder ilimitado de los universos.
Debéis entender que todos los problemas tienen una solución espiritual aunque, en realidad, no tenéis ningún problema, sino tan sólo creéis tenerlo.
En el mundo del espíritu, los problemas sencillamente no existen, ni son reales, cuando vuestra conexión espiritual es débil, os alejáis del mundo del espíritu y los problemas provienen de vuestra creencia en la separación, de manera que vuestro cuerpo se enferma, influenciado por los pensamientos de vuestro ego.
Vuestras sociedades son creadas por vuestros pensamientos colectivos, que asumen la misma separación o enfermedad, y luego obtenéis lo que llamáis problemas sociales, que solo representan una diferencia espiritual que puede ser remediada con soluciones espirituales.
Si cambiáis vuestra manera de pensar, el problema se resolverá, porque existe una solución espiritual para cada problema. La luz siempre disuelve la oscuridad.
El amor anula el odio. El espíritu cancela y anula los problemas, que existen como creencias del ego de vuestras mentes, un ego que es incapaz de conceptualizar la conciencia de vuestra mente espiritual, del mismo modo que la oscuridad no tiene concepto de Luz.
Vuestros pensamientos son prácticamente la fuente de todo lo que sucede en vuestra vida y cada relación que tenéis es algo que lleváis con vosotros, de modo que si esa relación es mala, es porque pensáis que lo es. La única manera de experimentar a otra persona es por medio de vuestros pensamientos.
Entregadle vuestras enfermedades al espíritu y ejercitad vuestro cuerpo con regularidad, alimentaros bien, tomad suficiente cantidad de agua pura y descansad a plenitud para permitir un funcionamiento óptimo, como si se tratase de un envase en donde el espíritu fluya libremente.
Escalad en vuestra conciencia humana desde lo más bajo hacia lo más elevado y encenderos, convertiros en seres místicos, tan solo cambiando vuestros pensamientos; de seres que experimentan y crean problemas, a seres que los resuelven.
Angel Luis Fernández.
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