viernes, 17 de febrero de 2017

La ilusión del yo separado


Todos nosotros utilizamos la palabra "yo" muchas veces cada día. Pero, ¿a qué o quién nos estamos refiriendo? Como lo explicó el Sr. Ouspensky en sus Comentarios Psicológicos, esta cosa que llamamos "yo" no es una entidad única y constante, sino que cambia de un momento a otro:

Cada deseo, cada anhelo, cada "gusto" y "aversión", cada opinión y cada tendencia, cada creencia y cada incredulidad es un "yo". Y cada uno de ellos tiene su propia voluntad y su propia resistencia a la voluntad de otros "yoes". ...

En primer lugar, quiero repetir lo que se dijo antes acerca de la ausencia en el hombre de un "yo" controlador permanente diferente de otros "yoes". Todos los "yoes" son iguales; es mejor decir que todos ellos son igual de débiles. Cada uno de ellos puede de vez en cuando conquistar a otros "yoes", cada uno de ellos puede convertirse en el Califa durante una hora y luego ser sustituido por otro "yo". Ninguno de ellos puede hacer mucho bien, pero casi todos ellos, en una hora o incluso menos, puede hacer tanto daño que todos los demás "yoes" tendrán que pagar por ello toda su vida.
[ The Psychology of Man's Possible Evolution, Lecture 1 ]

Sólo un poco de auto-observación confirmará este punto de vista. Cuando miramos con atención e imparcialidad vemos capas y capas de diferentes "yoes". Se inicia en un nivel superficial con el trabajo o profesión que "hacemos": "yo" el experto, el músico, el ingeniero, el diseñador, el cuidador ... Justo debajo de eso están nuestras opiniones y creencias: "yo" el ecologista, el anti-globalizacionista, el ateo, el cristiano, el budista, el advaitín ... Cerca del fondo, las etiquetas se vuelven más generales ― "yo" el pensador, el perceptor, el sentidor, el elegidor, el hacedor ... El factor común que pasa a través de todos estos "yoes" es la creencia y sensación de que "yo" soy una entidad separada ― separada del mundo y separada de todo y de todos los demás que hay en él.

El sistema enseñado por Gurdjieff al Sr. Ouspensky afirmaba que no hay un verdadero "yo" permanente ― que tenemos que desarrollar un "Yo Real" dentro de nosotros mismos. Sin embargo, como el Sr. Ouspensky reconoció, el sistema es incompleto. Estaba convencido de que si se puede encontrar el origen del sistema, este incluiría un método para recordar el Sí-mismo (Self) que realmente somos y siempre hemos sido. Cuando el Dr Roles conoció al Shankaracharya Shantananda Saraswati en 1961 se dio cuenta de que la filosofía hindú del Advaita enseñada por la tradición Shankaracharya era la fuente del sistema enseñado por Gurdjieff. Una de las enseñanzas fundamentales del Advaita es "tat tvam asi", que se traduce por "Eso eres tú" y se interpreta con el significado de que la Realidad Última, Brahman, es idéntica al Sí-mismo individual, el Atman. Queda claro que la idea de la necesidad de "desarrollar un Yo Real" tenía que ser abandonada. En su lugar, el Advaita enseña que la luz del Sí-mismo Real brilla todo el tiempo, pero simplemente parece ser velada. Son esos aparentes velos lo que crean la ilusión de un yo separado.

El camino tradicional hacia la comprensión de nuestra verdadera naturaleza, como se enseña en la tradición Shankaracharya, implica un largo proceso de purificación en el que se han de cumplir los requisitos previos para la comprensión de nuestra verdadera naturaleza. Muchas, pero en modo alguno todas las enseñanzas de SS Shantananda Saraswati siguen estas líneas, extrayendo ideas de las principales ramas de la filosofía de la India en respuesta a las preguntas. Sin embargo, él, junto con el Dr Roles y otros hicieron mucho para acortar este proceso tradicional para aquellos que viven vidas comunes en el mundo occidental que desean seguir una vía del Cuarto Camino.

En los últimos tiempos el proceso se ha vuelto del revés en la Vía Directa que se deriva de las enseñanzas de Atmananda Krishnamenon y Ramana Maharshi. En la Vía Directa empezamos por descubrir nuestra verdadera naturaleza, y luego sigue un proceso mucho más largo para permitir que nuestra comprensión colonice la mente y el cuerpo ― el equivalente a la purificación prescrita en el camino tradicional. Así es como Rupert Spira describe la primera etapa:

Normalmente nos consideramos que somos una entidad separada, localizada en y como el cuerpo. Para descubrir lo que verdaderamente somos, a diferencia de lo que parecemos ser, será necesaria, en la mayoría de los casos, una investigación sobre la creencia y, lo que es más importante, sobre la sensación de ser esa entidad (separada).

Es inevitable, en primer lugar, que esta investigación parezca ser una actividad de la mente que lleva a cabo la entidad que suponemos que somos.

Sin embargo, cuando se va profundizando en esta investigación se descubre que no hay ningún agente separado dentro del cuerpo, pensando, sintiendo, actuando o experimentando una actividad llamada meditación o investigación. Más bien se descubre que, desde el principio, incluso cuando nos considerábamos a nosotros mismos como una entidad separada, localizada en el interior del cuerpo, todo lo que siempre fuimos y somos es la Consciencia dentro de la cual todas las cosas (incluida la creencia y sensación de separación) aparecen y de la cual están hechas.
Nos damos cuenta de que la persona aparente no es en realidad una entidad sino un proceso del pensar y del sentir, hecho solamente de mente, que aparece dentro (y en última instancia está hecho) del espacio cognoscente de la Consciencia.

En este grupo seguimos un enfoque similar, utilizando las enseñanzas y métodos del Sr. Ouspensky y del Shankaracharya mientras sean necesarios como preparación para seguir la Vía Directa. Aprender a separar la experiencia pura y directa de las ideas y conceptos superpuestos automáticamente (como se explica en el documento anterior) es un requisito previo esencial.

¿Quién detona los cambios en mi?


Siguiendo con la línea de trabajo de los últimos artículos, donde hemos intentado moldear e imbuir en la psique el conocimiento sobre cómo funciona la manifestación de la realidad en la que existimos, aunque sea solo para que otros niveles de nosotros mismos puedan digerir esas nociones, y usarlas en procesos de crecimiento interior a la sombra de lo que la personalidad haya podido captar, sigamos dando pasos para romper estructuras y creencias limitadoras impuestas desde hace siglos que interfieren a la hora de conseguir que moldeemos el mundo según nuestros propios designios, criterios y aprendizajes pendientes.

Existe una línea temporal, la denominada #42, de la que ya hemos hablado, que está aún afianzándose. Esto significa que hay alteraciones en la misma que vienen producidas por las sacudidas de los campos energéticos conscientes que forman el conjunto de la vida humana. Esta línea temporal es la que tiene que permitir muchos cambios positivos futuros en cada uno, pero, para ello, es necesario mucho trabajo interior que detone la limpieza y transmutación de lo que no resuena con ella, y permita las experiencias futuras que los cristalicen.

¿Quién me detona esos cambios?

La función de una de las partes de nuestra estructura multidimensional es precisamente la de detonar todos esos cambios en el momento adecuado.

¿Por qué? Porque normalmente la personalidad que tenemos no es consciente de aquello que necesita ser trabajado y obtenido experimentalmente, y, por ende, no podemos auto-detonarnos experiencias que nos lleven a ciertos aprendizajes y lecciones si no fuera por algo que, desde fuera de esa personalidad, lleve a cabo el proceso. Gestionar cómo una situación se va a producir en el plano físico para que la persona obtenga un aprendizaje o crecimiento es un trabajo minucioso que se coordina con la precisión de un reloj cuántico, en el que cada cosa tiene su lugar, su espacio y su tiempo.

Para que te encuentres con las personas que te tienes que encontrar, o que vivas las situaciones que tienes que vivir, es necesario que muchas cosas en muchos niveles se sincronicen perfectamente, ya que, al trabajar con las realidades individuales de cada persona, para que dos de esas realidades se crucen e interactúen, ambas deben ir alineadas en vibración, frecuencia, propósito e intención, a la hora de que sean compatibles para resonar una con otra. Las leyes de causa y efecto tienen mucho que ver en esto, pues al generar todo tipo de acciones y poner en marcha todo tipo de movimientos energéticos en nuestro día a día, generamos el llamado “efecto mariposa”, donde todo afecta a todo, y todo termina causando impacto en todo, con mayor o menor fuerza, con más o menos sutileza, pero impacto al fin y al cabo.

A veces no se puede intervenir para crear una sincronicidad hasta que ciertas fuerzas energéticas (octavas) puestas en marcha no se han calmado, a veces no hay forma de conseguir que dos realidades individuales se crucen entre sí por mucho que sea necesario o se desee, hasta que procesos internos de esas realidades no se completen adecuadamente, a veces, por el contrario, hay que redirigir procesos lanzados por la personalidad y sus programas para evitar que se alejen por completo de sus propósitos iniciales, que están gestionados por nosotros mismos, pero desde esa parte que llamamos el ser o el Yo Superior, y que, de alguna forma, están acordados por el conjunto de todos nosotros para cada encarnación.


Menos tiempo para más experiencias

jueves, 16 de febrero de 2017

El Camino de la Belleza


El artista y poeta William Blake dijo: "Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es, Infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna".

¿Qué quiso decir con esto? ¿Cómo puede un objeto finito, como un árbol, mesa, silla, persona, o casa ser infinito?

Tenemos que comprender en primer lugar que la palabra "percepción" incluye a todos los cinco sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato.

El pensamiento convencional nos dice que la experiencia de la percepción se divide en dos ingredientes esenciales: uno, un sujeto que percibe y dos, un objeto que es percibido. Este entendimiento está incrustado en la estructura del lenguaje con frases tales como: "Veo el árbol", "oigo el viento", "toco a la persona", "me gusta la manzana" y "huelo la flor".

En cada caso, un sujeto ―"yo", el sí mismo (self)― se une a un objeto ―el árbol, viento, persona, manzana o flor― a través de un acto de percepción, es decir, a través de un acto de ver, oír, tocar, gustar u oler.

Ahora bien, con el fin de comprender la naturaleza de la percepción, tenemos que explorar ambos lados de esta ecuación ―"yo", el sujeto y el objeto o mundo. Tradicionalmente, los místicos han explorado la naturaleza del "yo", el sí mismo, y los artistas y los científicos han explorado la naturaleza del objeto o mundo.

En otras palabras, los místicos han tendido a mirar hacia dentro, dirigir su atención hacia el centro de su ser o naturaleza esencial, y los científicos y artistas han tendido a mirar hacia afuera, hacia los objetos de la naturaleza y el mundo.

A primera vista puede parecer que ambos están establecidos en direcciones opuestas. Sin embargo, si cada parte explora con suficiente profundidad, es inevitable que llegarán a la misma conclusión. De hecho, la razón por la que en la mayoría de los casos las conclusiones de los místicos, por un lado, y la de los artistas y científicos por el otro, tienden a diferir tan radicalmente, es sólo porque cada parte no explora con suficiente profundidad.

El pintor Paul Cézanne dijo: "Llegará el día en que una sola zanahoria, observada con ojos nuevos, desencadenará una revolución". La revolución a la que hace referencia es la unión de estas dos perspectivas ―la convergencia de la profunda comprensión del místico, el artista y el científico― y las implicaciones que esto tiene en todos los aspectos de nuestras vidas.

Así que vamos a explorar, en pocas palabras, estas dos perspectivas.



La naturaleza del Sí mismo 

El pensamiento convencional nos dice que es el "yo", el cuerpo-mente, el que es consciente de los objetos y del mundo. Sin embargo, una simple y clara mirada a la experiencia nos indica que somos conscientes del cuerpo y de la mente de la misma manera en que somos conscientes de los objetos y del mundo.

En otras palabras, el cuerpo-mente no es el sujeto de la experiencia. El cuerpo-mente es un objeto de la experiencia, que aparece y desaparece como todos los demás objetos. Ahora bien ¿qué es el sujeto perceptor que llamamos "yo", que conoce o es consciente de todos estos objetos percibidos, es decir, del cuerpo, la mente y el mundo?

El "yo" se refiere a lo que sea que es consciente de los objetos del cuerpo, la mente y el mundo. Este "yo" no se puede encontrar como cualquier tipo de objeto, es decir, como un pensamiento, sentimiento, sensación o percepción. Y sin embargo "yo" estoy innegablemente presente y consciente.

Por lo tanto, estar presente y consciente es inherente al "yo", que por esta razón se le denomina a veces como "Conciencia", que simplemente significa la presencia de eso que es consciente. Esta Conciencia que es nuestra naturaleza esencial es como una apertura consciente y vacía en la que toda experiencia tiene lugar, pero en sí misma no es una experiencia.

La Conciencia no está localizada en el tiempo y por lo tanto es eterna o siempre-presente; no puede ser encontrada en el espacio y por lo tanto es infinita, es decir, que no tiene cualidades observables o finitas.



La naturaleza del objeto, el otro o el mundo ― de la materia a la mente

Reconocer los errores propios nos ayuda a perdonar a los demás


Todas las personas cometemos errores. Durante nuestra vida tendremos que perdonar en más de una ocasión, y tarde o temprano nosotros también necesitaremos que alguien nos perdone. Se dice que el verdadero amor se demuestra en tres momentos claves, en el fracaso, en la enfermedad y en el perdón. Si no eres capaz de perdonar puede que esa persona te importe menos que tu orgullo.

Las atribuciones que realizamos sobre lo que nosotros les hacemos a los demás conllevan una cierta minimización del daño. Al verlo desde nuestra óptica personal tendemos a justificarnos o a buscar excusas para actuar como actuamos. En cambio, cuando los demás nos hacen daño, atribuimos ese mismo hecho a su personalidad y no es extraño que veamos intencionalidad en lo que fue fortuito, lo que nos lleva a una perturbación emocional que nos aleja del perdón.


Reconocer que nosotros también cometemos errores nos aleja de ser pequeños tiranos que justifican todo lo que hacen, pero que dictan sentencia cuando se lo hacen a ellos. Perdonar no es solo un gesto hacia el otro, es el gesto más noble con uno mismo.



Quién no sabe perdonar, aún no sabe lo que es querer de verdad



Perdonar a los otros también nos beneficia a nosotros

Todos en algún momento nos hemos visto en la tesitura de tener que perdonar o ser perdonados, nos hacen y hacemos cosas que causan daño, consciente o inconscientemente. La concepción que tenemos del perdón está algo desvirtuada.

Puede que pensemos que si perdonamos a alguien le estamos dando la razón o estamos justificando a la persona que nos hizo daño, que perdonar es olvidar, restar importancia a lo ocurrido, resignarse, regalar algo al otro. Pero nada más lejos de realidad, el perdón es para nosotros y para nadie más.

Perdonar no significa que ya no nos importe el daño sufrido, o que nos dé igual, ni tampoco que tengamos que comportarnos como si no hubiera sucedido nada. Significa que aceptamos lo ocurrido como parte de nuestra vida y que dejamos a un lado los sentimientos y pensamientos negativos para seguir adelante con nuestra vida.



Si no perdonamos, seguiremos atados a esa persona aunque de una manera dañina y tóxica. Liberarnos de estas ataduras emocionales negativas nos deja sitio a las nuevas emociones y experiencias que nos quedan por vivir.

“Los hombres que no perdonan a los demás sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes”

-Khalil Gibran-


Perdona a quien haya que perdonar

miércoles, 15 de febrero de 2017

TU YO SAGRADO capitulo Final


Crear un espíritu colectivo de yos espirituales

Pero si por el contrario el Hombre ve una puerta que se abre en lo alto, es un
nuevo escenario para su desarrollo; si cada uno de nosotros puede creer que
está trabajando con el fin de que el Universo pueda alzarse, en él y a través de
él, hasta un nivel más alto, entonces una nueva fuente de energía manará
desde el corazón de os trabajadores de la Tierra. La totalidad del gran
organismo humano, superando la vacilación de un momento, inspirará
profundamente y continuará con renovada fuerza
PIERRE TEILHARD DE CHARDIN

Transmitiré mi yo espiritual al exterior, para bien de todos
Este capítulo final será una odisea al interior de todos los males de nuestra
sociedad. No tengo intención de acabar este libro catalogando todos los
problemas que hemos creado como resultado de permitir que nuestros egos
sean la fuerza dominante del mundo.

Eso no quiere decir que no reconozca que tenemos muchos problemas que
han surgido de nuestra preocupación por satisfacer a nuestro ego. Tampoco
soy ciego ante el hecho de que nuestros egos individuales han interactuado de
formas que han producido guerra, delincuencia, adicción, pobreza, injusticias
sociales y tiranías.

Hemos creado un ego mundial que refleja, a nivel global, la misma carencia de
profundidad y riqueza que existe en nuestras vidas. A lo largo de todo este
libro he expuesto razones para dominar el ego personal y sugerencias de cómo
hacerlo. Exactamente lo mismo puede hacerse con respecto al mundo. Abrigo
la esperanza de que a usted le resulte tan obvio como a mí que el ego
colectivos e beneficiará cuando dejemos atrás nuestros egos individuales.
Usted, como ser individual, tiene una búsqueda espiritual que emprender. Esa
búsqueda implica llegar a conocer su naturaleza superior e invitarla a que le
muestre el camino de su yo espiritual en al vida cotidiana. Esto significa negar
las exigencias de su ego si esas exigencias entran en contradicción con su yo
superior.

Nuestro mundo es un colectivo de seres individuales a los que su amorosa
esencia divina insta a seguir la búsqueda espiritual individual y colectivamente.
El mundo se convertirá en un entorno pacífico, satisfecho, cooperador,
amoroso, sincero, tolerante y puro, cuando los seres individuales que
componen la conciencia colectiva dominen su ego. Lo mismo que ocurre en el
microcosmos, ocurre en el macrocosmos. El todo se comporta de la misma
forma que las partes individuales.

Muchas personas con las que hablo me dicen que se sienten importantes para
modificar el mundo. Creen que, dada la envergadura de los problemas
globales, sus esfuerzos serán insignificantes.

Lo que no ven es que ese mundo se transformará precisamente mediante un
cambio en la conciencia individual. Todos los problemas con que nos
enfrentamos dentro de un grupo reflejan los que tenemos a escala individual.
El mundo se encuentra con un déficit espiritual que refleja nuestra necesidad
de emprender de modo consciente la senda de la búsqueda espiritual. La
solución de los problemas individuales y mundiales es la superación del déficit
espiritual. Cuando usted realiza el cambio de conciencia y se permite ser un
agente de la conciencia superior, está contribuyendo a la transformación del
mundo.

Usted no está separado de las otras almas que habitan el planeta. Comparte la
misma energía que fluye por las almas de Ruanda y Pakistán, por ejemplo.
Usted es la bombilla y Dios la electricidad. Fluye a través de usted con tanta
seguridad como lo hace a través de todos lo seres vivos. Cuando usted toma
la decisión de escoger la guía de su yo superior antes que la que le ofrece su
falso yo, se ha conectado con su energía divina interior. Cuando rige su vida
según los principios del yo superior, está contribuyendo a la transformación
del mundo entero.

Los cambios físicos que tendrán lugar en el mundo sucederán de forma
automática, del mismo modo que tendrán lugar en su cuerpo cuando se vuelva
hacia su yo espiritual. Esto resulta inevitable. El ego se desvanece ante la
brillante luz divina. Usted se encuentra con que está comportándose más
pacífica y amorosamente. Lo mismo sucederá a escala mundial.
Usted tiene que fortalecer su voluntad de seguir su senda espiritual cuando el
ego le llame estúpido por creer que podría llegar a existir un mundo sin guerra.
Si el ego puede convencerle, se convertirá en parte del conjunto de falsedades
del ego. Las personas que elijan hacer caso a la propaganda del ego
construirán más bombas y fabricarán más armas.

En la actualidad hay unos seis mil millones de personas en el planeta.
Alrededor de unos tres millones están en guerra o conflictos que los hacen
matarse y torturarse los unos a los otros. ¡Pero eso significa que existen cinco
mil novecientos noventa y siete millones que no están en guerra! Esto es una
estadística esperanzadora que nuestros egos no quieren que consideremos.
Por el contrario, el ego colectivo lucha para mantener a la población con los
nervios de punta mediante recordatorios destinados a hacer que consideren al
mundo en términos de “nosotros contra ellos”.

Este punto de vista del ego no sólo refuerza la demente escalada de las formas
de matarnos los unos a los otros, sino que además es responsable de la
mayoría de nuestros problemas sociales.

No estoy sugiriendo que hagamos caso omiso de los problemas de las
personas sin techo, hambrientas, enfermas y demás. Lo que sí sugiero es que
nuestro ego colectivo nos ha convencido de que estos problemas no tienen
solución. La verdad es que hemos avanzado de manera notable a pesar del
ego, merced a la consideración y el amor de los que están motivados por su yo
espiritual.

De todas las persona del planeta, el 99,9 por 100 tiene un lugar al que acudir
cada noche. Puede que no todos tengan una casa lujosa, pero en general
hemos ingeniado una manera de alojar a todas las personas del planetas,
menos un pequeño porcentaje. Muchos de nosotros trabajamos cada día para
conseguir que el ciento por ciento tenga techo. No obstante, el cuadro que nos
presenta el ego es de unas condiciones rampantes de desesperación, y una
conciencia colectiva basada en el miedo. También esto es verdad por lo que
respecta al hambre.

Estamos dando pasos de gigante en la ayuda de aquellos que viven al borde de
la inanición. Eso sucede debido al esfuerzo de personas inspiradas por su yo
espiritual, no por el pesimismo del ego. Es obvio que una sola persona que
muera de malnutrición es una cantidad excesiva, y nosotros podemos hacer
algo que garantice que vivamos en un mundo donde ese tipo de realidades no
se den, y lo haremos. Pero esto no se logrará mediante la visión pesimista del
ego, que nos sugiere que somos mejores que esas personas que viven en la
pobreza. Si la totalidad del mundo se apartara de pronto de la idea de que
somos sers aislados y escuchara la vedad de nuestro yo espiritual, no cabría
posibilidad ninguna de que alguien muriera de hambre.

Decir que un mundo semejante es imposible es escuchar al ego, que trabaja
colectiva así como individualmente, para convencernos de que estamos
separados los unos de los otros.



COMPRENSIÓN DEL EGO MUNDIAL

El Gran Despertar


Estamos viviendo los momentos más emocionantes en la historia humana. Los avances en todas las áreas de la ciencia están abriendo nuestras mentes a la belleza y el misterio del mundo material. Al mismo tiempo, la tecnología nos da el poder de hacer que muchos de nuestros sueños se hagan realidad.

Pero lo que hace que estos tiempos sean aún más emocionante es que nos encontramos en el umbral de los mayores cambios que nunca se hayan producido en la consciencia humana. Ya se trate de las relaciones con nuestros seres queridos, nuestra actitud hacia el dinero, el ritmo cada vez mayor de la vida, la crisis del medio ambiente, todo nos presiona para despertar a nuestro completo potencial mental. Estamos siendo llamados a descubrir por nosotros mismos las verdades profundas de las que los grandes santos y maestros han estado hablado desde hace miles de años.

En el fondo, todos ellos nos han estado insistiendo en que seamos unos seres humanos más sabios, más compasivos, más sanos psicológicamente. 

Que abandonemos nuestros apegos a que las cosas sean de cierta manera, a ser menos materialistas, menos egocéntricos, menos codiciosos y hambrientos de poder o prestigio. Y a través de este cambio de consciencia encontrar la paz en el presente – la paz interior que hemos estado anhelando durante todo el tiempo, pero que buscamos en vano en el mundo que nos rodea.

Esta es la próxima gran frontera; no la del espacio exterior, sino la del espacio interior. La exploración y el desarrollo del espíritu humano. 

Esta no es una exploración que puedan llevar a cabo algunos científicos en un laboratorio; es una exploración en la que todos estamos comprometidos personalmente, y se está llevando a cabo en el laboratorio de la vida. Y es una exploración que ya está en marcha.

Mira las listas de los libros más vendidos. No pasa una semana sin que al menos la mitad de los "top ten" traten de alguna forma de desarrollo personal. Mira la televisión, los especiales sobre la curación, el éxito de Oprah. Mira Internet, la gran cantidad de sitios dedicados al crecimiento espiritual de una forma u otra. Esto es de lo que la gente tiene hambre hoy; esta es la dirección en la que la consciencia colectiva se está moviendo.

Y mira a los niños de hoy. Conozco a muchos que ya en su adolescencia o poco más de veinte años,

martes, 14 de febrero de 2017

Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo


Nadie pierde por dar amor, porque ofrecerlo con sinceridad, con pasión y delicado afecto nos dignifica como personas. En cambio, quien no sabe recibirlo ni cuidar ese inmenso regalo es quien pierde de verdad. Por ello recuerda, nunca te arrepientas de haber amado y haber perdido, porque lo peor es no saber amar.

Afortunadamente la neurociencia va ofreciéndonos día tras día reveladoras informaciones que nos explican por qué actuamos como actuamos en esto del amor. Lo primero que conviene recordar es que el cerebro humano no está preparado para la pérdida, nos supera, nos inmoviliza y nos enclaustra durante un tiempo en el palacio del sufrimiento.


“El amor no tiene cura, pero es la cura de todos los males”
-Leonard Cohen-


Estamos programados genéticamente para conectar entre nosotros y para construir lazos emocionales con los que sentirnos seguros, con los que edificar un proyecto. Es así como hemos sobrevivido como especie, “conectando”, de ahí que una pérdida, una separación e incluso un simple malentendido haga que salte al instante la señal de alarma en nuestro cerebro.

Ahora bien, otro aspecto complejo sobre el tema de las relaciones afectivas es el modo en el que afrontamos dicha separación, dicha ruptura. Desde un punto neurológico cabe decir que empiezan a liberarse al instante las hormonas del estrés, conformando en muchos casos lo que se conoce como “el corazón roto“. Sin embargo, desde un punto emocional y psicológico, lo que sienten muchas personas es otro tipo de realidad.

No solo experimentan el dolor por la falta del ser amado. Sienten una pérdida de energía, de aliento vital. Es como si todo el amor dado, todas las esperanzas y afectos dedicados a esa persona se hubieran ido también, dejándolos vacíos, yermos, marchitos…

Entonces… ¿cómo volver a amar de nuevo si lo único que habita en nuestro interior es el polvo de un mal recuerdo? Es necesario que afrontemos estos momentos de otro modo. Te hablamos de ello a continuación.



Dar amor o evitar amar de nuevo

Todos nosotros somos un delicado y caótico compendio de historias pasadas, de emociones vividas, de amarguras soterradas y miedos camuflados. Cuando se inicia una nueva relación nadie lo hace enviando previamente todas sus experiencias pasadas a la papelera de reciclaje. Nadie empieza de “0”. Todo está ahí, y el modo en que hayamos gestionado nuestro pasado hará que vivamos un presente afectivo y emocional con mayor madurez, con mayor plenitud.

“Es mejor haber amado y perdido 
que nunca haber amado en absoluto”

-Alfred Lord Tennyson-

La naturaleza de la iluminación


La iluminación es simplemente la comprensión y el reconocimiento directo de cómo son realmente las cosas. Es la realización de la verdadera naturaleza de la realidad.

Hay muchos conceptos que apuntan hacia esta comprensión: Términos tales como "despertar", "no-dualidad", "antes de la comprensión", "consciencia-sin-objeto", "puro ser", y así sucesivamente. Todos estos conceptos son válidos. Pero son punteros, y no la realización en sí. La realización en sí es un conocimiento de otro orden más allá de la categorización conceptual. Es radical, revolucionario, y siempre ahora. Pone todo patas arriba, y es un punto y aparte en el tanteo del pensamiento confuso.

La iluminación es la comprensión de lo que la consciencia es, y de la no-existencia esencial del yo intencional, la persona consumida por los miedos, apegos y deseos, que piensa que puede controlar las cosas y cree que tiene libre albedrío; incluso la persona que piensa que quiere (o necesita ) lograr la iluminación.

La iluminación no es no-dual, ya que es otra categoría aplicada por la mente. Tampoco es dual. No es ni más allá de los dos, ni nada. No puede ser capturada ni catalogada. Eso no quiere decir que la iluminación no pueda ser abordada por el pensamiento. Sin duda se puede, y puede ser descrita y comprendida intelectualmente. La mente, clarificada y agudizada, es una herramienta importante para deshacer las ilusiones del yo personal. Pero la mente sólo nos lleva a "99 grados centígrados". No nos lleva más allá del punto de ebullición de la realización. Nos acompaña hasta la puerta, junto con su compañero esencial conocido como "pasión".

La consciencia iluminada ve y comprende la perfección intrínseca y total de cada momento. Ve y comprende que el ser personal no es así, y que nunca ha tenido una existencia sustancial, más allá de ser un constructo mental: una colección de recuerdos e identificaciones, un presunto "centro de gravedad " interior que no existe en ningún sentido absoluto.

La iluminación no puede ser realizada si estamos gobernados por los deseos generados por el fantasma del yo personal. El yo personal busca muchas cosas, las interminables Santos Griales del mundo. La iluminación será simplemente otro de sus deseos si ve algo deseable en la iluminación. El yo personal piensa que tal vez esta "iluminación" nos libera de ciertas cosas y ciertas responsabilidades. El yo personal por lo general tiene una motivación equivocada de buscar la iluminación, y con el tiempo esta motivación equivocada se revela, lo que resulta en una disminución del interés por la iluminación. Esta disminución en el interés generalmente suele adoptar la forma de dejarse distraer por otros asuntos. Estas distracciones son en realidad el yo personal que busca escapar del negocio de la iluminación, y readquirir su antiguo asimiento y hábitos.

Para el yo personal, la iluminación es en última instancia algo aterrador, porque es una llamada a abandonar el barco por completo. Es la muerte de todas las ilusiones más queridas. Como tal, no es posible que nos embarquemos en este camino a menos que estemos verdaderamente cansados de nuestras ilusiones y de la naturaleza totalmente repetitiva del sufrimiento generado por el ego.

La iluminación es la liberación de la ilusión, la libertad de la ignorancia. Pero en casi todos los casos la iluminación no es un asunto de efecto inmediato Su realización es radical e inmanente, pero rara vez completa y total. El yo personal no renuncia a sus queridas ilusiones tan rápida o fácilmente. Por lo general, mantiene una buena y sostenida lucha.

lunes, 13 de febrero de 2017

El tiempo es una persona


Tanto si lo utilizas como si no, se gasta y te desgasta. Aunque nunca puedas verlo, te acompañará a cualquier lugar. Para unos siempre hay poco, mientras que otros tienen en abundancia. No entiende de clases, ni dinero y nadie es inmune a él, pues el tiempo no discrimina.

Visible para nuestros ojos a través de las manillas del reloj, se ve reflejado en las caras y cuerpos de quienes nos rodean. Su avance nos moldea y muchas veces hace las veces de espejo devolviéndolos a nosotros mismos aquello que nosotros dimos en su día.


El tiempo es como una persona. Hay que respetarlo y saber valorarlo. Cada persona necesita su tiempo y hay tiempos que piden la presencia de otras personas.


Cada uno es dueño de su propio reloj

Es habitual escuchar a las personas quejarse: “No tengo tiempo para nada”, “Si algo me sobra a mí es tiempo”. Aunque todavía es más frecuente escuchar como protestan sobre cómo gestionan los demás el suyo: “Nunca tiene tiempo para mí”, “Si no saca tiempo para verme es porque no me quiere”.

A veces hablamos del tiempo de los demás como si nos perteneciese. Usamos nuestra propia mirada y criterio para estimar que cantidad de vueltas del reloj nos pertenecen, incluso si ese reloj se encuentra en la muñeca del otro.



Cada uno es dueño de su propio reloj y decide cómo quiere bailar al son del tic tac de las manillas. Son muchas las miradas que se posan sobre nuestra esfera de cristal, pero hay una que prima sobre todas las demás: la de uno mismo.

Cada persona necesita su tiempo

Cuando se trata de digerir eventos emocionales, como por ejemplo una ruptura, un duelo o una situación emocional complicada, cada persona tiene su propio tiempo y es importante respetarlo. Lo que una persona puede superar en una semana a otra le puede costar un mes.

Las dificultades aparecerían cuando un evento no llega a superarse del todo a pesar de que hayan pasado ya los meses necesarios, es entonces cuando convendría acudir a un especialista.


En ocasiones hemos escuchado aquello de “lo único que necesita es tiempo”, y son muchas las veces que esto se cumple. El paso de los días y los meses difumina el dolor de aquello que al principio nos parecía tan doloroso. A veces lo único que una persona necesita es que respeten su ritmo.

Cada tiempo necesita de sus personas

TU YO SAGRADO capitulo 14


De lo malsano a la pureza

Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios
SAN MATEO, 5:3

Hoy trabajaré con lo más puro de mis intenciones en mayor beneficio de todos
En el confucianismo hay un principio denominado Jen. Este principio se
refiere a la creencia de que existe el bien, el bien puro, en el centro de nuestro
ser, donde puede hallarse el yo o el espíritu. Todas las personas nos parecen
buenas cuando son su verdadero yo. El principio de Jen da a entender que
uno no puede evitar ser puro cuando es su verdadero yo. Las vidas se tornan
malsanas cuando hacemos caso omiso de nuestro auténtico yo y escuchamos
al falso yo.

Para permitir que el yo superior triunfe en ese conflicto entre la pureza y lo
malsano, debe despojarse de cualquier idea de que en el fondo usted es un
pecador. Es necesario que se dé cuenta de que la faceta central de su ser es
pura, buena y hermosa. Tal como San Mateo lo expresa, con una gran
perfección, esta pureza de corazón le permitirá conocer a Dios.

Por supuesto, lo contrario también es verdad. Si lleva una vida malsana, de
pensamiento o acción, será incapaz de conocer el espíritu divino que hay
dentro de usted, y el ego continuará dominando su vida interna y externa.
Los puros de corazón se distinguen por sus pensamientos y acciones. Su yo
superior desea que tengas pensamientos puros y una conducta pura. Su ego
se resiste con fuerza a la pureza y hace campaña a favor de lo malsano. Con el
fin de combatir este conflicto, debe entender cómo puede reconocer qué tipo
de vida lleva, y si es necesario, mejorar.



PURIFICACIÓN DE SU PENSAMIENTO

Todo en lo que piensa acaba convirtiéndose en acción. Cuanto más consciente
sea de cómo utiliza a mente, más capaz será de dejar atrás las formas
malsanas de pensamiento.

Cuando usted sabe que sus pensamientos acaban convirtiéndose en acción, se
vuelve muy cuidadoso con respecto a lo que piensa porque empieza a ver que
sus pensamientos pueden envenenar su vida.
La purificación de sus pensamientos es una variante del tema de la conciencia
superior. Así que puede que le interese comenzar por repasar las claves de
acceso a la conciencia superior que encontrará en la segunda parte. Las
primeras tres –desterrar la duda, cultivar la condición de observador y acallar
el diálogo interior- resultan esenciales para dominar el ego y empezar a
reconocer y aceptar la pureza.

El pensamiento malsano es un hábito que nos hace utilizar la mente según
interpreta el ego. Abandone el hábito de la interpretación constante y
comience a vivir su vida libre de los comentarios del ego. Su voluntad de
encararse con las formas en que ha estado pensando es el principio del
proceso de purificación. Su capacidad para cesar de enjuiciar le permitirá
alcanzar el terreno más elevado (allí donde se conoce la presencia de la energía
divina) y experimentar la conciencia más rica que acompaña al triunfo de su yo
superior.

Saber que usted puede escoger pensamientos menos malsanos es un
importante descubrimiento. Muchas personas nunca lo han descubierto. En
consecuencia, pasan la totalidad de sus vidas defendiendo la idea de que sus
pensamientos son inmutables. Usted, que se halla en la senda espiritual, sabe
que no es así. Sabe que es algo más grande que sus pensamientos y más
divino que el cuerpo en el que tienen lugar esos pensamientos.

Sus pensamientos y conducta son hábitos resultantes de la experiencia de su
vida, incluidas las creencias que ha aceptado de todas las personas bien
intencionadas que le formaron. Para purificar su pensamiento y hacer que su
mente funcione exactamente como quiere que lo haga, debe estar dispuesto a
examinar estos hábitos de pensamiento. Entonces comenzará el proceso
purificador y verá el acceso hacia su yo espiritual.



Libérese de los prejuicios

La palabra “prejuicio” pertenece a la misma familia que prejuzgar.
Fomentamos el pensamiento malsano siempre que nos permitimos enjuiciar. Y
cuando juzgamos por anticipado, nuestros pensamientos son todavía más
malsanos.

Cuando estaba haciendo las investigaciones para otro de mis libros, La
felicidad de nuestros hijos, me sentí intrigado por los datos que indicaban que
los niños a los que se les enseñaba a creer, sin cuestionamientos, en lo que
decían las autoridades, eran los niños que más prejuicios presentaban. Esta
conclusión resulta comprensible cuando uno se da cuenta de que prejuzgar a
los demás, basándose sólo en lo que han dicho las personas, impide el
desarrollo de una mente propia.

El prejuicio procede de tratar a la mente como un espacio para los
pensamientos y creencias de otros. El aprendizaje de cómo ocupar su mente
con interpretaciones personales, aunque sea durante un momento, le permite
conocerse a sí mismo y conocer a los demás a través de su yo espiritual.
Cuando su mente está ocupada por los prejuicios, el ego es el dueño de la
casa.

Prejuzgar es una forma de interpretar los motivos y comportamientos de los
otros de acuerdo con los criterios establecidos por el ego. No es algo que
quede limitado a los antagonismos raciales, sociales y religiosos que hemos
llegado a asociar con la palabra “prejuicio”. Siempre que usted define a los
miembros de una generación diferente de la suya como inferiores, estrafalarios
o anticuados, usted está prejuzgando.

Para liberarse del hábito de enjuiciar, dictado por el ego, haga un inventario de
sus pensamientos y lleve la cuenta de cuánta de su energía interior está
dedicada a prejuzgar a los demás. Pregúntese si está dispuesto a continuar
alquilando su mente para que la ocupen los pensamientos de otros.

El antídoto para los pensamientos malsanos es desactivar al ego y escuchar al
yo superior. Comenzará a saber que nadie de este planeta es superior ni
especial a ojos de Dios, del mismo modo que nadie deja de ser especial.
La purificación de sus pensamientos, en realidad, no s nada más que ver la
plenitud de Dios en todas las personas. En el momento en que sienta que un
prejuicio penetra en su mente, reemplácelo por el pensamiento de que no
quiere envenenar su mente. Adopte el papel de observador y vea la presencia
amante dentro de todo. El sagrado saludo sánscrito “Namaste” es un
recordatorio de este tipo de pensamiento. Haciendo una traducción
aproximada, significa: “Celebro el lugar que hay dentro de ti en el que los dos
somos uno”.

La purificación de sus pensamientos, por lo que hace a los prejuicios, tiene
lugar cuando usted está dispuesto a reconocer las incontables creencias que
ha recibido de otras personas, y cuando quiere estar en relación con los
pensamientos puros que emanan de su yo espiritual.

En ese momento está dispuesto a iniciar la ruptura con el hábito de prejuzgar y
reemplazarlo por la idea contenida en el saludo sánscrito: Namaste.



Libérese de su libido

Una inteligencia emocional positiva es clave de éxito


“La inteligencia emocional representa el 80 por ciento del éxito en la vida”. Así al menos lo considera Daniel Goleman. De ahí que una inteligencia emocional positiva pueda ser clave para encontrar aquello con lo que realmente soñamos.


El filósofo César Ojeda, basándose en los estudios de celebridades en el campo de la inteligencia emocional y la psicología positiva como Goleman, Fromm o Rojas, ha intentado explicar en qué consiste esta unión que tanto podría aportar a tu vida.

Las emociones y el mundo moderno

Según Ojeda, las emociones siguen pareciendo algo irracional a la vista de las estructuras de pensamiento occidentales. Es como si tuviésemos que comportarnos como seres absolutamente racionales. Sin embargo, esta visión casi tecnificada del ser humano, que podría más bien transformarse en una máquina, parece ir desvaneciéndose con el paso del tiempo. Incluso así, la separación de la razón y las emociones, cuando no el enfrentamiento, todavía persiste.



De hecho, persiste tanto, que aún nos movemos en un ambiente vital industrializado donde todo va muy rápido. En esta situación, términos como eficacia y eficiencia son sinónimos de éxito personal, social y profesional.


A ello hay que sumarle la llegada de las redes sociales. Ahora, la visión del mundo puede variar para un individuo dependiendo del estado en Facebook o sus comentarios en Twitter. Sin embargo, todo esto deja un poco de lado otras cuestiones como el amor, los sentimientos, la igualdad e incluso la unidad.

Inteligencia emocional positiva para conocerse bien

Muchos han estudiado las consecuencias que las nuevas tendencias tienen sobre la sociedad contemporánea. Como hemos dicho, a los nombres ya citados como Fromm o Goleman se suman otros de la importancia de Frankl. Al parecer, todos ellos llegan a una conclusión básica, conócete bien a ti mismo. Algo que si bien podría pensarse que es de sentido común y excesivamente simple, tiene una explicación totalmente lógica.

Recuerda que el hombre, como ser humano, en todo momento es el mismo. En realidad, lo que cambian son las circunstancias históricas y sociales. Sin embargo, nosotros, como seres físicos, seguimos igual que siempre.

Por ello la inteligencia emocional positiva sigue siendo tan válida ahora como pudo serlo hace 2000 años o hace 100. Aporta la capacidad para aprender a percibir, comprender y manejar de forma sabia y acertada las propias emociones.


Las emociones son intrínsecas al ser humano

sábado, 11 de febrero de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (La atmósfera de Dios)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y AYUDE.

Hoy día tenemos la oportunidad de probar la atmósfera de Dios. Concentren la atención sobre la región de la glándula pineal, sabiendo que la atención enfocada allí hará que tenga lugar la actividad equilibrante de todos los centros, 

atrayendo y proyectando todo el poder hacia el centro de la cabeza. Desde este centro el poder del verbo, —que no es más que una representación del pensamiento-, se reflejará de vuelta sobre el centro vocal.




SI QUIERES SUSCRIBIRTE, HAZ CLIC EN EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

viernes, 10 de febrero de 2017

Búscate. Encuéntrate. Libérate.


En tus venas está la esencia de la misma Inmensidad. Jugamos el juego de los dioses menores.

El Ser no obliga a nada, se divide a sí mismo y recorre sus vericuetos, que ahora parecen inciertos, aunque el salir del olvido está presto, aunque es estrecho el ventanal.

¿Por qué no hablar directo? ¿Por qué no dar sin esperar? ¿Por qué siempre dudar sin cesar? Hay tantos porqués en vuestras acciones que no acertáis a encontrar repuestas con discernimiento. Suele ser la imposición de un concepto el que se imponga contra todo lo que no sea igual: un absurdo razonar. 

Corren tiempos de reencuentro, de llegar a la verdad. Estáis muy cerca de encontraros con vuestra divinidad. Sí, he dicho vuestra divinidad, la que tod@s poseen, pues todos sois divinidad. Es tiempo de remembrar. Es tiempo de no perderse en palabras pregonadas, que sólo incrementan miedo en el declinar humano.

Desde ya el enfrentamiento puedes abandonar. Sois todos iguales en esencia, sólo la forma cambia. Y esta es una verdad que sólo has de encontrar en una búsqueda personal interna.

TU YO SAGRADO capitulo 13


De la dominación a la tolerancia

Acusar a los demás de los propios infortunios es un signo de falta de
educación.
Acusarse a uno mismo demuestra que la educación ha comenzado.
No acusarse uno mismo ni acusar a los demás demuestra que la educación ha
sido completada
EPICTETO


Soy consciente de que no necesito dominar a nadie con el fin de estar
espiritualmente alerta

Su yo superior quiere que esté en paz. Su ego quiere mantenerle en un estado
de agitación con el fin de conservar su domino sobre su vida. Es probable que
haya escuchado a su ego durante la mayor parte de su existencia.

El resultado de escuchar al ego es que la mayoría de nosotros permitimos que
el ego nos persuada para escoger la dominación en lugar de la tolerancia como
criterio en nuestras relaciones. Pasar de la dominación a la tolerancia requiere
disciplinar el ego y escuchar al yo espiritual.

Estoy escribiendo según mi experiencia personal en este asunto, y se trata de
una de las misiones más difíciles que me ha planteado mi yo espiritual. He
pasado muchos años dominado por mi ego, y sin tener intención de hacerlo he
convertido la dominación y el enjuiciamiento en las piedras angulares de mi
relación con los demás.

Las sugerencias que encontrará en este capítulo provienen todas de mi propia
experiencia al superar las inclinaciones dictadas por el ego. Realizar la
transición de la dominación a la tolerancia reviste una especial dificultad
debido a que el deseo de satisfacer el ego es muy poderoso. El ego se
muestra en extremo persuasivo después de toda una vida de disfrutar de los
beneficios de la dominación. No quiere renunciar a su control.
Su yo superior asumirá el mando fácilmente cuando usted deje de controlar a
otras personas. Comenzará a sentir un amor incondicional, y empezará a
encontrar la paz que ha deseado.

Para encaminarse hacia la tolerancia que fomenta su yo superior y apartarse de
las necesidades de controlar y juzgar impuestas por el ego, necesita examinar
las cualidades que alimentan una forma tolerante de abordar al vida.



REEMPLAZO DE LA DOMINACIÓN POR LA TOLERANCIA

Aquí encontrará las principales características de la tolerancia. Fíjese en que
con la tolerancia entra en sintonía con su yo superior al renunciar a las
constantes exigencias del ego. Dese cuenta de que lo que el ego le ha hechoa
usted, usted se lo ha hecho a otras personas.

El aprendizaje de estos comportamientos para crear una actitud tolerante es
una manera de educar al ego y de educarse a sí mismo. En el proceso, puede
despojarse de las habituales reacciones del ego que le apartan de la verdadera
realización.

Dejar que las cosas sean como son. Para volverse más tolerante y estar menos
controlado por su falso yo, comience a sentirse satisfecho con tal como son
las cosas. Su ego nunca está del todo contento. Si escoge algo, su ego le
convencerá de que considere alguna otra cosa.

Si una persona a la que ama actúa y es muy considerada con todo lo que usted
dice o hace, su ego quiere que esa persona sea más crítica; si esa persona es
más crítica, su ego decide tenerle antipatía. Si come demasiado, usted
comienza a pensar en lo agradable que sería estar más delgado; se pone a
dieta, y todos sus pensamientos girarán en torno la comida. Si se queda en
casa durante un largo período de tiempo, su ego se pone a contarle lo bonito
que sería viajar; póngase en carretera y el ego empezará a hablarle de lo bonito
que sería quedarse en casa. Se encuentra en una relación y comienza a
imaginar que sería más agradable estar libre de ataduras; no disfruta de una
relación y empieza a querer tener una. Sus hijos andan corriendo por la casa y
empieza a pensar en escapar de ella; se ha ido de la casa y no piensa en nada
más que en sus hijos.

Si se identifica con lo descrito, puede estar seguro de que el ego le ha
separado temporalmente de su yo espiritual. Dada su voluntad de convencerle
de que está separado de todo, necesita separarle del centro de su ser.
Entonces puede mantenerle en ese estado de tratar de dominar a otras
personas como manera de intentar lograr el equilibrio y el contento. El
problema radica en que usted no puede alcanzarlos si se halla separado de la
conciencia de su yo superior.

Cuando comienza a escuchar a su yo superior en los momentos
contemplativos y de quietud, empieza a relajarse y aflojar la presión.
Desaparece la falsa creencia de que todas las personas de su vida necesitan
ser dominadas o controladas por usted o de que los demás tienen que estar a
la altura de sus expectativas para ser felices.

Las personas son como soy, y su necesidad de dominarlas o cambiarlas en el
sentido que sea es el dictado de su falso yo. Su ego está, tomo de costumbre,
intentando convencerle de que está separado de los demás. Tampoco quiere
que caiga en la cuenta de cómo hace para dominar su existencia, así que le
convence de que si no domina a los demás ellos le vencerán.

El ego proyecta sus tendencias controladoras sobre los demás para evitar que
lo vea operando dentro de usted. Al mismo tiempo, hace que vea a la gente
tolerante como controlable. El inteligente ego le controla en un sentido y otro.
Le hace comportarse de modo dominante para ocultar cómo le controla a usted
y al mismo tiempo le hace sentir desagrado por las personas tolerantes
controlables. ¿Por qué iba usted a querer decidirse por la tolerancia cuando le
ponen ese modelo delante?

Física cuántica: reconciliando ciencia y espiritualidad


Durante centurias las religiones y la ciencia ortodoxa tomaron el control del conocimiento para dividirlo, en una feroz competencia, entre la religiosidad de la Iglesia y el materialismo de la ciencia. Así fue como toda la dinámica universal se consideró un inmenso mecanismo predecible y en el que el hombre no tenía incidencia. Todo estaba en manos de Dios, arbitrando una puja eterna en su creación: entre el bien y el mal, el caos y el orden. Mucho se habla en estos días sobre la Física Cuántica, pero en definitiva, ¿qué es la Física Cuántica? Si comparamos a la Física Cuántica con un sistema monetario basado en el peso, la unidad mínima de dicho sistema es el centavo.

La llamada Física Clásica se encargaría entonces de estudiar el sistema a partir de la unidad peso (átomo) mientras que la Física Cuántica lo haría a partir del centavo (cuanto). Entonces esto puede llevarnos a definirla como una ciencia subatómica. La Física Cuántica comienza a abrir un nuevo camino al conocimiento verdadero, reconociendo la divinidad en nosotros mismos y el poder de co-creación que todos poseemos. El hombre dejó de ser un “astronauta” del destino para darse cuenta de que puede elegir y crear de forma consciente cómo quiere interrelacionarse con la realidad.



Todo es luz

El término cuántico proviene de quantum, que es la unidad más pequeña que constituye la luz. Los experimentos llevados a cabo en los más avanzados laboratorios que estudian la física de partículas han demostrado que, en el nivel más pequeño de la materia, el nivel de las partículas elementales, todo es energía. Para comprenderlo mejor digamos que la materia es luz condensada. En los laboratorios se descubrió que las partículas y antipartículas se aniquilan entre sí, dando lugar a la aparición de la energía radiante y de la pura energía.

En el mundo cuántico surgen procesos de creación y destrucción, demostración científica de que energía y materia no son más que dos polos de la misma esencia, de una única sustancia universal. El hombre mismo está formado de esta misma sustancia universal: luz pura y radiante. Cada uno de nosotros es un sistema de energías en vibración continua. Es decir que las moléculas de que se compone cualquier clase de materia, inclusive nuestros cuerpos, están en constante vibración. Nuestros cuerpos crean, entonces, bandas de energía electromagnética con una determinada amplitud de onda que les permite, al mismo tiempo, emitir y absorber información. Así estamos en continua comunicación con una matriz cuántica universal de carácter holográfico.



Curación cuántica

Este descubrimiento está abriendo las puertas a una nueva terapia de curación que no es física, sino de carácter energético. Durante la segunda mitad del siglo XX, Herbert Fröhlich y Fritz Popp estudiaron este patrón energético de los seres vivos. Se descubrió por entonces que las moléculas vibran al unísono y se comportan como una sola supermolécula, estableciendo un patrón energético coherente y único. Así se pudo detectar una emisión lumínica por parte de los átomos similar a la de un láser.

La misma fue conocida con el nombre de “radiación mitogenética de láser” y constituye la clave para asegurar que el ser humano es un complejo cuántico que posee la capacidad de conexión e interacción con el universo; y que su equilibrio, bienestar y salud dependen -como en el caso de una conexión a internet-, de la calidad de recepción y emisión de dicha señal. Para favorecer esta coherencia se puede interaccionar con estos campos sutiles de energía mediante terapias que utilizan luz, escalas cromáticas y frecuencias de sonido que ayudan a reestablecer la comunicación con la matrix.




Las propiedades holográficas

miércoles, 8 de febrero de 2017

POR QUÉ EL ÚLTIMO PENSAMIENTO DEL DÍA ES TAN IMPORTANTE


EL ÚLTIMO PENSAMIENTO PUEDE DETERMINAR LA CALIDAD DE NUESTRO SUEÑO A LA VEZ QUE PUEDE USARSE PARA PRACTICAR YOGA EN LOS SUEÑOS Y COBRAR LUCIDEZ

Hoy en día muchas personas tienen hábitos poco conducentes a un buen dormir y menos aún a la exploración lúcida de los sueños. Se considera que lo importante es simplemente dormir --conciliar el sueño como sea y apagar la mente-- sin pensar en la forma en la que hacemos esto, ni reparar en la riqueza posible del mundo onírico. Muchas personas se quedan dormidas viendo televisión o llevan sus celulares o tabletas a la cama y lo último que ven es una de esas pantallas brillantes. Además de que esto afecta los ciclos de melatonina que permiten dormir bien, de alguna manera también estos hábitos in-forman nuestros sueños, cruzando el umbral como fantasmas mentales y programando el contenido de nuestros sueños.

Como los antiguos navegantes que zarpaban a lo desconocido y se encomendaban a santos o a deidades, al dormir uno puede realizar una pequeña oración y/o meditación como programación y purificación para tomar un buen camino. El maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche señala:

Justo antes de quedarse dormido siempre hay un pensamiento final. Podemos intentar que ese último pensamiento sea uno noble y benevolente. Si lo hacemos, la cualidad de ese pensamiento puede permear todo nuestro sueño... podemos decir, desde un punto de vista espiritual, que nuestro sueño se vuelve un sueño virtuoso. Si tu último pensamiento es egoísta o hasta hostil, entonces quedarse dormido con eso en la mente satura todo el proceso de sueño con emociones poco sanas. Esto es una idea muy simple, pero es una importante. Sin mucha dificultad... podemos asegurarnos de que una parte significativa de nuestra vida se vea saturada de bondad.

Y es que resulta absurdo y francamente inconsciente abandonarse sin más, sin esperanza de recuerdo o provecho, a la oscuridad de los sueños, cuando en realidad no es tan difícil llevar con nosotros la lámpara de la conciencia. Andrew Holecek, en su libro Dream Yoga, hace énfasis en la importancia del último pensamiento del día:

Tomando un concepto del yoga del bardo: el último pensamiento que tienes antes de quedarte dormido tiende a reencarnar como el primer pensamiento o sensación en tu próximo estado de conciencia. Si puedes gentilmente sostener un pensamiento, intención o sensación antes de dormirte, ese pensamiento, intención o sensación tiende a surgir en tus sueños.

El sueño es la continuidad de nuestra mente, una zona porosa y permeable a los pensamientos y acciones de la vigilia, si bien más sensible a registros sutiles. Así podemos disolver la frontera dualista entre el sueño y la vigilia y tratar de tejer un contínuum no-dual, que permita construir una estado mental estable orientado a la paz y la sabiduría. Desperdiciar ese tercio de nuestra existencia, donde además podemos indagar la realidad bajo preciosas condiciones especiales, es casi imperdonable desde la perspectiva del espíritu.

Holecek recomienda realizar ciertas prácticas de limpieza y cultivo de virtud previas para prepararnos para el sueño, quizás de la misma manera que nos prepararíamos para un encuentro con un ser querido (el alma que en el misticismo es la amada) o que nos aseguraríamos de calmar nuestra mente antes de una cita importante. "Una buena higiene para dormir en el sentido espiritual tiene que ver con irse a dormir con un estado mental limpio para que puedas tener sueños claros y limpios". Después de hacer ejercicio o ensuciarse en la lluvia o en el lodo, generalmente una persona se bañaría antes de dormir. Esta misma higiene tiene sentido en su aspecto mental o espiritual.

El lector que quiera hacer de su diaria incursión "oneironáutica" podría ensayar esta invocación de Guru Rinpoche: "Cuando te vas a dormir cultiva el Espíritu del Despertar (bodhicitta) pensando, 'Por el bien de todos los seres sintientes a lo largo y ancho del espacio practicaré el samadhi ilusorio, y lograré la perfecta budeidad. Para este propósito entrenaré en mis sueños" (Natural Liberation, trad. de Alan Wallace).

El samadhi ilusorio es la concentración durante el estado onírico y el dominio del cuerpo del sueño. Guru Rinpoche sugiere que el sueño puede usarse para precipitar nuestro propio despertar, el cual tiene el motivo esencial de servir para el despertar de los demás. Los sueños como un terreno sagrado, un "laboratorio" (palabra que sugiere tanto el lugar donde se labora como el lugar donde se ora). Para hacer disponible el sueño como espacio de labor espiritual es necesario reconocer el sueño como sueño, hacerlo consciente o lúcido. Al hacer esto uno entra en una dimensión de posibilidades casi infinitas, como uno de esos espacios paralelos en The Matrix en los cuales Neo realiza un entrenamiento acelerado descubriendo la naturaleza ilusoria de la realidad.

TU YO SAGRADO capitulo 12


De la lucha a la meta
Ir con la corriente de las cosas,
Rendirse de buen grado a la razón,
Someterse y aceptar el final
De un amor o de una estación.
Robert FROST

Sé que ya soy un ser entero y que no necesito perseguir nada con el fin de
estar completo.

El mensaje de este capítulo puede ser resumido en una palabra: ¡alégrese! Su
yo superior no le exige nada. No tiene que demostrar quién es ante Dios. Fue
creado como extensión de una fuerza espiritual más elevada, la esencia misma
del universo. No llegó al aquí y ahora incompleto, en ningún sentido. No tiene
que luchar para demostrar nada. A menos que, por supuesto, decida escuchar
al omnipresente falso yo, el cual estipula que si no está ocupado en perseguir
algo es un fracasado.

Puede resultar difícil alegrarse por fin y entender que la vida es lo que sucede
mientras usted está haciendo otros planes. ¡Eso es! Todos y cada uno de los
instantes de su vida tienen lugar en el momento presente.

Usar los momentos presentes para perseguir los momentos futuros es una
actividad dictada por el ego. Su ego quiere que se sienta incompleto con el fin
de poder controlar su existencia. Cuando por fin tenga la posibilidad de decir
que ha llegado, sabrá lo que se siente cuando se es libre. Se habrá liberado de
su falso yo, el cual podría mantenerle en perpetuo movimiento, persiguiendo
más y más, hasta su último aliento.

Su yo superior no quiere que sea un haragán ni que no tenga un propósito,
sino que se dé cuenta del poder del conocimiento al que ha llegado. Cuando
usted sabe que este momento es su vida entera, no está concentrado en los
momentos pasados ni futuros, y se libera del estrés y la tensión que
acompañan a la vida de la lucha. Al liberarse, se torna más productivo y clamo
de lo que era cuando miraba a sus espaldas o por delante de sí mismo y no
permitía que su mente descansara en el centro de quietud del momento
presente.

Contrariamente a lo que el ego intenta hacerle creer, no se limitará a vegetar, ni
se quedará sin techo ni se convertirá en un irresponsable a la deriva.
Lo que sucederá es que se alegrará y se verá tan absorto en su misión que
estará más activo. Con este poder, descubrirá que es libre para entregarse a
cualquier cosa hacia la que se sienta atraído.

Cuando deje de luchar y comience a saber que tiene una misión divina, y que
no se encuentra solo, alcanzará la meta. Esa experiencia le brindará el júbilo
de hallarse en el reino del espíritu, donde no hay preocupaciones ni
culpabilidades. Estar de todo en el ahora quiere decir que conocerá el cielo en
la tierra porque estará por completo absorto en el instante espiritual.
Al examinar algunos nuevos conceptos desde la perspectiva del alma,
aprenderá sobre las cosas que quiere cambiar con el fin de acercarse más a la
experiencia de llegar a la meta y alejarse de la lucha.



LOS COMPONENTES DEL GIRO HACIA LA META

Para vivir el júbilo de saber que está aquí ahora, en este momento y que hay
todo lo que hace falta que haya, todo lo que alguna vez hubo y todo lo que
conocerás jamás-, debe aprender a confiar en su yo superior y despojarse de
esas arraigadas enseñanzas de todos los egos que han influido en su
existencia. Comenzará a darse cuenta de que en el aquí y ahora no está a
prueba. No tardará en comprender que su misión es servir y entregar el amor
que constituye su esencia básica.

No tiene que hacer más, aunque puede que decida hacer muchísimo. Su
principal objetivo es mantenerse centrado en dar y recibir el amor paternal y
fraternal, el amor de Dios. Si incorpora las siguientes ideas a la práctica de su
misión cotidiana, tendrá éxito en su objetivo.

5 COSAS QUE REALMENTE ALIVIAN LA SOLEDAD Y A LA VEZ LA CONFRONTAN


EN VEZ DE HUIR DE LA SOLEDAD O APLACAR SÓLO SUS SÍNTOMAS, ESTAS CINCO COSAS, CORTESÍA DE DAVID FOSTER WALLACE, REALMENTE PERMITEN ENCONTRAR UN SENTIDO Y TRANSFIGURAR NUESTRO MALESTAR

David Foster Wallace, tal vez el más grande escritor de su generación en Estados Unidos, luchó toda su vida con la soledad, la ansiedad y la depresión. Aunque su lucha lo llevó finalmente al suicidio, dejó lúcidas impresiones sobre estas condiciones mentales que podemos usar para vencer los propios demonios y salir avante. 

Por momentos Wallace llegó a una brutal honestidad, sus entrevistas incluso llegan a ser incómodas para muchos ya que la verdad suele serlo y también porque revelan todo el proceso que atraviesa su mente al sentirse alienado e inadecuado (pese a ser una de las mentes más brillantes de su tiempo Wallace pensaba que no era suficientemente bueno).

En su texto This Is Water, Wallace escribió: "Si adoras el dinero y las cosas [materiales] --si en esto es en donde buscas el significado real de la vida --entonces nunca tendrás suficiente. Nunca sentirás que tienes suficiente. Adora tu propio cuerpo y la belleza y la atracción sexual y siempre te sentirás feo, y cuando la edad y el tiempo se empiecen a mostrar, morirás mil muertes antes de que finalmente te planten. En cierto nivel todos ya sabemos esto --ha sido codificado en mitos, proverbios, clichés, bromas, epigramas, parábolas: el esqueleto de toda gran historia. Pero el truco es mantener la verdad enfrente de nosotros en la conciencia diaria".

Tenemos aquí palabras que, como Wallace señala, ya hemos oído de alguna u otra forma mil veces pero que no debemos olvidar y deben de estar en la vanguardia de nuestra existencia, diariamente informando nuestras actitudes.

Wallace padeció diversos tipos de adicciones a las sustancias psicotrópicas, mayormente fármacos que por una parte eran vitales para que pudiera sobrellevar su depresión, pero siempre supo que estos no lograban realmente acabar con la soledad sólo la ocultaban. "Las drogas, las películas, las fiestas ruidosas --todas estas cosas hacen que huya la soledad al hacerme olvidar que mi nombre es Dave y que vivo en una caja de metro x metro de hueso que ninguna otra persona puede penetrar o conocer". Sin embargo, existen cosas que pueden "contrarrestar... transfigurar y tratar" la soledad de manera más sana y sustentable. Según Wallace, estas cinco formas pueden "confrontar y aliviar" la soledad. No se trata de huir y acallar los síntomas sino de enfrentarlos y sublimarlos.



1 -La ficción (leer cuentos o novelas o escribirlos)

lunes, 6 de febrero de 2017

TU YO SAGRADO capitulo 11


De la apariencia externa a la sustancia interior
La dignidad no consiste en recibir honores sino en merecerlos
ARISTÓTELES

Mis juicios me impiden ver lo bueno que hay más allá de las apariencias
La plegaria que más a menudo se cita en el mundo occidental incluye as
siguientes palabras: “... hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.
Para el ego, el tener el cielo en la tierra significa ser la persona más rica y
famosa de este reino. Para su yo espiritual, “el cielo en la tierra” significa que
no existen dichas distinciones.

En la tierra, insiste el ego, usted debe perseguir las apariencias y las
adquisiciones. El principal motivo de su vida aquí, según el ego, tiene que ver
con las apariencias, y su apariencia está por encima de sus más profundos
sentimientos. Su carrera profesional, la calidad y cantidad de sus posesiones y
los oropeles del éxito, son hacia lo que el ego quiere que dirija su energía.
Esto es muchísimo más importante para el ego que la vida interior.
Pero todos somos conscientes de la vacuidad y futilidad de la forma de ser del
ego. Usted está leyendo este libro en parte porque es consciente de que, con
el fin de tener una experiencia de vida más profunda y rica, tiene que saber
cómo apartarse del ego y dirigirse hacia el yo interior, que le ofrece la amorosa
esencia divina.



IR MÁS ALLÁ DEL MUNDO DE LAS APARIENCIAS 

Para entender cómo funciona el ego, usted tiene que darse cuenta de que esta
falsa visión de sí mismo cree que la Tierra es la única morada. Si usted se
reconoce sólo como un terrícola, como quiere el ego, su felicidad y
satisfacción tendrán que ser realidades físicas, cosas.
Pero hay un aspecto de usted que sabe que estas cosas no proporcionan la
satisfacción espiritual que supone la promesa de la búsqueda espiritual. El
planeta Tierra no es su única morada. Lo que éste ofrece es satisfactorio sólo
en parte para el invisible yo que habita en su cuerpo. Esa faceta interna sabe
que esta vida en la Tierra no es el último destino.

Sin embargo, a la mayoría nos ha convencido el tenaz y decidido ego, de que
las apariencias son lo que cuenta en la vida, y que las recompensas se
obtienen por las apariencias. El yo interior sabe que todo esto es muy fugaz
porque las recompensas que usted obtiene de la juventud y la fuerza física, por
ejemplo, disminuirán al deteriorarse esas cualidades físicas.

Su yo físico observa eternamente las transformaciones físicas del cuerpo. Este
reino del yo superior está gobernado por un yo interior que es consciente de
las realidades de la Tierra y de las realidades del cielo. Es inmune a las
exigencias del ego para que concentre toda su energía en el plano terrenal.
He aquí cómo lo describe Nisargadatta Maharaj: “El mundo es la morada de los
deseos y el miedo. No puedes encontrar paz en él. Para hallar paz debes
trascender el mundo”. Y eso es en verdad el cielo en la tierra: una experiencia
de paz interior sin idolatría de las posesiones y apariencias.

La perspicaz respuesta a la plegaria: “...hágase tu voluntad, así en la tierra
como en el cielo” se halla en el conocimiento de que el cielo no es este mundo.
Es el mundo de Dios, el reino donde usted ha destruido todo lo que ha
acumulado y donde encuentra la paz a la que hace referencia Sri Nisargadatta.
Su yo superior está más allá de este mundo de vida y muerte donde las
apariencias son lo más importante. Vea cómo esas apariencias han triunfado
sobre el yo espiritual.

Juzgar a los demás por su apariencia. Un rasgo común de la persona guiada
por el ego es el de juzgar a los demás por las medidas externas de sus
posesiones, apariencia y conducta.

Muévete y el camino aparecerá


Muévete y el camino aparecerá. Puede que no lo haga hoy, ni tampoco mañana, pero en cada paso dado con firmeza la mente se aclara y las oportunidades surgen. Tampoco importan las veces que te hayas perdido, porque en cada sendero equivocado nos encontramos a nosotros mismos, y ese aprendizaje es sin duda el más valioso.

La vida es movimiento, y si no lo asumimos desde un principio de este modo, quedaremos relegados al ostracismo de quien no entiende que tras los cambios llegan las oportunidades o que no basta solo con esperar para que la felicidad llame a nuestra puerta. Todo logro llega tras una lucha. Todo éxito acontece tras la férrea dedicación de quien invierte tiempo, de quien entiende de sacrificios y de esa voluntad donde no cabe la palabra rendición.


“Solo da el primer paso y el resto del camino irá apareciendo a medida que camines”
-Martin Luther King-


Ahora bien, hay algo que en ocasiones falla en esta fórmula. Nos han inculcado desde niños que debemos ser capaces de luchar por nuestro sueños. Nos esforzamos en cultivarnos a través de unos estudios, alimentamos esperanzas y esperamos ser un día esa mano de obra especializada y puntera capaz de crear un mundo mejor donde se tengan en cuenta nuestros esfuerzos, nuestra valía.

Si embargo, esto no siempre se cumple. Tal y como explicó una vez Nicholas Kristof, periodista especializado en derechos humanos, hemos llegado a un punto en nuestra sociedad moderna donde parecen haberse terminado las oportunidades, o más concretamente, “la igualdad de oportunidades”. Puede parecer fatalista, no hay duda, pero muchos estarán de acuerdo en que a veces, no basta con luchar hasta la extenuación para hallar el triunfo.

Estamos ante una fórmula que empieza a fallar y que requiere tal vez, de otro enfoque. Hay que poner en marcha otro tipo de camino. Te invitamos a descubrirlo a continuación.



El camino de la desigualdad y el caos personal

Michael Spence ganó el premio nobel de economía en el 2001. Tal y como nos explica a través de diversos artículos, hemos llegado a un punto donde hay una regla de tres que casi nunca falla: a mayor riqueza o nivel de modernidad de un país, mayores son las desigualdades sociales.


Evolución económica no va de la mano de la evolución humanitaria ni aún menos de los derechos personales, esos que nos dignifican como especie. Es como si hubiéramos vuelto a esa conciencia de clase del medievo, donde unas élites se alzan en la cúspide y más abajo, se halla una clase media en serio peligro de extinción.

“Si enciendes una lámpara para otro, iluminarás tu propio camino”
-Proverbio budista-


No es este el momento de ahondar en cuestiones políticas, pero estamos ante una realidad que tiene un claro impacto sobre nuestra salud psicológica. El caos personal al que puede llevarnos este contexto es inmenso, por ello es vital que mantengamos a flote nuestra brújula interior para aprender a sobrevivir en un entorno cambiante, a instantes implacable y muy poco sensible con las necesidades de las personas.

Es muy posible que durante mucho tiempo hayamos enfocado nuestra estrategia vital de forma errónea. Buscamos nuestro camino en el exterior. Hemos desgastado las suelas de nuestros zapatos y agotado nuestro corazón en busca de oportunidades entre múltiples senderos, arroyos y sinuosas carreteras que no nos han llevado a ninguna parte. Tal vez, sea el momento de dirigir nuestra mirada a otro camino: el de nuestro interior.

Seguidamente, te explicamos en qué consiste esta nueva propuesta.



Movimiento interior y creación

domingo, 5 de febrero de 2017

La fuerza del silencio


La ausencia de sonidos puede ser la puerta de entrada a un mundo lleno de significados.

Llegar a tener un tiempo de silencio te permite escucharte a ti, tu propia voz acallada por tantos ruidos; y si la mente también se calma, será mucho más fácil apreciar y resolver las diferentes situaciones que vivimos.

El silencio nos da la oportunidad de escuchar tu propio cuerpo, tus latidos, tu respiración, tus leves movimientos, internos y externos,…

El ruido invade nuestra vida, en todo momento. Las máquinas están por todas partes construyendo, derribando, circulando; oímos cuando agujerean una pared, cuando nos envían un mensaje, música estruendosa a través de la ventanilla de un coche, el despertador,…

Quizás no existe el silencio absoluto, incluso en nuestro propio silencio escuchamos los de nuestro cuerpo. Pero cuando hablamos de silencio hacemos referencia a escuchar nuestra respiración, a relacionarnos con sonidos que nos aportan un estado de tranquilidad y relajación: el sonido del agua de un río, las olas chocando con la orilla de la playa, el canto de los pájaros, el silbido del viento,…Asociamos el silencio a un estado de bienestar.

Estar en silencio pone a prueba nuestra capacidad de estar solos. No tener que expresar como nos sentimos, solo experimentarlo, interiorizarlo. Y no sabes que pasa, pero es un momento mágico: es la ausencia de ruido, estar contigo, revisar tu interior, aclarar tus ideas,…, desde la tranquilidad, experimentar tus sensaciones. Tú y Tú. No hay necesidad de explicar nada.

En esta sociedad tan ruidosa, una persona silenciosa es rara, loca,…, porque la ausencia de ruido se traduce como creencia de aislamiento.