Puede que no reflexionemos mucho en relación a las cosas trascendentes de nuestro paso por acá, sin embargo, resulta de mucha utilidad hacernos consciente de que nada de lo que tenemos o creemos tener en nuestra vida nos lo podemos llevar, salvo justo lo que hemos vivido, nuestras vivencias, los recuerdos, los amores atesorados en nuestros corazones, las sonrisas que dimos.
No podremos llevarnos a nuestros seres queridos, no podremos llevarnos nuestro dinero, ni nuestras cosas, ni nuestros diplomas, ni esa colección que tanto nos esforzamos en alimentar. Esto puede entristecernos, nos puede hacer pensar que quizás no valga la pena esforzarse tanto, si a fin de cuentas todo queda acá, quizás con el aliciente de que lo disfrutarán nuestros hijos o nuestra pareja…
Pero si lo enfocamos desde el otro extremo, pensar en esto nos puede dar un gran impulso, nos puede hacer entender que puede que estemos viendo las cosas de manera equivocada, puede que no le estemos dedicando suficiente tiempo a realmente vivir, puede que estemos empeñados en coleccionar cosas y no entendamos que debemos coleccionar experiencias.
Pensemos en lo que nos hace feliz y qué estamos haciendo para acercarnos más a ello. Pensemos en nuestros afectos y en cuánto tiempo les dedicamos… No es tarde para hacer cambios importantes, nunca lo es, más cuando se trata de darle sentido a las cosas. Dejemos los apegos de lado, que no nos permiten disfrutar y nos hacen sentir el miedo de perderlos.
El que se encadena a una alegría, destruye una vida libre; pero el que besa la alegría en su vuelo, vive el amanecer de la eternidad. ― William Blake
Podemos liberarnos de cargas de nuestro pasado que nos hayan anclado por mucho tiempo, podemos dar ese perdón que necesita nuestro ser para sentirse en paz, así sea a nosotros mismos, podemos reconciliarnos con ese amigo del cual nos alejamos por algo intrascendente, podemos perdonar a nuestros padres y a todo el que consideremos arrastrando alguna carga.
Podemos dejar los miedos atrás, nada más la certeza de que todos partiremos de acá debe ser el mayor impulso para vivir sin miedos, para arriesgarnos, para decir te amo, para decir te extraño, para reír a carcajadas, para disfrutar un paisaje, para abrazar y romper tristezas, para vivir, para que valga la pena.
No vivamos una vida aburrida, hay miles de cosas por hacer, por conocer, cada persona que conocemos nos aporta algo, cada libro que leemos, cada sitio que visitamos… No podremos vivir todas las experiencias posibles, pero escojamos las que queremos vivir y tratemos de disfrutar las que nos parecen impuestas.
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos. ― Charles Chaplin
Que cuando nos vayamos de acá, nos sintamos tan satisfechos, que no nos duela lo que dejamos, que estemos seguros de que nos llevamos tanto en el corazón y que quienes amamos nos llevarán en el de ellos, que seguiremos nuestro tránsito sin pesares, en caso de poder tener consciencia de ello.
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