“No digáis que no tenéis ningún medio de saber si estáis en lo cierto interiormente. En realidad disponéis al menos de un criterio: la luz.
Cuando meditáis, cuando vivís un momento de gran elevación espiritual, podéis sentir a veces que todo en vosotros se vuelve luminoso, como si se hubiesen encendido lámparas, como si un Sol se hubiese levantado.
Tenéis incluso la impresión de que esta luz sale a través de vuestro rostro, vuestras manos, de todo vuestro cuerpo.
¿Por qué?
Porque en cuanto lográis alcanzar las regiones superiores de vuestro ser, allí donde reinan la pureza y el amor, una luz aparece en vosotros, la sentís, la veis, todo se ilumina.
Mientras que si os dejáis llevar por pensamientos, por sentimientos, por deseos egoístas y malsanos, ni siquiera necesitáis miraros en el espejo: sentís físicamente las sombras en vuestro rostro.
Así pues, no olvidéis nunca este criterio: la luz.
Y esforzaos por vivir cada día los estados de conciencia espirituales que os aportarán esta sensación de luz.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu comentario.