CAPÍTULO 7.
ES MI INTENCIÓN RESPETARME A MI MISMO EN TODA OCASIÓN:
Tú eres una pieza de esa mente universal de la Creación, debes ver a Dios en tu interior y considerarte una creación divina para tener acceso a la fuerza de la intención. Dios y tú sois lo mismo. En palabras muy sencillas, cuando te amas a ti mismo y confias en ti, amas a la sabiduría que te creó y confías en ella, y cuando no consigues amarte ni confiar en ti mismo, estás negando esa sabiduría infinita a favor de tu ego. Recuerda que en todo momento de tu vida tienes la posibilidad de ser huésped de Dios o rehén de tu ego.
HUEÉSPED O REHÉN:
Cuando intentas vivir según el baremo de bajo nivel de tu ego, eres rehén de ese mismo ego, se calibra tu valía como persona por lo que has adquirido y lo que has logrado.
Ser huésped de Dios significa ver siempre tu auténtica conexión con la Fuente. Al amarte y respetarte acoges a Dios e invitas a la energía de la Creación a tu consciencia, a tu vida cotidiana, mientras te conectas a la fuerza de la intención.
La energía de la intención y el respeto a ti mismo. Debes comprometerte interiormente a respetarte y sentirte digno de cuanto tiene que ofrecerte el universo. Si alguien tiene derecho al éxito y la felicidad, todos lo tenemos, porque todos estamos siempre conectados a la intención. El respeto por ti mismo debería ser tu estado natural, como loes para todo el reino animal.
LO QUE PIENSAS DE TI MISMO ES LO QUE PIENSAS DEL MUNDO:
Si tus pensamientos reflejan una visión pesimista del mundo, eso mismo es lo que sientes sobre ti y si reflejan una visión optimista del mundo, entonces es lo que sientes sobre tu vida. La actitud que tengas ante el mundo en general es un buen indicador del respeto que sientes por tu capacidad para traer a este mundo lo que deseas. Atraes a tu vida lo que sientes en tu interior. Sin una elevada autoestima se paraliza por completo el proceso de la intención. Sin un constante respeto por ti mismo el proceso de la intención funciona en los niveles más bajos. Quienes desean reproducir las obras de la mente universal omnicreadora deben estar en armonía con los atributos del amor, la bondad y la belleza.
El sí mismo en el respeto por sí mismo. Quizá el mayor error que cometamos, causa de la pérdida de autoestima, consista en dar mayor importancia a las opiniones de los demás que a la opinión que tenemos de nosotros mismos. Este sí mismo surgió de un campo universal de la intención que había dispuesto traerte aquí, si no te respetas a ti mismo, desprecias el proceso de la Creación.
HACER DE TU INTENCIÓN TU REALIDAD:
Diez maneras para cultivar tu intención para respetarte en todo momento:
1. Ante un espejo, mírate a los ojos y dí: me quiero el mayor número de veces posible durante el día. Estas dos palabras mágicas te ayudan a mantener el respeto por ti mismo.
2. Escribe lo siguiente y repítelo una y otra vez para tus adentros: soy tan sano y perfecto como fui creado. Yo no soy mi cuerpo, no soy lo que acumulo, no soy mis logros, no soy la fama que tengo, soy tan sano y perfecto como fui creado.
3. Prodiga más respeto a los demás y a la vida entera. El mayor secreto de la autoestima consiste en valorar más a los demás.
4. Manifiesta ante ti mismo y ante cuantos conozcas: soy de aquí. La sabiduría de la Creación dispuso que estuvieras aquí, en este lugar, en esta familia, con estos hermanos y padres, ocupando este espacio único.
5. Recuerda que nunca estás solo. Los que pierden la autoestima es porque han olvidado que no están solos.
6. Respeta tu cuerpo. Ve a tu interior, escucha tu cuerpo, y trátalo con la dignidad y el amor que requiere el respeto a ti mismo.
7. Medita para mantenerte en contacto consciente con tu Fuente, que siempre te respeta. La meditación es una forma de experimentar lo que no pueden percibir los cinco sentidos. A pesar de lo que ocurra a tu alrededor, cuando entras en el sagrado espacio de la meditación se disipan todas las dudas sobre tu valía como creación. Saldrás de la solemnidad de la meditación sintiéndote conectado a tu Fuente y disfrutando del respeto por todos los seres, especialmente tú mismo.
8. Desagravia a los adversarios. Al tener la grandeza suficiente como para desagraviar y sustituir la energía de la ira, la amargura y la tensión por la bondad – aunque sigas insistiendo en que tú tienes la razón – te respetarás a ti mismo mucho más que antes de tu acto de perdón.
9. Recuerda el si mismo en el respeto a si mismo. Si me respeto a mi mismo, confío en ese si mismo del respeto a si mismo.
10 Has de mantenerte en un estado de agradecimiento. Cuando dices: “Gracias Dios mío, por todo” y cuando expresas agradecimiento por tu vida y por todo lo que ves y experimentas, respetas la Creación.
Palabras de Jesús de Nazaret: “Sé por tanto perfecto como perfecto es tu Padre celestial”. Vuelve a conectarte con la perfección de la que surgiste. No puede existir mayor respeto por uno mismo.
Wayne Dyer
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