En el Fin de los Tiempos, todos los secretos serían revelados. Lo dijeron las sagradas escrituras y día tras día se está cumpliendo con las tramas de corrupción que aparecen por doquier en el Planeta.
En los últimos tiempos, científicos místicos como Greg Braden, José Argüelles o Drunvalo Melquizedec han ido sacando a la luz los secretos de la geometría sagrada, la forma de la Creación, el Orden de todo lo creado.
Mientras, en paralelo, los majestuosos círculos de la cosecha ingleses nos acercaban al misterio de la armonía fractálica. El camino hacia la fusión entre la espiritualidad y la ciencia estaba ya preparado, pero faltaba quien realizara la aleación entre ambos.
Cuando vimos aparecer a Nassim Haramein, la Ciencia cerró un ciclo. El suizo de origen árabe nos ha explicado en unos apasionantes videos que se pueden ver por Internet que toda la creación se puede explicar desde la figura del tetraedro, es decir, la pirámide, en este caso, de base triangular. Dos tetraedros unidos, masculino-femenino, conforman el Merkaba y la multiplicación de tetraedros hasta 64 (el número de codones del ADN y el número de hexagramas del I Ching) nos conducen hasta una figura representada en todas las tradiciones espirituales llamada La Flor de la vida. Dentro de esa forma, Nassim encontró la matriz isométrica de Buckminster Fuller, el descubridor de un isótropo en un meteorito cuya geometría ha dado lugar a las casas modelos domo.
A esa matriz isométrica Nassim le ha llamado “vector en equilibrio”. (Es decir, que las casas fabricadas con ese modelo realmente tienen el poder de restablecer la Energía porque reproducen el equilibrio cósmico). La vida sigue este mismo modelo pues el zigoto se divide en dos, y después en cuatro esferas y así sucesivamente hasta el 64, el número de codones del ADN. El código binario inscrito en el Tao (yin-yang) se puede encontrar en la informática, que sigue esta progresión en los procesadores de 64-128-256-512 megahertzios o en las propias memorias USB.
Nassim Haramein redescubre el I Ching y demuestra geométricamente que el oráculo chino es más que eso, es un plano del Orden Cósmico. Sin ir más lejos, los dos hexagramas primarios, tierra (Chien) y cielo (Kun), compuestos de seis trazos partidos y seis trazos sin corte, respectivamente, son la única manera de construir el Merkaba en tres dimensiones. Dos tetraedros en tres dimensiones suman 12 lados, añadiendo tetraedros por el sendero de la geometría sagrada nos lleva al 24, 36, 72 y, por fin, al 144, el número de la revelación, que aparece en el Apocalipsis y que la tradición recoge como que 144.000 despiertos son los necesarios para la llegada de la Luz. Según otros eruditos, 144 hertzios es la frecuencia del despertar.
Haramein se mete en el tema de la Sincronicidad y la explica de manera científica. Según él, el Universo sigue un movimiento de contracción (gravedad) y expansión (radiación electromagnética) que viene a ser como la sístole y diástole o respiración de los seres vivos. Al igual que nosotros, el Cosmos respira, expirando energía desde el Vacío en el que está contenido el Todo para generar una singularidad que es la gravedad (curvatura del espacio-tiempo) que, simplificando mucho, englobaría la realidad material dentro de las múltiples posibilidades generadas.
La Sincronicidad, es decir, las casualidades significativas que ocurren en el Tiempo del Ahora tendrían la siguiente explicación según el gran Científico de nuestro tiempo que predijo, entre otras cosas, que en cada galaxia hay una agujero (en inglés “hole”) negro, aunque él lo llama “Whole”, es decir TODO.
La Sincronicidad, es decir, las casualidades significativas que ocurren en el Tiempo del Ahora tendrían la siguiente explicación según el gran Científico de nuestro tiempo que predijo, entre otras cosas, que en cada galaxia hay una agujero (en inglés “hole”) negro, aunque él lo llama “Whole”, es decir TODO.
"La llave de la Sincronicidad es ésta: cuanto más te vacíes, más fácil será para el Cosmos crear una experiencia que encaje con tu necesidad."
Es la explicación científica que confirma el valor de la Meditación como medio para vaciar tu mente de energía-aire-respiración, con el fin de que se vuelva a llenar con la Realidad Cósmica. Como dijo un sufí: una taza llena no se puede llenar, primero hay que vaciarla. Así es la Mente. Todo en el universo irradia en el vacío del espacio. La parte interna es la contractiva. La parte externa es la que irradia.
Según Haramein, el nivel de sincronicidad está aumentando actualmente porque para el vacío es cada vez más fácil dar un feedback, es decir, una respuesta porque la gente se está “vaciando” de conceptos caducos). También dice Haramein que la manifestación material es siempre un equilibrio entre tu interpretación interna y lo que el universo te nutre, por eso hay que vaciar primero. Eso sí -para los radicales de la creación con el pensamiento-, el Maestro Haramein aclara que cada vez que nutres al Universo con tu pensamiento y tu acción, la respuesta es a su vez modificada por el resto de la gente que también está alimentando al Universo y todo está coordinado en la misma realidad de consenso. Es decir, que Tú no creas sólo tu Realidad sino en consonancia con el resto de seres humanos, en esa realidad compartida que es la Vida.
El genio Nassim Haramein predijo hace quince años que en el centro de cada galaxia hay un “agujero negro” (en inglés, “black hole”), cosa que la Ciencia ha demostrado hoy día como cierta. Esa y otras afirmaciones progresivamente confirmadas por la ciencia oficial hacen del simpático Nassim el genio por excelencia de nuestro tiempo.
Su teoría se basa en que toda espiral (una galaxia, un tornado, un sistema solar, un átomo…), que es la geometría básica de la Vida, está rotando sobre un eje, la fuente de donde obtiene la energía. Ese detalle, que pasó desapercibido a Einstein y la ciencia oficial, le llevó a Nassim a proponer que, en realidad, el “agujero negro” es parte de un “agujero blanco”, es decir, que el lugar de máxima oscuridad es donde, al mismo tiempo, hay más luz.
Lo que ha llevado a proponer sustituir el término “black hole” por el de “black whole” (se pronuncian prácticamente igual pero el segundo significa “Totalidad Negra”).
En resumidas cuentas, el llamado agujero negro (como las manchas solares) sería el lugar por donde se traspasa el sistema hacia otra dimensión y el lugar por donde fluye la energía desde otro Sol… como anticiparon los MAYAS, y también en el esoterismo NASI de las SS con su culto al SOL NEGRO como Portal del mundo material al Espiritual.
Es decir, es la puerta de entrada al origen de la LUZ y la ILUMINACIÓN.
Nuestros átomos son miniagujeros negros. La célula vibra a 10 elevado a la 11, una cantidad asombrosa de energía que cumple la condición de Scharwchild para el agujero negro.
Es decir, es la puerta de entrada al origen de la LUZ y la ILUMINACIÓN.
Nuestros átomos son miniagujeros negros. La célula vibra a 10 elevado a la 11, una cantidad asombrosa de energía que cumple la condición de Scharwchild para el agujero negro.
Traspasado a nuestra vida diaria, esto nos llevaría a que el “agujero negro” (es decir, una crisis personal) es el pasadizo espiral de Alicia (en el país de las maravillas) hacia una nueva Realidad, es decir, el camino hacia la Luz o la Iluminación (no confundir con los Iluminati, queridos conspiranoicos).
Bajo mi perspectiva personal, e interpretando esta Verdad Cósmica revelada por Nassim, todos nos encontramos a lo largo de nuestra vida con un “problema” (o desafío) que, si no lo has resuelto correctamente en un momento de tu vida, se vuelve a aparecer prácticamente igual que en otro momento.
Ese, ¡escúchalo bien!, es tu “pasadizo” a otra Dimensión de conciencia, es decir, de Vida. Cada uno tendrá su desafío pero lo que tienen en común es que detrás de él está aquello que más miedo te da perder o aquello que te puede hacer perder la confianza en ti mismo, o sumirte en una depresión… Que te puede tumbar, vaya.
La manera en que se presenta en tu vida esta repetición es tan increíble que si se lo contaras a alguien no se lo podría creer. Y ahí reside, precisamente, el mágico juego. Sólo tú puedes resolverlo. Es tu desafío. No lo puedes compartir con nadie. Desafía a tu miedo y a tu poder del Guerrero (espiritual).
Se trata de romper con algún paradigma en tu manera de actuar y que puede atender al odio, los celos, el rencor, la envidia, la rabia, la ira, la lujuria… Se presenta en tu vida con el fin de sanar una herida del pasado y la manera de superarlo es VIVIENDO eso que te da miedo vivir.
¡Ojo! Hay gente que confunde este desafío con otros puramente masoquistas, como engancharse a la droga o tener una pareja que te maltrate. O, incluso, se puede buscar una distracción (como un deporte de riesgo) para no afrontar el asunto en sí mismo. Este tipo de desafíos no son tales porque no te van a enseñar nada (o, más bien, te van a enseñar el lado oscuro de la vida. No me refiero a los deportes de riesgo, obviamente).
El verdadero desafío está en vivir la envidia, los celos, la rabia o el sentimiento que sea “tu punto débil” sin apegarte a él. Es decir, perdonándote por sentirlo y perdonando a la persona que te hizo sentir eso pues, de alguna manera, es tu Maestra, o sea, quien te ha permitido vivirlo. El secreto está, no en reprimir esos sentimientos como dice alguna corriente de la Nueva Era, sino en VIVIRLOS CONSCIENTEMENTE hasta que los TRANSMUTAS. Es decir, que si tu problema es la envidia, la vivas con toda la intensidad que sientas pero siendo consciente de que eres un envidioso. Y lo mismo con la ira o con la lujuria. Ahí, en ese momento en el que te des cuenta, te podrás reír de ti mismo… Y te habrás curado… Y pasarás a otra prueba.
Después de 40 años, os puedo decir que esto que os acabo de contar el Secreto de la Vida y el sendero más certero para la Iluminación.
fuente:http://lacreacion-pablosanchez.blogspot.com.ar/2015/08/la-sincronicidad-desde-el-punto-de.html
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