sábado, 23 de noviembre de 2013

Las pirámides podrían ser más antiguas de lo establecido.

Un huevo comprometedor

Algunos indicios hacen dudar de la cronología actual de los faraones egipcios. El Canon de Turín plantea muchas preguntas, pero la ciencia no las acepta.
El canon de Turín contradice las fechas y cronologías establecidas sobre el mundo egipcio.
   Hay muchos indicios que nos hacen sospechar: Egipto es más antiguo de lo que pretende la arqueología ortodoxa. Veamos algunas de esas desconcertantes pistas:
El llamado Canon de Turín se encuentra a más de 3.000 Kilómetros del Nilo, en la referida ciudad italiana. Se trata de un papiro depositado en el museo egipcio de Turín, descubierto en 1822 por el viajero italiano Bernardino Drovetti en la antigua capital egipcia de Tebas. El propio Champollion, descubridor de la piedra Rosetta, lo tradujo, concediéndole una singular importancia. Pero la arqueología ha preferido ignorarlo. El Canon de Turín, en escritura hierática procede de la época de Ramsés II, entre los años 1290 Y 1224 antes de Cristo. En total, 160 fragmentos de papiro correspondientes a once hojas, escritas hace 3.200 años, y en las que se lee una lista de reyes. Una lista de reyes egipcios, imposible para la ciencia.
Los "Shemsu Hor", mitad hombres, mitad dioses.

   Los Shemsu Hor. Imposible porque, de aceptar lo manifestado en este documento, la cronología faraónica se vendría abajo, tal y como figura en la actualidad. Y qué dice este papiro de 1,70 metros de longitud? Sencillamente, que en un lejano pasado, Egipto fue gobernado por unos seres -mitad hombres, mitad dioses- que recibían el nombre o título de Shemsu Hor (los "compañeros de Horus"). La lista de esos misteriosos reyes sitúa el primer Gobierno en el valle del Nilo, no durante el faraón Menes, hace 5.000 años, como asegura la arqueología, sino mucho más atrás en el tiempo. Concretamente, hace 11.000 años. Esta revolucionaria lista de reyes aparece ratificada, en buena medida, por otra historia igualmente despreciada por los arqueólogos. Me refiero a lo escrito por Manetón en el años 240 a. de C. Este sumo sacerdote recibió el encargo del faraón Ptolomeo II Filadelfo de escribir la historia de Egipto desde sus comienzos. Manetón tuvo acceso a la documentación depositada en el templo de On, en Heliópolis, y cumplió el trabajo. En los escaso fragmentos que se conservan de su obra, en especial en los recopilados por Eusebio, puede leerse algo insólito que coincide en lo básico con lo relatado en el Canon de Turín. Según Manetón, antes de Menes, el primer faraón de la I Dinastía, Egipto fue gobernado por unos semidioses y también durante miles de años. El sumo sacerdote greco-egipcio no habla de los Shemsu Hor, pero la coincidencia es más que sospechosa...
 
La segunda pista me dejó igualmente perplejo. Se trata de un huevo de avestruz, actualmente depositado en el museo de Nubia, al sur de Egipto. El huevo en cuestión fue hallado en la tumba 96 del cementerio 102, en Nubia, por el arqueólogo inglés Cecil Mallaby Firth. Fecha del descubrimiento: 1907. La historia parece simple; el huevo fue pintado y, finalmente, depositado junto al cadáver. Evidentemente se trataba de un objeto muy querido por el difunto. En una de las superficies se aprecian los dibujos de una avestruz y algunas plantas. En la cara opuesta, otra escena oficialmente imposible: lo que parece el curso del río Nilo y las siluetas de unas construcciones muy familiares... ¡las tres pirámides de la meseta de Gizeh!
El hallazgo no tendría mayor importancia, de no ser por un pequeño-gran detalle. Según los investigadores, los restos humanos de la citada tumba 96 se remontan a la llamada cultura Nagada I. Es decir, alrededor del año 7000 antes del presente. ¿Siete mil años? Si la arqueología afirma que las pirámides fueron construidas hace 4.600 años, ¿cómo es que aparecen dibujadas en una sepultura de hace 7.000? Algo, efectivamente, no cuadra. Lo dicho: no se fíe...

fuente:http://www.planetabenitez.com/prensa/huevo1.htm

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