La mente y sus incesantes “¿porqués?” generan dudas, miedos y preguntas sin respuesta. El corazón en cambio, no necesita preguntar ni responder porque simplemente sabe. ¿Cómo desactivamos este mecanismo?
¿Porqué no somos capaces de apagar la mente? Cuando queremos dejar de pensar no somos capaces. El pensamiento en sí mismo es una de las mayores adicciones de la humanidad, pues no somos capaces de dejar de pensar a voluntad. A penas lo logramos unos segundos. La meditación es una de las principales herramientas que nos permiten aprender a dejar este vicio paulatinamente.
Pero ¿porqué no somos capaces de silenciar el pensamiento a voluntad? Pues sencillamente por miedo. ¿Miedo? Si. La mente nos mantiene en el pasado o en el futuro. Evita el momento presente a toda costa. No solo lo evita sino que ademas lo desfigura. La mente es la que crea una perspectiva concreta de cualquier acontecimiento. Cuando ves a una pareja feliz y te entra nostalgia, alegría, tristeza, envidia… Todo ello forma parte de tu mente. Evita que observes con objetividad, disfrutando simplemente de la existencia de lo observado.
Osho narra una historia muy sencilla por la que se refleja como la mente no solo manipula la realidad, sino además te manipula a ti; evitando que hagas aquello que realmente quieres, lo que pide y sabe tu verdadero yo. ¿Cómo? Haciéndote dudar, sentir miedo, haciéndote creer que los demás te juzgan, o pero aún, que el juicio de los demás, es más importante que el tuyo propio.
Se trata de un poema de Rabindranath Tagore, “El rey de la noche”. Había un gran templo, tan grande y con tantas estatuas de dioses que tenían cien sacerdotes para rendirles culto. Una noche, el sumo sacerdote tuvo un sueño, un sueño tan intenso que lo despertó.
En su sueño, vio a Dios en persona que le decía: “Mañana hay luna llena. Limpia el templo y prepárate porque vendré a visitarte.” Le resultaba difícil creerlo ¿quién era él para recibir las palabras de Dios? Pero este sueño era más real que lo que llamamos vida verdadera. No sabía como decírselo a los demás sacerdotes pues temía que se burlaran de él, pero debía hacerlo.
Los despertó y les explicó su sueño. Naturalmente los sacerdotes se burlaron de él, pues son los que menos creen en Dios. “Aunque solo haya sido un sueño y no parezca Dios, no pasa nada. El templo necesita una limpieza y es una buena ocasión para hacerlo”. Así pues se realizaron todos los preparativos. El sumo sacerdote estuvo esperando en la puerta pero nada. Y tras el día, vino la noche. Todos los sacerdotes se pavonearon ante el: ” Te lo habíamos dicho, solo ha sido un sueño”, “¿Cuándo has sabido de algún templo visitado por Dios?, eres muy ingenuo.” Cerraron las puertas del templo, se comieron el festín que habían preparado y se fueron a dormir.
En medio de la noche, apareció una carroza dorada. Se oyó el ruido de la carroza. El sumo sacerdote corrió a despertar a los demás: “¿Lo oís? ¡Es una carroza! ¡Al final ha venido!”. Pero todos le respondieron lo mismo: “Es el ruido de la tormenta, esta lloviendo. ¡Vete a dormir!”. Dios bajó de su carroza y picó en la puerta: “¡Es Dios! Esta en la puerta”, gritó el sumo sacerdote. Y de nuevo le respondieron: “Es el viento que agita la puerta, ¡Vete a dormir!”.
Por la mañana, tras no haber podido dormir en toda la noche, abrió las puertas del templo y vio las huellas del carruaje y de la presencia de Dios. Desolado, no pudo mas que reprochar a los demás sacerdotes que no le hubieran creído.
El significado de este poema es profundo. Dios llega a todos los corazones – porque es su templo, su único templo-, y llama a las puertas del corazón. Pero cuando intentas dar explicaciones cierras todas las puertas.
Puedes llamarle Dios, Conciencia o tu verdadero ser, pero lo cierto es, que tu mente (los otros sacerdotes del templo, no creyentes), tratando de explicar todo aquello que sucede, cierra las puertas de tu corazón. Libérate de la prisión de tu mente. De la necesidad de respuestas y abre tu corazón, pues en el ya está todo lo que necesitas saber. Sin necesidad de responder ninguna pregunta.
Vivir con conciencia” Osho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tu comentario.