“¿Por qué es importante reflexionar bien antes de actuar?
Porque actuar significa desencadenar unas fuerzas, y una vez estas fuerzas se han desencadenado, no se detendrán en el camino, llegarán hasta el final.
Os encontráis en la montaña y tenéis encima de vosotros una enorme roca a punto de despeñarse por la pendiente: depende de vosotros dejarla tranquila o precipitar su caída.
Si la empujáis, después será imposible pararla: os aplastará a vosotros y a muchos otros que estén a vuestro lado.
Y si abrís las compuertas de una esclusa ¡tratad luego de detener el agua!
Siempre sois dueños de actuar o no, pero en el momento en que decidís actuar, las fuerzas liberadas os escapan.
Cuando unos agitadores desatan un motín, muy rápidamente pierden el control.
Por esto se dice:
«Quien siembra vientos, recoge tempestades» y esa tempestad puede arrastrar incluso a quien la ha provocado.
Antes de decir una palabra, de lanzar una mirada, de escribir una carta, de dar la señal de ataque en una guerra, tenemos todos los poderes; pero después se acabó, ya no somos más que un espectador de los poderes que se han puesto en movimiento, y a menudo incluso sus víctimas.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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